Para comprobar su viabilidad se 'apretarán las tuercas' a las entidades.
Los bancos que pidan fondos públicos deberán abonar un interés de al menos el 8,5%, frente al tipo del 3% que pagará España por la inyección al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
El objetivo de este tipo
"casi prohibitivo" es empujar a los bancos a intentar lograr la recapitalización financiándose en los mercados, con la venta de activos o fusiones.
"Si alguna entidad por los mecanismos de mercado no llega a cubrir esas necesidades y se considera que su liquidación podría tener un impacto sistémico en la economía española ahí habría intervención pública, con condiciones muy estrictas", han explicado las fuentes consultadas.
Bruselas cree que pude haber actores en el mercado, tanto nacionales como internacionales, interesados en adquirir activos en el mercado bancario español. Aunque en estos momentos ninguna operación puede considerarse libre de riesgo,
"hay inversiones que pueden ser prometedoras" porque la crisis terminará y el sistema financiero español resulta
"interesante" por su proyección en otras regiones del mundo como América Latina.
"Puede interesar a los inversores que quieran apostar a largo plazo", señalan las fuentes. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, ha rechazado de plano la posibilidad de que el Gobierno cierre algunos bancos en el marco de la reestructuración financiera, ya que lo que se hará tras recibir la ayuda será "algo muy parecido" a lo que se ha hecho hasta ahora desde el FROB.