El proceso ha sido gradual en la experiencia de nuestro país, ha habido muchos desaciertos y aún mucho recorrido por andar; sin embargo, podemos señalar grandes logros que han contribuido a que este proyecto de sostenibilidad vea la luz del día. En la búsqueda de esos propósitos, nuestro esfuerzo ha sido constante, ampliando e innovando las ideas para dar respuesta a nuevas aspiraciones y nuevos retos.
Con modestia, pero también con gran satisfacción, quiero compartir en este espacio algunos resultados que pueden ser fuentes de referencia para otros que, como nosotros, aspiran a un mundo mejor.
Nuestro primer Jefe de Estado fue un maestro[1]. Y desde nuestra independencia, en 1821, los costarricenses comenzamos a construir una nación basada en la democracia, la solidaridad, la libertad, el culto a la paz y el respeto a la naturaleza.
Un hito histórico para nuestro país, en 1870, fue la instauración de la educación primaria gratuita y obligatoria, mucho antes que en cualquier país de América Latina, que Inglaterra o Estados Unidos de América. Siete años más tarde, abolimos la pena de muerte, como gesto de compromiso permanente con el respeto a la vida de todos los seres humanos. Ya en el siglo veinte, en la década de los 1940, llevamos a cabo una serie de reformas sociales en las que destaca, en 1942, el establecimiento de nuestro régimen de seguridad social, uno de los más inclusivos y solidarios del continente americano, el cual brinda actualmente acceso a la salud a toda la población costarricense, incluidos los migrantes en condiciones de irregularidad.
Gracias a esa temprana inversión en capital humano, que hemos sellado con el compromiso constitucional de dedicar el 8% de nuestro Producto Interno Bruto al financiamiento de la educación pública, hemos podido construir una clase media robusta y disminuir los niveles de pobreza.
Hoy en día, el país ha sido capaz de atraer inversión en los sectores más sofisticados de la producción por los altos niveles de educación de la población; nos hemos convertido en el mayor exportador de tecnología de nuestra región y uno de los países en desarrollo más aventajados en innovación.
El país ha continuado la senda de mejorar la calidad de la educación. Con sus políticas, Costa Rica ha logrado incrementar la graduación de estudiantes de la escuela primaria de 77% en 1990, al 92.2% en el 2008[2].
Tal y como bien lo señala el ministro de Educación de Costa Rica, don Leonardo Garnier, “… sabemos que tanto el dinamismo económico como el bienestar, la equidad social y la sostenibilidad ambiental de nuestro país depende – más que de ninguna otra cosa – de que nuestra educación contribuya a formar integralmente a las personas capaces de enfrentar con audacia, con creatividad y con espíritu solidario los retos de nuestros tiempos. Hoy, como ayer, la educación es la clave del desarrollo…”[3]
Datos del censo de este año reflejan una mejora sustancial en los índices de alfabetismo, el 97.6% de la población es letrado. Costa Rica ocupa el primer puesto de alfabetismo de Centroamérica.
Otro punto de inflexión ocurrió en 1948, cuando decidimos consolidar lo mejor de nuestros valores cívicos, y abolimos las fuerzas armadas. Optamos por resolver nuestras disputas por la vía de las urnas, no de las armas; decidimos invertir en escuelas y maestros, no cuarteles y soldados. Esta trayectoria ininterrumpida nos convirtió en la democracia más estable y antigua de América Latina y hoy, con profundo convencimiento y satisfacción, podemos decir que varias generaciones han nacido en una sociedad cuya idiosincrasia defiende el Estado de Derecho sin ejército como una práctica cotidiana e irrenunciable.
Más recientemente, nos vimos enfrentados a un giro en nuestra concepción de desarrollo. A finales de los años 60, nos enfrentábamos a una deforestación masiva. Habíamos pasado de tener una cobertura boscosa del 75% de nuestro territorio en los años 50, a una de 30% en menos de 20 años[4]. Se había pronosticado que, para el año 2000, no quedarían bosques. Costa Rica, en un giro radical, decidió emprender, de manera anticipada a las corrientes internacionales, un esfuerzo político e institucional que abarcó cambios en la legislación y en el desarrollo de capacidades, entre otras cosas, mediante la creación del Ministerio de Ambiente, y en 1970 el sistema de parques nacionales que brinda hoy especial protección a cerca del 30% del territorio nacional. Como resultado de estos esfuerzos, Costa Rica logró revertir las tendencias de deforestación, y posee hoy una cubierta forestal que excede la mitad de nuestro territorio: 52,3%.
Hoy, nuestro país es el quinto en el mundo que más protege el medio ambiente, y aspiramos a convertirnos en uno de los primeros países carbono neutral del planeta. El nuestro es el único país en desarrollo que ha establecido un impuesto al carbono y los ingresos generados por éste se dirigen a financiar un sistema nacional de pagos por servicios ambientales. Asimismo, conscientes de que los niños serán los responsables de construir un futuro amigable con el ambiente, se están impulsando acciones de educación para el desarrollo sostenible tendientes a convertir las escuelas del país en centros de educación carbono neutral.
Estas son otras iniciativas visionarias. Un país como el nuestro, pequeño pero audaz, quiere pensar que es posible hacer un cambio.
En un contexto más amplio, el gobierno de Costa Rica entiende que un Estado logra una buena gobernanza cuando se invierte la tendencia de la desigualdad, cumple con los planes de desarrollo integrales de manera eficiente, logra asegurar los derechos fundamentales a sus ciudadanos y dirige sus esfuerzos a la constante ampliación de oportunidades. Por eso, nos hemos abocado a seguir una estrategia consistente en su compromiso con el desarrollo sostenible. El desarrollo sostenible exige ante todo, un abordaje integral de todos sus elementos, y reclama una mirada desde lo local, lo regional, lo nacional y lo global en aras de que sea un proyecto inclusivo para todos.
El Plan Nacional de Desarrollo de Costa Rica 2011 – 2014, contempla así acciones para avanzar hacia un desarrollo seguro liderado por la innovación, la ciencia y la tecnología, fortalecido por la solidaridad y comprometido con la sostenibilidad ambiental.[5]
Destaco los esfuerzos que el país ha venido haciendo en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio y, en particular, nuestros avances en el tercer objetivo: la participación de las mujeres en la vida pública, que ha aumentado año con año. Hoy cerca del 40% de los miembros del Congreso son mujeres; también casi el 30% de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia. De igual manera, ha aumentado su participación en el mercado de trabajo, de un 30% en 1990 a un 42% en el 2010, con tendencia creciente
. Se reconoce su rol potenciador para el cambio, en los diferentes espacios del quehacer social, económico, político y cultural. [6]
Asimismo, estamos comprometidos en la lucha contra la pobreza, como parte fundamental de nuestra estrategia de desarrollo. La pobreza total del país pasó del 27.1% en el 1990 a 18.5% en el 2009, y la indigencia del 9.1% al 4.2% respectivamente.[7]
La inversión social pública representa en Costa Rica, actualmente, el 23.4% del PIB.[8]
Costa Rica entiende, sin embargo, que en su mayoría los problemas que enfrenta son comunes con otras naciones, que exigen soluciones globales a partir de la identificación de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Consideramos por ello que el sistema de las Naciones Unidas cumple un papel crucial en la reflexión y la búsqueda de soluciones conjuntas y en este sentido, otorgamos al Diálogo de esta Cumbre, una posición prioritaria. El proceso de desarrollo humano sostenible demanda para su viabilidad, una verdadera asociación mundial.
Aspiramos a seguir aportando nuestro grano de arena en este proceso.
[1] Inspirado del Discurso de la señora presidenta en la reunión de Alto nivel sobre bienestar y felicidad: la definición de un nuevo paradigma de desarrollo, abril 2012.
[2] Discurso de la presidenta sobre bienestar y felicidad.
[3] Documento del Consejo Superior de Educación: el Centro educativo de calidad como eje de la educación costarricense, setiembre 2008, enviado por el MEP a la DGPE en el 2011, como referencia para las políticas de educación nacionales.
[4] Discurso de el exMinistro de Ambiente de Jorge Rodríguez en el 2007, con motivo de la reunión de coalición de bosques en Costa Rica.
[5] Plan Nacional de Desarrollo.
[6] Discurso de la señora Presidenta en la reunión de Objetivos de Desarrollo del Milenio en el 2010.
[7] VI y XVI informes del Estado de la Nación de Costa Rica.
[8] XVI Informe del Estado de la Nación de Costa Rica