“No es justo que por nuestros éxitos en desarrollo humano, se nos castigue y se olviden de nosotros y sobre todo en este tema, en donde por el mismo negocio del narcotráfico y del crimen organizado estamos sufriendo un deterioro de nuestro estado de derecho y de nuestras instituciones democráticas”, señaló.
La ubicación geográfica de los países de Centroamérica, al centro de la ruta entre los principales productores y consumidores de drogas representa una particular amenaza. “Lo que para algunos de los principales actores en este conflicto son simples daños colaterales, para los centroamericanos en primera instancia por nuestra ubicación implica desafíos extremos y desgarramientos profundos”, advirtió Rovessi.
“
De aquí nuestra exigencia a la comunidad internacional, en particular a los grandes consumidores de drogas y productores de armas que materializan la violencia, para que asuman plenamente, y sin más retraso, las responsabilidades que les corresponden”, clamó el Viceministro de Relaciones Exteriores.
Roverssi dijo que de manera responsable, las naciones del Istmo, han concertado una “Estrategia de Seguridad de Centroamérica”, que constituye “una muestra clara de la determinación de nuestros países, de enfrentar juntos las nuevas formas de la delincuencia”.
Y reconoció que el mejoramiento de la seguridad de Centroamérica “
sigue aún condicionado a la necesidad de fortalecer la democracia, de consolidar el Estado de Derecho, de promover la justicia social y superar la pobreza, alentar la transparencia combatir la corrupción y poner fin a la impunidad”.
En el caso de Costa Rica, afirmó que “
la relativa solidez de nuestro tejido social y de nuestra institucionalidad nos han permitido mantenernos como una de las naciones más seguras de América Latina a pesar de ubicarnos en medio de una de las regiones más violentas del mundo y de haber abolido el ejército hace ya más de sesenta años”.
Roverssi afirmó que “
los abordajes de lucha contra el narcotráfico aplicados durante las últimas décadas no han resuelto el problema, simplemente lo han desplazado de una nación a otra con altísimos costos, sobre todo para los centroamericanos”.
Y señaló la ruta costarricense, que “por su tradición de paz, sin fuerzas armadas y por el legado que queremos preservar para las futuras generaciones, se niega a ser arrastrada a estrategias que han puesto acento en la acción militar, altamente costosa, e intensivas en la pérdida de vidas humanas”.
Para Costa Rica, el abordaje del fenómeno del narcotráfico, debe considerarse como un problema de salud pública que no debe criminalizar el consumo de drogas; como una prioridad de nuestros sistemas educativos, para poder prevenirlo; como un reto de más transparencia e integridad en nuestra institucionalidad, y como un asunto fuertemente tutelado por el Estado de Derecho.
El Vicecanciller dijo que el narcotráfico debe entenderse como un “
problema global” que extiende sus tentáculos a todo el mundo y no sólo a unos pocos países, por lo que debemos buscar respuestas que también se articulen a escala global. En este sentido, propuso la creación de un mecanismo eficiente y efectivo para el intercambio de información estratégica y operativa a nivel global.
También, mecanismos de cooperación que no discriminen a ningún país, que se dirijan a la lucha directa contra el narcotráfico y el crimen organizado, así como explorar nuevos enfoques para fortalecer la lucha y ser más efectivos. También, la revisión de la política para el sector penitenciario por lo que llamó, los “
resultados perversos”, como lo son el encarcelamiento de menores y la feminización del narcomenudeo, al tiempo que los cabecillas de las narcomafias quedan impunes.