Utiliza viajes turísticos internacionales --en eso se han convertido finalmente sus salidas al exterior-- para denigrar a una empresa pública nacional, faltando a la verdad. En una de sus recientes salidas a los Estados Unidos dijo que las altas tarifas del ICE dañaban la competitividad y aseguró que "tenemos uno de los costos más altos de la región".

Los ingenieros del ICE Gerardo Fumero y Oscar Herrera, han desmostrado con un amplio conocimiento de la situación que la Presidenta no dice la verdad, por ignorancia o por mala fe.

Es poco probable que el Gobierno ignore el estado de la cuestión, por lo que hay que colegir que se trata de un engaño, de un intento burdo y muy peligroso de seguir utilizando el miedo que se utilizó profusamente en la campaña a favor del TLC, para desinformar al país y facilitar la campaña antipatriotica que se desarrolla contra el ICE.

Lograron de momento imponerle al ICE una política tarifaria donde los hogares costarricenses tienen que subvencionar a las grandes empresas. Pagaremos más las mayorías para financiar una rebaja de 16,18% a un puñado de grandes empresas.

Pero quieren más. "Solidaridad a la inversa", llama a esa política el ingeniero Fumero.

Pone Fumero de ejemplo el caso de los cogeneradores privados. La ARESEP entra en la danza y le obliga al ICE a pagar precios mínimos y máximos a los privados, que en realidad se trata de un sometimiento de la ARESEP a los intereses privados aceptando que estos pobrecitos tienen "tarifas ruinosas".

Vean cómo es el negocio:

1. Los cogeneradores privados pagan un precio simbólico por el uso para su negocio de un bien público como el agua, que en teoría pertenece a todos los costarricenses.
   
   
2. Durante los meses lluviosos el ICE está obligado a comprarle toda la energía que producen a esos cogeneradores aunque no la necesite. Incluso el ICE se ve obligado a botar agua de sus propias plantas, para cumplir con la obligación de comprarle a los privados a precios superiores. ¡Qué negocio más lindo!, ¿verdad?
   
   
3. En verano falta el agua, entonces los privados entregan entre el 30% y el 40% de lo que producen en invierno, ¡ah!, pero el faltante de todo el sistema --tanto público como privado--, tiene que ser cubierto totalmente por el ICE quemando petróleo. El bolsillo de los privados no es afectado.

Insaciables, tienen a su servicio a los grandes medios de ¿comunicación?, que a veces incluso se apoyan en informes aparentemente serios de la CEPAL, por ejemplo, para seguir machacando en los altos precios de la energía eléctrica en Costa Rica comparados con otros países del Continente.

Otro prestigioso ingeniero del ICE, Oscar Herrera, se ha encargado de desmontar el uso falaz de esas informaciones.

Mientras en Costa Rica se ha ido eliminando la posibilidad de ayuda estatal a la industria eléctrica y a las políticas de subsidios, por ejemplo prohibiendo que con los altos ingresos de las telecomunicaciones el ICE ayude a financiar el desarrollo de la industria eléctrica, como ocurrió durante largos años de una experiencia única y exitosa en América Latina, hasta que fue violentamente cortada por el TLC, en otros países sudamericanos como Paraguay, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, entre otros, se ha producido una fuerte intervención estatal con una agresiva política de ayuda al sector eléctrico.

En esos países las tarifas bajaron, mientras que los que continuaron con las políticas de privatización vieron aumentar rápidamente las tarifas.

En resumen, los datos comparativos demuestran que el modelo aplicado en nuestro país ha sido exitoso y solidario, pero está gravemente amenazado.

Hay una alianza entre el Gobierno y los grandes negocios, que pretende capturar el sector eléctrico, privatizarlo y ponerlo al servicio preferente de minorías.

Ojalá que abramos bien los ojos para no ser carne de cañón de esta campaña infame para destruir al ICE.