Costa Rica: Ultraje ''ambiental'' en Limón - TicoVisión
- La anterior demolición de los hoteles fue muestra clara de la irracionalidad.
- Los refugios mixtos son una excelente solución a la demostrada incapacidad financiera del Estado
11 de julio de 2012 | TicoVisión | Redacción - | Ambientales | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Por Freddy Pacheco León
Biólogo. Especialista en Estudios de Impacto Ambiental. Consultor Ambiental.
La anterior demolición de los hoteles fue muestra clara de la irracionalidad imperante en este fabricado conflicto. El daño ambiental provocado con esa acción supuestamente en pro de la naturaleza, habla muy mal de los que lo provocaron. Preferiblemente se pudieron haber usado las instalaciones (¡que estaban en muy buenas condiciones!) para actividades vinculadas, por ejemplo, a una escuela de hotelería, a un Ebais, a un centro cultural, a procesos educativos, y otras más no necesariamente excluyentes. Pero no, había que ser "más papista que el Papa" y jugar al "justiciero vengador" de película mexicana, como demostración de "autoridad" de escritorio. ¡Y lo hicieron a un costo financiero que costó cubrir al pueblo costarricense!
¡Y AHORA ESTO! Si el amigo vicepresidente de la República, don Alfio Piva, declaró una vez que si era necesario se iba a amarrar junto a los vecinos para evitar esa injusticia, no le pedimos que se amarre pero sí que mueva cielo y tierra para detener a los "justicieros" que se resisten a admitir que, alrededor de las áreas de conservación, todavía hay mucho que aclarar, y si es del caso,
¡Y AHORA ESTO! Si el amigo vicepresidente de la República, don Alfio Piva, declaró una vez que si era necesario se iba a amarrar junto a los vecinos para evitar esa injusticia, no le pedimos que se amarre pero sí que mueva cielo y tierra para detener a los "justicieros" que se resisten a admitir que, alrededor de las áreas de conservación, todavía hay mucho que aclarar, y si es del caso,
mucho que adecuar a las situaciones actuales. Los refugios mixtos son una excelente solución a la demostrada incapacidad financiera del Estado para adquirir las miles de hectáreas sometidas en el papel a los regímenes de conservación, donde los mismos habitantes se convierten en los guardianes de su entorno natural, sin costo para la ciudadanía.
Recientemente vimos como el Estado, por 100 metros de frente de playa, fue condenado a pagar $4 millones de dólares por una propiedad expropiada forzosamente a un ciudadano extranjero localizada en los terrenos de propiedad privada colindantes al Parque Nacional Marino creado para la fallida conservación de las tortugas baulas. ¡Hasta a Washington llevaron a pasear a funcionarios como parte del litigio resuelto por un ente arbitral! Y todo por 100 m de los más de 7.000 metros lineales que habría que expropiar porque así lo quiere un "fideicomiso" fundado en Estados Unidos y dirigido por un ex-asesor del Pentágono que, obviamente, no pone el dinero que se necesita.
Así que la irracionalidad no es exclusiva de uno u otro litoral. En Playa Grande se trata de terrenos que valen más de $300 millones situados FUERA de los límites del Parque las Baulas (según la ley de creación del Parque interpretada extrañamente por la Procuraduría); en Manzanillo también estamos frente a igualmente extrañas interpretaciones igualmente licuadas en entes como la Sala IV en sendas malas tardes de sesión. Y en ambos casos, el promocionado concepto DESARROLLO SOSTENIBLE, parece haberse quedado en los archivos de los que muy cómodamente sentados dictan órdenes destructivas desde San José, mientras los habitantes del Caribe y el Pacífico, siguen sumidos en la pobreza y la desesperanza, para aparente satisfacción de los que se dicen ambientalistas de la boca para afuera.
Recientemente vimos como el Estado, por 100 metros de frente de playa, fue condenado a pagar $4 millones de dólares por una propiedad expropiada forzosamente a un ciudadano extranjero localizada en los terrenos de propiedad privada colindantes al Parque Nacional Marino creado para la fallida conservación de las tortugas baulas. ¡Hasta a Washington llevaron a pasear a funcionarios como parte del litigio resuelto por un ente arbitral! Y todo por 100 m de los más de 7.000 metros lineales que habría que expropiar porque así lo quiere un "fideicomiso" fundado en Estados Unidos y dirigido por un ex-asesor del Pentágono que, obviamente, no pone el dinero que se necesita.
Así que la irracionalidad no es exclusiva de uno u otro litoral. En Playa Grande se trata de terrenos que valen más de $300 millones situados FUERA de los límites del Parque las Baulas (según la ley de creación del Parque interpretada extrañamente por la Procuraduría); en Manzanillo también estamos frente a igualmente extrañas interpretaciones igualmente licuadas en entes como la Sala IV en sendas malas tardes de sesión. Y en ambos casos, el promocionado concepto DESARROLLO SOSTENIBLE, parece haberse quedado en los archivos de los que muy cómodamente sentados dictan órdenes destructivas desde San José, mientras los habitantes del Caribe y el Pacífico, siguen sumidos en la pobreza y la desesperanza, para aparente satisfacción de los que se dicen ambientalistas de la boca para afuera.
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