En el tema de los drenajes del proyecto es donde se encuentran los mayores problemas y lo preocupante para el experto es que es una práctica recurrente en la construcción de obras viales del país.

Sobre los movimientos de tierra en la obra se logró comprobar que no se tuvo lo que se conoce como “balance entre zonas de corte y relleno”, también se pudo comprobar la apertura de vías muy largas de más de 50 metros, la existencia de muchos taludes inestables, rellenos sin compactación adecuada, los materiales en la superficie de ruido no cumplen con las especificas mínimas y la  falta de procesos de ingeniería claros.

Para Loría Salazar lo que ha faltado durante la construcción de la Ruta 1856 es el acompañamiento de diversos expertos entre topógrafos, ingenieros, para hacer la obra en poco tiempo.

“La idea de nuestros informes es contribuir con el país y con las personas encargadas de la toma de decisiones”, sostuvo Loría Salazar.

Agregó  que este no es un informe de auditoría técnico  sino que es un informe técnico de la visita realizada donde se alerta a la administración de fallas que se encontraron en el proyecto.

El objetivo básico de este informe es alertar para que se tomen las medidas correctivas y que proyecto funcione de la mejor manera de acuerdo a los principios de la ingeniería.

Audio Ing. Guillermo Loría Salazar del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica.

Dentro de las recomendaciones que plantean está la asignación  de  los recursos necesarios para salvar el proyecto y entrar de inmediato a trabajar en las alcantarillas, cunetas y puentes, así como  estabilizar los cortes ya que muchos están muy verticales y designar brigadas de trabajo por cada uno de los nueve frentes de obra.