Las Naciones Unidas alojó desde el 2 de julio pasado la Conferencia Diplomática para el Tratado sobre el Comercio de Armas, y que concluyeron este viernes, a las 17 horas (de Nueva York) sin haber podido amalgamar el consenso requerido para acordar el nuevo instrumento.

“Costa Rica seguirá persistiendo en su empeño de lograr un mundo más pacífico y alejado de la amenaza de las armas, porque nuestra historia nos ha enseñado que el hecho de no contar con ejército nos ha permitido dedicar nuestros recursos a la cultura, la educación y el bienestar de nuestro pueblo”, dijo el Canciller Castillo.

“La reunión nos enfrentó a una responsabilidad de enormes proporciones humanas, con las generaciones presentes y futuras, con las personas más vulnerables, con quienes sufren en carne propia las consecuencias de los conflictos, con un mundo que demanda medidas eficaces y urgentes para disminuir la violencia armada que sacude a múltiples regiones”, expresó el Canciller Castillo.

El Jefe de la Diplomacia costarricense  recordó que las gestiones para contar con un Tratado fueron emprendidas hace 15 años por  el ex Presidente de Costa Rica, Oscar Arias-Sánchez, junto a otros siete Premios Nobel de la Paz, que convocó a los líderes del mundo a frenar las transferencias de armas hacia gobiernos que irrespetan las libertades democráticas, violan los derechos humanos e incurren en actos de violencia armada que afligen a miles de personas cada día.

La posición de Costa Rica durante las negociaciones fue enfática en alcanzar un tratado que pueda implementarse en su totalidad, que atienda los riesgos del desvío y la intermediación, e incluya las provisiones y estructuras para facilitar la cooperación y la asistencia internacional.

Durante los intensos debates durante las últimas cuatro semanas, la Delegación de Costa Rica recordó que las armas convencionales son las que producen más muertes y sufrimiento, las que más fomentan la pobreza, el conflicto y las violaciones a los derechos humanos en todo el mundo.

Costa Rica defendió el propósito explícito del Tratado en torno a la prevención de las transferencias de armas que amenacen los  derechos humanos, debiliten gravemente el desarrollo socio-económico y alimenten los conflictos armados, la delincuencia organizada y los actos terroristas.

Nuestro país seguirá insistiendo en un Tratado sobre el Comercio de Armas, que  no debe ser, simplemente, una herramienta  para regular la transferencia de armas, sino también,  un sólido instrumento para impedir el trasiego de armas que contribuyan a alimentar el conflicto armado, las violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario”, subrayó el Ministro de Relaciones Exteriores costarricense.