Pero además de Washington, existe una oposición dentro del Gabinete hebreo y de algunos altos cargos militares, que citan graves obstáculos tácticos y estratégicos.
Obstáculos militares Los militares señalan la complejidad de tal operación, que involucraría a no menos de un centenar de aviones y requeriría abastecimiento en vuelo, considerando la distancia de los objetivos.
Además, las centrales nucleares con las que cuenta Irán están bien protegidas por sistemas antiaéreos y se ubican bajo tierra. A lo anterior hay que añadir que las reservas de bombas de penetración profunda que tiene Israel son limitadas. Por eso caben dudas de que la Fuerza Aérea israelí pueda destruir todas las instalaciones nucleares de Irán, a las que Occidente acusa de estar construyendo una bomba nuclear.
Otro problema es la ruta de dicha operación. Para lanzar una ofensiva contra Irán, los aviones israelíes tendrían que sobrevolar los territorios de Jordania, Arabia Saudita, Irak o Turquía.
Arabia Saudita ya ha advertido que atacará a los aviones israelíes si usan su espacio aéreo en una misión contra Irán. Turquía también podría negarles el tránsito. La ruta más corta sería a través de Jordania e Irak, pero varios medios se muestran divididos acerca de la disposición de Ammán de permitir esos vuelos sobre su territorio.
Asimismo la situación en la retaguardia está lejos de ser ideal. Si Irán responde con misiles, Israel carece de refugios contra bombardeos, algo que afectaría a cerca de 700.000 ciudadanos. Una cantidad similar de israelíes carecen de máscaras antigás. Tampoco hospitales ni bomberos están listos para soportar bombardeos masivos.
Sin embargo, según el sondeo publicado por el diario 'Maariv' el vienes pasado, un 41% de los israelíes no confían en la presión no militar sobre Irán para que frene su desarrollo nuclear. Es más, un 35% de los encuestados apoyarían un ataque unilateral en última instancia.