Vaticano ofrece reconciliación a la Fraternidad cismática San Pío X - TicoVisión 
“Luego de 30 años de separación, es comprensible que exista necesidad de tiempo para absorber el significado de estos recientes acontecimientos”, indicó una nota vaticana.
27 de octubre de 2012 | TicoVisión | Redacción - Notimex | Europa / Roma | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Vaticano ofrece reconciliación a
la Fraternidad cismática San Pío X
Roma, 27 de octubre de 2012.- El Vaticano decidió conceder un tiempo indefinido para que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, un grupo tradicionalista que se encuentra fuera de la Iglesia desde hace 30 años, acepte o no una generosa oferta de reconciliación.
La Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, el organismo de la sede de la Iglesia católica responsable de conducir las conversaciones con la fraternidad, estableció que son necesarias la “paciencia, la serenidad, la perseverancia y confianza” para llegar a un resultado final positivo.
El diálogo entre la comunidad religiosa cismática y el gobierno central de la Iglesia católica parece, más bien, una historia de nunca acabar. Desde su llegada al trono de San Pedro, el Papa Benedicto XVI expresó su deseo de acabar con la más reciente división en la Iglesia.
La Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, el organismo de la sede de la Iglesia católica responsable de conducir las conversaciones con la fraternidad, estableció que son necesarias la “paciencia, la serenidad, la perseverancia y confianza” para llegar a un resultado final positivo.
El diálogo entre la comunidad religiosa cismática y el gobierno central de la Iglesia católica parece, más bien, una historia de nunca acabar. Desde su llegada al trono de San Pedro, el Papa Benedicto XVI expresó su deseo de acabar con la más reciente división en la Iglesia.
Por eso en 2007 emitió el Motu proprio (decreto) “Summorum Pontificum”, mediante el cual restableció el uso corriente del rito de la misa según la forma antigua, es decir la ceremonia en latín que se utilizaba antes del Concilio Vaticano II (1965).
En 2009 el pontífice revocó las excomuniones que pesaban sobre los cuatro obispos ordenados como tales en 1988 por el fundador de la fraternidad, el prelado francés Marcel Lefebvre, quien falleció excomulgado.
Sus sucesores Alfonso de Galarreta, Bernard Fellay, Richard Williamson y Bernard Tissier de Mallerais también cayeron en excomunión por permitir ser ordenados como obispos sin el permiso del Papa, lo cual es una grave afrenta a la unidad de la Iglesia.
Lefebvre era el principal opositor del Concilio y de la reforma introducida en la Iglesia por esa asamblea episcopal, especialmente en temas como el nuevo ritual de la misa, el ecumenismo, la libertad religiosa y la colegialidad en el gobierno eclesiástico.
Con gestos concretos Benedicto XVI logró acercar a los “lefebvristas” e iniciar con ellos un diálogo que duró tres años e incluyó ocho reuniones de una comisión conjunta que analizó tanto cuestiones doctrinales como teológicas.
Además de algunos puntos controvertidos en la interpretación de ciertos documentos del Vaticano II.
El 13 de junio pasado El Vaticano entregó al líder de la Fraternidad, Bernard Fellay, una declaración doctrinal que deberá ser suscrita por sus miembros como requisito para una reconciliación definitiva.
Asimismo se le comunicó también una generosa modalidad de retorno a la comunión con Roma, poniendo sobre la mesa la posibilidad de transformar a la fraternidad en una “prelatura personal”, un organismo supranacional independiente que dependería directamente del Papa.
Indicó que “actualmente El Vaticano está a la espera de una respuesta oficial de los superiores de la Fraternidad sacerdotal a estos dos documentos”.
“Luego de 30 años de separación, es comprensible que exista necesidad de tiempo para absorber el significado de estos recientes acontecimientos”, indicó una nota vaticana.
“Mientras el Santo Padre busca promover y preservar la unidad de la Iglesia mediante la realización de la reconciliación por largo tiempo esperada de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X con la sede de Pedro, son necesarias paciencia, serenidad, perseverancia y confianza”, apuntó.
En 2009 el pontífice revocó las excomuniones que pesaban sobre los cuatro obispos ordenados como tales en 1988 por el fundador de la fraternidad, el prelado francés Marcel Lefebvre, quien falleció excomulgado.
Sus sucesores Alfonso de Galarreta, Bernard Fellay, Richard Williamson y Bernard Tissier de Mallerais también cayeron en excomunión por permitir ser ordenados como obispos sin el permiso del Papa, lo cual es una grave afrenta a la unidad de la Iglesia.
Lefebvre era el principal opositor del Concilio y de la reforma introducida en la Iglesia por esa asamblea episcopal, especialmente en temas como el nuevo ritual de la misa, el ecumenismo, la libertad religiosa y la colegialidad en el gobierno eclesiástico.
Con gestos concretos Benedicto XVI logró acercar a los “lefebvristas” e iniciar con ellos un diálogo que duró tres años e incluyó ocho reuniones de una comisión conjunta que analizó tanto cuestiones doctrinales como teológicas.
Además de algunos puntos controvertidos en la interpretación de ciertos documentos del Vaticano II.
El 13 de junio pasado El Vaticano entregó al líder de la Fraternidad, Bernard Fellay, una declaración doctrinal que deberá ser suscrita por sus miembros como requisito para una reconciliación definitiva.
Asimismo se le comunicó también una generosa modalidad de retorno a la comunión con Roma, poniendo sobre la mesa la posibilidad de transformar a la fraternidad en una “prelatura personal”, un organismo supranacional independiente que dependería directamente del Papa.
Indicó que “actualmente El Vaticano está a la espera de una respuesta oficial de los superiores de la Fraternidad sacerdotal a estos dos documentos”.
“Luego de 30 años de separación, es comprensible que exista necesidad de tiempo para absorber el significado de estos recientes acontecimientos”, indicó una nota vaticana.
“Mientras el Santo Padre busca promover y preservar la unidad de la Iglesia mediante la realización de la reconciliación por largo tiempo esperada de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X con la sede de Pedro, son necesarias paciencia, serenidad, perseverancia y confianza”, apuntó.
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