¿Qué estamos sembrando para no cosechar lo que estamos cosechando? - TicoVisión |
Escrito en 28/10/12 a 09:35:28 GMT-06:00 Por Administrador |
Asumamos nosotros nuestra cuota responsabilizándonos primero con nosotros mismos, y luego vayamos a demandarle responsabilidad al estado. 28 de octubre de 2012 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento ¿Qué estamos sembrando para no cosechar lo que estamos cosechando? Por el Arq. Marco V. Flores V. Todo lo que se siembra, se cosecha. Es una máxima, una ley universal. Si como nación, sembramos corrupción, cosecharemos corrupción. Si nos prestamos a las mordidas, al chorizo, nunca acabaremos con el ciclo de corrupción, y por el contrario, éste se entronizará más y alargará su poder sobre nosotros. Si como familia, sembramos discordia, pleitos, celos, ira, cuanto anti-valor se nos ocurra, eso es la clase de sociedad que cosecharemos, de modo tal, que entre más familias disfuncionales estemos creando, más disfuncional será nuestra sociedad. Leemos y nos aterrorizamos por tantos homicidios, femicidios y suicidios, por tanta ira contenida en un individuo que así sin más, saca su arma o lo que tenga a mano y la emprende contra otro por un estúpido campo en un parqueo, o por que el de adelante no se mueve lo suficiente en la presa donde estamos todos atorados. Lo leemos y nos aterrorizamos, pero no nos examinamos introspectivamente, solo vemos hacia afuera pero nunca vemos hacia adentro. ¿Qué estamos sembrando para no cosechar lo que estamos cosechando? Nos quejamos de los políticos que nos “gobiernan”, pero, ¿quién los eligió?, ¿o acaso se subieron ahí solitos? –a pesar de que es necesario cambiar la forma de elegir a los diputados-. Si enseñamos a nuestros hijos a robarse el vuelto del supermercado, si fue mal dado a favor nuestro, o a alzar un pleito si fue mal dado en contra nuestro; si enseñamos a nuestros hijos a mentir cuando alguien toca nuestra puerta (o las rejas) y no queremos abrirle; si enseñamos a nuestros hijos que las cosas en casa se resuelven a gritos y golpes y entre más grito más fuerte soy; si enseñamos a nuestros hijos que la mejor opción para ascender es “serruchar pisos”; si le enseñamos a nuestros hijos a ofender, maldecir, gritar, golpear, irrespetar, etc.; no solo lo aprenderán a hacer igual, y hasta con intereses, sino que se lo enseñaran a sus hijos y éstos a la siguiente generación, y así sucesivamente, por lo que el ciclo de mentiras, robos, chorizos, gritos, golpes, ira, etc., no terminará nunca y nuestra sociedad irá cada vez de mal en peor, hasta acabar con nosotros mismos, hasta que no quede vestigio de lo que una vez fuimos, de esa Costa Rica tan añorada hoy día, de esa Costa Rica de nuestros abuelos, donde se vivía en seguridad y con respeto y con altos valores. Nos estamos convirtiendo en un pueblo tan inculto, tan irrespetuoso, tan falto de valores, que si no tomamos la decisión de dar un cambio ya, un viraje al otro lado, nos vamos a seguir hundiendo, y no tendremos tiempo ni de reclamar, porque nos estaremos ahogando tratando de sobrevivir, de respirar un poco de aire, porque es lo que hemos cosechado. ¿Cómo le pedimos respeto a nuestros hijos si nosotros no los respetamos a ellos, o a nuestra esposa, o a nuestro vecino, o a las leyes del país –aunque algunas sean absurdas-? ¿Cómo le decimos a nuestros hijos que sean honestos, si nos ven dándole dinero al tráfico para que no nos multe? ¿Cómo le pedimos a nuestros hijos que caminen enderezados y con la cabeza en alto si nosotros caminamos torcidos y cabizbajos? ¿En qué momento se nos torció la senda? ¿En qué momento dejamos que esto nos pasara? Si queremos ir respondiendo, podemos empezar por la educación, y la educación empieza en casa, no en la escuela. Los formadores somos los padres, los educadores deben reforzar y enseñar. Es cierto que se ha bajado mucho la calidad de la educación en los centros e estudio, esto debe mejorar, porque además de llegar a simplemente impartir lecciones, los educadores deben ser formadores, sin embargo, ésta formación debe iniciar en casa, no en los centros de estudio, esto solo deben reforzar y enseñar. Somos responsables del deterioro de nuestra sociedad, porque hemos sido apáticos, indiferentes, egoístas, soberbios, negligentes. Hemos suplantado los valores por anti-valores. Hemos dejado a otros lo que nos toca hacer a nosotros y luego responsabilizamos a los otros por el trabajo que era nuestro. Si el estado es irresponsable, es porque también nosotros hemos sido irresponsables. Si el estado ha sido ineficiente, es porque nosotros también hemos sido ineficientes. Asumamos nosotros nuestra cuota responsabilizándonos primero con nosotros mismos, y luego vayamos a demandarle responsabilidad al estado. Así que la próxima vez que nos vayamos a quejar de nuestra sociedad en crisis, la próxima vez que vayamos a reclamar por el trabajo de otro, detengámonos frente al espejo y preguntémosle a quién se refleja en él, si eso por lo que vamos a reclamar o a quejarnos, no nos correspondía en primera instancia a nosotros mismos. La próxima vez, detengámonos frente al espejo y preguntémonos: ¿Qué estamos sembrando para no cosechar lo que estamos cosechando? |
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