MARCHA POR LA DIGNIDAD DE LA JUSTICIA (Discurso Luis Paulino Mora) - TicoVisión
"La nuestra es una justa causa, marchemos con orgullo con la frente en alto, pues con nosotros camina el anhelo de un pueblo entero."
23 de noviembre de 2012 | TicoVisión | Redacción - | Nacionales | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Luis Paulino Mora Mora
Presidente de la Corte Suprema de Justicia.
22 de noviembre de 2012.- 1. Costarricenses, compañeros judiciales. Un afectuoso saludo a los que nos acompañan y a los que sabemos están con nosotros en espíritu, y no han podido venir por estar en cumplimiento de su deber en sus trabajos. A las organizaciones y personas que me han invitado a esta marcha, les digo que me siento honrado de participar y muy orgulloso del civismo que ha imperado. Hoy nos manifestamos en defensa de una de las cualidades más preciadas de la judicatura, su independencia. Para que el Juez pueda constituirse en el garante de los derechos ciudadanos debe actuar con absoluta libertad, ser independiente de cualquier intromisión interna y externa en su actuación, teniendo en mira solo el cumplimiento de la Constitución y la Ley. En la defensa de la independencia de la judicatura costarricense la razón está de nuestra parte y ello legitima el acto que hoy realizamos en resguardo de nuestra institucionalidad democrática.
2. Hoy marcho como un ciudadano más, con la fe y la esperanza de ser escuchado por nuestros representantes a quienes el pueblo costarricense ha confiando, en buena parte, la
2. Hoy marcho como un ciudadano más, con la fe y la esperanza de ser escuchado por nuestros representantes a quienes el pueblo costarricense ha confiando, en buena parte, la
toma de las decisiones más trascendentales, aquellas que nos definen como nación y que hacen historia.
3. En la vía costarricense siempre ha imperado la sensatez y el diálogo. Esa ha sido una de nuestras fortalezas como nación. Creo que los costarricenses se merecen que nosotros honremos ese legado, dejando de lado las amenazas y advertencias. Debemos custodiar esa herencia que es la que nos ha resguardado de la división y la guerra que impera en tantas partes del mundo. Ahora marcharemos a la sede del Poder Legislativo para hacer patente nuestro desagrado por la lesión que se le infirió al Poder Judicial costarricense, lo haremos en silencio y respeto, con el firme convencimiento de que sabremos como país encontrar una solución viable a la situación, solución con la que se logre sanar esa lesión.
6. A los Diputados y Diputadas les digo que he escuchado con atención la voz de la Asamblea Legislativa sobre la necesidad de mejorar deficiencias en la justicia. Ese, puedo decirles, es un anhelo compartido. Yo soy el primero en reconocer con humildad que es necesario replantearse temas y superar retos, pero creo que el camino para ello es construir juntos dentro del marco institucional, como siempre se ha hecho. Nosotros también necesitamos ser escuchados y apoyados en aquellas reformas que hemos venido planteando y discutiendo durante años. Asimismo, puedo asegurarles que tenemos oídos atentos para la razón, pero no encontraran eco en los caminos de la sinrazón.
7. El lunes después de mi intervención en Corte Plena recibí un mensaje de uno de mis hijos que me decía que se sentía orgulloso de que yo fuera su padre. Ahora yo les digo a ustedes, con el mismo amor que me lo dijo mi hijo, me siento muy orgulloso del Poder Judicial del que formo parte. Estoy orgulloso de ustedes por la lucha cívica que han dado estos días, por la expresión de unidad que se ha logrado, por el corazón del pueblo que han sabido conquistar.
8. Finalmente quiero asegurarles que esta indignación que hemos manifestado, tantos ciudadanos, servidores judiciales y nosotros los magistrados de esta Corte, no es para defender privilegios, ni disimular errores. Nos mueve más bien la defensa firme de la dignidad de la judicatura, del derecho a disentir sin ser sancionado en la aplicación de la ley, nos mueve el derecho a no ser amedrentados o amenazados en el ejercicio sagrado de nuestro mandato de administrar justicia. Nosotros los jueces sólo nos debemos a la Constitución y la Ley y que quede claro que a ella y a nadie más, nos sometemos.
9. La nuestra es una justa causa, marchemos con orgullo con la frente en alto, pues con nosotros camina el anhelo de un pueblo entero.
Muchas Gracias
3. En la vía costarricense siempre ha imperado la sensatez y el diálogo. Esa ha sido una de nuestras fortalezas como nación. Creo que los costarricenses se merecen que nosotros honremos ese legado, dejando de lado las amenazas y advertencias. Debemos custodiar esa herencia que es la que nos ha resguardado de la división y la guerra que impera en tantas partes del mundo. Ahora marcharemos a la sede del Poder Legislativo para hacer patente nuestro desagrado por la lesión que se le infirió al Poder Judicial costarricense, lo haremos en silencio y respeto, con el firme convencimiento de que sabremos como país encontrar una solución viable a la situación, solución con la que se logre sanar esa lesión.
4. Quiero decirles a aquellos que no me conocen, que soy un orgulloso hijo de campesinos costarricenses que a pesar de su sencillez supieron inculcarme el respeto por la institucionalidad y el amor por la justicia. Añoro la Patria en que crecí, llena de paz y libertad y que llevo adentro de mi alma .
5. Se que todos queremos una Costa Rica en que impere el respeto, el diálogo y la paz. Con ese espíritu es que he aceptado el llamado que la Presidenta nos hace a los Poderes Legislativo y Judicial para buscar vías de encuentro en la mejor manera de comunicarnos y dirimir nuestras diferencias, sin sacrificar la institucionalidad que con tanto esfuerzo forjaron nuestros próceres. Pueden estar seguros de que en ningún momento comprometeré en mis conversaciones con la señora Presidenta de la República y el señor Presidente de la Asamblea Legislativa la razón de esta marcha. La independencia del Poder Judicial no está en discusión. El Poder Judicial es independiente y debe seguir siéndolo, es por ello que hoy estamos acá.
5. Se que todos queremos una Costa Rica en que impere el respeto, el diálogo y la paz. Con ese espíritu es que he aceptado el llamado que la Presidenta nos hace a los Poderes Legislativo y Judicial para buscar vías de encuentro en la mejor manera de comunicarnos y dirimir nuestras diferencias, sin sacrificar la institucionalidad que con tanto esfuerzo forjaron nuestros próceres. Pueden estar seguros de que en ningún momento comprometeré en mis conversaciones con la señora Presidenta de la República y el señor Presidente de la Asamblea Legislativa la razón de esta marcha. La independencia del Poder Judicial no está en discusión. El Poder Judicial es independiente y debe seguir siéndolo, es por ello que hoy estamos acá.
6. A los Diputados y Diputadas les digo que he escuchado con atención la voz de la Asamblea Legislativa sobre la necesidad de mejorar deficiencias en la justicia. Ese, puedo decirles, es un anhelo compartido. Yo soy el primero en reconocer con humildad que es necesario replantearse temas y superar retos, pero creo que el camino para ello es construir juntos dentro del marco institucional, como siempre se ha hecho. Nosotros también necesitamos ser escuchados y apoyados en aquellas reformas que hemos venido planteando y discutiendo durante años. Asimismo, puedo asegurarles que tenemos oídos atentos para la razón, pero no encontraran eco en los caminos de la sinrazón.
7. El lunes después de mi intervención en Corte Plena recibí un mensaje de uno de mis hijos que me decía que se sentía orgulloso de que yo fuera su padre. Ahora yo les digo a ustedes, con el mismo amor que me lo dijo mi hijo, me siento muy orgulloso del Poder Judicial del que formo parte. Estoy orgulloso de ustedes por la lucha cívica que han dado estos días, por la expresión de unidad que se ha logrado, por el corazón del pueblo que han sabido conquistar.
8. Finalmente quiero asegurarles que esta indignación que hemos manifestado, tantos ciudadanos, servidores judiciales y nosotros los magistrados de esta Corte, no es para defender privilegios, ni disimular errores. Nos mueve más bien la defensa firme de la dignidad de la judicatura, del derecho a disentir sin ser sancionado en la aplicación de la ley, nos mueve el derecho a no ser amedrentados o amenazados en el ejercicio sagrado de nuestro mandato de administrar justicia. Nosotros los jueces sólo nos debemos a la Constitución y la Ley y que quede claro que a ella y a nadie más, nos sometemos.
9. La nuestra es una justa causa, marchemos con orgullo con la frente en alto, pues con nosotros camina el anhelo de un pueblo entero.
Muchas Gracias
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