TicoVisión Costa Rica

''Vuelvo al caso del INDULTO''

Por Ottón Solís Fallas

15 de diciembre de 2012.- Vuelvo al caso del indulto para contestar algunos de los argumentos y comentarios que he leído:

1. Actuación de Manrique Oviedo ¿tráfico de influencias para beneficiar a un amigo? Manrique habría incurrido en una muy seria violación a la ética y debería renunciar a la diputación si lo que sea que hizo NO lo hizo porque está convencido que en este tipo de casos (acción flagrante en defensa de familia y propiedad) los condenados deben ser imputados. O sea, si solo intervino porque se trata de un amigo, habría puesto su status de diputado y el acceso que ello atorga al servicio no de una convicción sino de sus amigos. Le creo a Manrique cuando me dice que se trata de una convicción. Pero si nos enteramos que en el caso de un condenado por hechos similares pero no amigo de Manrique, no estuvo dispuesto a atender una solicitud para que interviniera, el asunto cambiaría y yo condenaría sin contemplaciones su accionar. Por ello sugiero a los que piden su cabeza que se aboquen a averiguar si en casos similares de no amigos Manrique se abstuvo de participar. Si es así, todas las acusaciones de que es un traficante de influencias, son correctas. Si no es así –como lo creo- y se trata de su convicción general, jamás puede hablarse de tráfico de influencias.

2. Debo también reiterar que mi posición siempre ha sido que la persona de bien que no anda por ahí metiéndose con la propiedad ni la familia de otros NUNCA debería terminar en la cárcel cuando en un caso de flagrancia incurre en hechos tan lamentables como en los que incurrió don Bernal Arias. Se que con este

punto de vista difieren frontalmente la mayoría de mis lectores. Pero jamás voy a rehuir ni a esconder lo que creo. Lo hice cuando fui candidato y lo seguiré haciendo.

3. Solo para que vean la profundidad de mis convicciones en este punto –¡y se decepcionen aun más!- les cuento que en la cárcel de Pérez Zeledón hay un pequeño finquero condenado también a 20 años porque mató a un ladrón que encontró es su pequeña finca haciendo lo que venía haciendo por meses: robándole ganado (el niega haberlo matado pero creo que si lo hizo). Del caso me enteré cuando estaba en USA dando clases. Como señal de solidaridad a las pocas semanas de mi regreso (como en agosto del año pasado) lo visité en la cárcel para decirle que consideraba un injusticia que estuviese ahí y que si yo hubiese llegado a ser presidente lo hubiese indultado. Desde entonces lo he llamado varias veces por teléfono a la cárcel pues me da lástima y un poco de rabia que sufra las consecuencias de querer cuidar contra ladrones lo que tanto le había costado hacer. Ahora ante los hechos del indulto de don Bernal me da cierto cargo de conciencia de no haber conversado con doña Laura Chinchilla o con el Ministro de Justicia para sugerirle que lo indultara. En general reitero que cuando escucho que taxistas, pulperos etc, defendiendo lo suyo terminan en la cárcel por que utilizaron un arma, me duele por ellos y creo que todos deben ser indultados.

4. Ceo que muchas personas que muestran -como argumento para censurar mi posición sobre este tema- la condena de los tribunales y me dicen que para qué jueces si después se da un indulto, en realidad están en desacuerdo con la figura del indulto (¡es evidente que todo indultado ha sido condenado por los jueces!). Esas personas deberían presentar un proyecto de ley para eliminar la figura. Yo no lo hago porque quiero que se siga utilizando esa herramienta, dentro de otros casos (muy joven el condenado, buen comportamiento, etc.) para que las personas que defienden a sus familias y a sus propiedades no estén en la cárcel.