20 de diciembre de 2012.-   Resuenan en mis oídos esas palabras mentirosas escuchadas en un noticiero de televisión que en ese entonces le era afín y fiel y que se esforzaba por levantar la imagen de un candidato que llegaba a la lucha electoral y que luego ganaba las elecciones por un estrecho margen y asumía una presidencia "de facto", mediante un "golpe de estado técnico" como no dudó en llamarlos su propio compañero de partido Luis Alberto Monge.

Esas palabras se fueron arrastradas por el vendaval de la demagogia como antes se habían ido los trenes arrastrados por el oportunismo de otro expresidente por diez años fugitivo.

Siete años después las vías están destrozadas, los hospitales en ruinas y saturados, la pobreza y la delincuencia se han duplicado, las comunidades costeras amenazadas por el desalojo, ha crecido el déficit de vivienda y el prometido proyecto "Limón Ciudad Puerto", varado en la administración pública sin que haya voluntad política para echarlo a andar.