Crisis económica y amenazas a la seguridad nacional: España - TicoVisión
Nuestro país no se puede plantear desempeñar ningún papel relevante en la sociedad internacional globalizada yendo de barato, como dice recientemente el profesor Luis V. Pérez Gil.
14 de enero de 2013 | TicoVisión | Redacción - www.sergiogarciacruz.com | Opinión /España | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Crisis económica y amenazas a la seguridad nacional
Por Sergio García de la Cruz
14 de enero de 2013.- La situación actual nos está mostrando pequeños hitos, inusuales y curiosos donde los haya. Entre ellos hay algunos hechos preocupantes, como, por ejemplo, que el Rey de España y Jefe del Estado haga unas declaraciones sobre lo mal que está la seguridad.
Situemos la problemática actual de la seguridad nacional en sus términos adecuados. La crisis económica ha provocado que se reduzca de forma drástica el presupuesto del Ministerio de Defensa que, desde 2010, ha sufrido profundos recortes que han afectado principalmente a los programas prioritarios de armamento (aviones de transporte y de combate, renovación completa de la flota de helicópteros, vehículos blindados, misiles y municiones) y a importantes programas de investigación y desarrollo de una industria de defensa volcada en la exportación.
Los recortes han sido aún más profundos en lo que se refiere a sistemas de comunicaciones espaciales, aviones no tripulados o la inserción de robots en el campo de batalla. Bien es verdad que nuestros políticos nos han hecho creer que las Fuerzas Armadas, las nuestras en particular, están y existen para repartir ayuda humanitaria en el extranjero, para participar en procesos electorales y para ayudar a las poblaciones civiles en catástrofes naturales, olvidando cuál es la función que tienen encomendada en la Constitución Española.
Sin embargo, como establece el artículo 8 en el Título Preliminar del texto constitucional: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la
Situemos la problemática actual de la seguridad nacional en sus términos adecuados. La crisis económica ha provocado que se reduzca de forma drástica el presupuesto del Ministerio de Defensa que, desde 2010, ha sufrido profundos recortes que han afectado principalmente a los programas prioritarios de armamento (aviones de transporte y de combate, renovación completa de la flota de helicópteros, vehículos blindados, misiles y municiones) y a importantes programas de investigación y desarrollo de una industria de defensa volcada en la exportación.
Los recortes han sido aún más profundos en lo que se refiere a sistemas de comunicaciones espaciales, aviones no tripulados o la inserción de robots en el campo de batalla. Bien es verdad que nuestros políticos nos han hecho creer que las Fuerzas Armadas, las nuestras en particular, están y existen para repartir ayuda humanitaria en el extranjero, para participar en procesos electorales y para ayudar a las poblaciones civiles en catástrofes naturales, olvidando cuál es la función que tienen encomendada en la Constitución Española.
Sin embargo, como establece el artículo 8 en el Título Preliminar del texto constitucional: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la
Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Precisamente, para desempeñar estas funciones, las Fuerzas Armadas deben contar con el personal, los medios y los recursos precisos, cosa que no está sucediendo en este momento. Las carencias en los mismos es a lo que ha aludido el Rey en el discurso de la Pascua Militar cuando enfatizó que “la actual crisis económica actúa como una amenaza a la seguridad” por lo que “resulta primordial priorizar el esfuerzo para mantener las capacidades militares que garanticen una disuasión verosímil en defensa de los intereses de España”.
Nuestro país no se puede plantear desempeñar ningún papel relevante en la sociedad internacional globalizada yendo de barato, como dice recientemente el profesor Luis V. Pérez Gil en su libro “Elementos para una teoría de la política exterior” (2012). Este gobierno, como cualquier otro, debe ser consciente de que la seguridad nacional no es una cuestión circunstancial en el ejercicio de las potestades y competencias de los poderes públicos, sino que es su objetivo principal, porque el mantenimiento de la seguridad es la mejor manera de garantizar el crecimiento y desarrollo económico del Estado.
La cicatería que han mostrado los sucesivos gobiernos democráticos con las Fuerzas Armadas durante la etapa democrática no ha hecho mella, sin embargo, en la imagen que tienen los ciudadanos de sus Ejércitos, que se ve refrendada con la máxima valoración en las encuestas que periódicamente realiza el Centro de Investigaciones Sociológicas sobre las instituciones públicas.
Nuestro país no se puede plantear desempeñar ningún papel relevante en la sociedad internacional globalizada yendo de barato, como dice recientemente el profesor Luis V. Pérez Gil en su libro “Elementos para una teoría de la política exterior” (2012). Este gobierno, como cualquier otro, debe ser consciente de que la seguridad nacional no es una cuestión circunstancial en el ejercicio de las potestades y competencias de los poderes públicos, sino que es su objetivo principal, porque el mantenimiento de la seguridad es la mejor manera de garantizar el crecimiento y desarrollo económico del Estado.
La cicatería que han mostrado los sucesivos gobiernos democráticos con las Fuerzas Armadas durante la etapa democrática no ha hecho mella, sin embargo, en la imagen que tienen los ciudadanos de sus Ejércitos, que se ve refrendada con la máxima valoración en las encuestas que periódicamente realiza el Centro de Investigaciones Sociológicas sobre las instituciones públicas.
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