¿Signos de desbandada neoliberal? - TicoVisión |
Escrito en 16/01/13 a 09:35:59 GMT-06:00 Por Administrador |
Pero Roubini señala que la profunda recesión económica en la periferia de la ZE está extendiéndose ahora a las partes centrales. 16 de enero de 2013 | TicoVisión | Redacción - | Análisis /Economía | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento Por Alberto Rabilotta (Periodista) 16 de enero de 2013.- El 2013 comienza con más signos de que la etapa de los “mercados autorregulados”, el neoliberalismo está haciendo aguas, con la conciencia de que las políticas adoptadas desde la crisis del 2008 pueden tener consecuencias políticas amenazantes para el sistema, lo que explica algunas opiniones y análisis que anticipan o proponen cambios para que todo siga igual y que el capitalismo perdure en los países del capitalismo avanzado. La posibilidad o imposibilidad de estas propuestas es algo que tocaremos en un segundo artículo (1). En el presente veremos algunas “señales” que parecen indicar el fin de la etapa neoliberal, pero primero un breve paseo por la realidad en las principales economías del capitalismo avanzado. La realidad Por cuarto año consecutivo la crisis económica en la Unión Europea (UE), Estados Unidos (EE.UU.) y otros países del “capitalismo avanzado” sigue su curso. Japón, donde primero se manifestaron las causas principales de la crisis estructural como un “estado permanente de decrecimiento o estancamiento económico”, vive la crisis desde hace dos décadas y acaba de elegir un gobierno que promete “cambios”. En un reciente análisis el economista Nouriel Roubini (2) sintetiza bastante bien el problema de la zona euro (ZE), señalando que las políticas del Banco Central Europeo (BCE) bajaron significativamente, pero no eliminaron, los riesgos de la salida de Grecia de la ZE, y redujeron el costo del refinanciamiento de la deuda pública de España e Italia y por lo tanto se evitó que ambos países deban someterse, como Grecia, Portugal e Irlanda, al dictado de la Troika (Comisión Europea, BCE y FMI). Pero Roubini señala que la profunda recesión económica en la periferia de la ZE está extendiéndose ahora a las partes centrales: Francia sufrirá una recesión en el 2013, e incluso en Alemania hay una fuerte desaceleración por la contracción de la demanda en la periferia de la ZE y un menor crecimiento económico en China. Este economista define la situación entre los países fuertes de la ZE y la periferia como un proceso de “balcanización” persistente de la actividad económica y bancaria –en este caso por la fuga de capitales de la periferia hacia los países centrales-, por lo cual la recesión en la periferia de la ZE continuará en el 2013. En cuanto al desempleo, según las estadísticas oficiales en los 27 países de la UE son ya 26 millones los cesantes registrados, pero no se habla de los desocupados crónicos ni del subempleo. A finales de diciembre, en los 17 países de la ZE, la cesantía llegó al 11.8 por ciento y se anticipa que aumentará durante el 2013. El desempleo entre los jóvenes llegó niveles nunca vistos en la era moderna: 23.7 por ciento en la UE y 24.4 por ciento en la ZE. La tasa de cesantía entre los jóvenes alcanza el 57.6 por ciento en Grecia, el 56.5 por ciento en España y el 37.1 por ciento en Italia, país que perdió una cuarta parte de su producción industrial entre abril 2008 y octubre 2012. En Gran Bretaña, que no forma parte de la ZE, por las medidas de austeridad que afectan directamente al empleo y el nivel de vida de la clase trabajadora, la economía sufre una tercera caída consecutiva en recesión: después de una contracción en el tercer trimestre el PIB se contrajo 0.3 por ciento en el cuatro trimestre del 2012, según el Instituto nacional para investigaciones económicas y sociales. La corrección de precios del sector inmobiliarios que afecta a los países periféricos alcanza ahora a los centrales, incluyendo a Francia y exceptuando Alemania, lo que significa el aumento de la deuda de los particulares que adquirieron viviendas y una depresión en el sector de la construcción, importante fuente de empleos. Aunque registra cierto crecimiento en el PIB, la situación no es diferente en EE.UU., donde el reelecto Presidente Barack Obama cedió al chantaje de la oposición Republicana y pronto deberá administrar una dosis de austeridad a través de recortes presupuestarios. El desempleo “oficial” en EE.UU. se situó en diciembre por debajo del 8.0 por ciento, pero fue superior al 14 por ciento en la estadística de desempleo ampliado (U6) de la Oficina de Estadísticas del Trabajo. La tasa de desempleo entre los jóvenes estadounidenses –de 18 a 29 años-, atados de por vida a la deuda de un billón de dólares por los préstamos incurridos para estudiar, es de 11.5 por ciento, aunque en realidad es de 16.3 por ciento si se cuenta el millón 700 mil de jóvenes excluidos de las estadísticas oficiales. En ninguno de los países del capitalismo avanzado se avizora la posibilidad de crear las decenas de millones empleos que desaparecieron en los últimos años para dar trabajo a los desempleados, y menos aun de crear puestos de trabajos para los millones de jóvenes que en este período deberían haber ingresado al mercado laboral. Empero, nada de todo lo anterior inquieta al mundo financiero. Los principales índices bursátiles cerraron el 2012 y comenzaron el 2013 con alzas (25 por ciento en Alemania, ocho por ciento en Londres y más del 15 por ciento para el 500 S&P en EE.UU.), confirmando así que en el sistema actual las bolsas suben cuando se aplica la austeridad, aumenta el desempleo y la pobreza, cuando el consumo y la economía baja o se estanca, lo que confirma la desconexión total entre la economía real y el mundo financiero. Los limites del neoliberalismo en la UE Al despedirse de su función de presidente del Consejo de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) del Parlamento Europeo, el primer ministro y titular de Economía de Luxemburgo, Jean-Claude Junker, dijo lo que realmente pensaba, criticó su propia complacencia frente a las políticas de ajuste estructural y lanzó un “furibundo ataque contra la gestión de la crisis del euro impuesta por Berlín”, como subrayan el corresponsal del periódico español Cinco Días en Bruselas (3) y el portal Eurointelligence.com. Un ataque en regla que, como era de esperar, apenas fue mencionado en la gran prensa europea e internacional, más interesada en la afirmación del Presidente de la Comisión Europea, Manuel Barroso, de que la crisis existencial del euro era cosa del pasado, lo que contrasta con la respuesta de Junker, quien dijo que no compartía “ese brumoso análisis de los problemas que enfrenta el euro (porque) siguen habiendo problemas serios cuya solución requerirá una gran cantidad de valor político. No debemos darle al público o a los parlamentos nacionales la impresión de que lo peor ha pasado, como están sugiriendo algunos políticos. La moneda única sigue existiendo y la eurozona está en mejor posición que hace doce meses”, pero no se salió de la crisis, apuntó Junker. Lo importante de las declaraciones de Junker es que, grosso modo, constituye una crítica a las políticas neoliberales aplicadas en la UE, como cuando dijo que estaba en completo desacuerdo con el ritmo de los ajustes de austeridad “impuestos a ciertos países” y denunció que el Eurogrupo no había evaluado las consecuencias políticas de esos ajustes estructurales, limitándose a estampillar las recomendaciones presentadas por las instituciones que conforman la Troika, “cuya legitimidad democrática no es del todo clara”. También criticó la política de hacer recaer el peso del ajuste “en los más débiles, simplemente porque son más numerosos”, el que se haya subestimado “el drama del desempleo” y que en el forcejeo entre la política y las finanzas “el brazo monetario de Frankfurt (donde están las sedes del BCE y el Banco Central Alemán) es fuerte, y el brazo de la política económica (los parlamentos nacionales) es débil”. En esta crítica y autocrítica Junker planteó, como tarea para su sucesor o sucesora, la necesidad de que “todos los Estados miembros se pusieran de acuerdo en un ‘salario social mínimo’ (y sentaran) la base de derechos sociales mínimos para los trabajadores”, advirtiendo que de lo contrario “perderemos el apoyo de las clases trabajadoras”. No es descartable pensar que esta crítica es signo de que algunos políticos europeos, y hasta quizás algunos tecnócratas que dirigen las instituciones que conforman el rígido sistema neoliberal de la UE, comienzan a tener reservas sobre las políticas neoliberales que, en definitiva, están haciendo correr graves riesgos económicos, sociales y políticos al conjunto del sistema capitalista de la UE. Sobre estos riesgos implícitos en la prolongada situación de recesión, bajo crecimiento económico y desempleo masivo, y el “extremismo político que puede generar” -como el que siguió a la crisis monetaria y económica de los años 20 en Europa-, escribió Stephen Fidler en el Wall Street Journal (4), el diario de los financieros. Fidler cita a Patricia Clavin y David Vines, profesores de la Universidad de Oxford, quienes en una conferencia a finales del 2012 se refirieron a los paralelos existentes entre la situación en la década de 1920 y la actual, como por ejemplo el papel que la Liga de Naciones jugó como defensor de los acreedores de la deuda pública, al punto de enviar un funcionario para administrara el cumplimiento de la austeridad impuesta a Austria, algo similar al papel jugado actualmente por la Troika (CE, BCE y FMI), También destacan el paralelo entre quienes fueron designados para cargar con el peso del ajuste en las actuales políticas de austeridad presupuestaria: en ambos casos, según los citados profesores, se responsabilizó a los países deudores y con déficits, que debieron soportar el ajuste en lugar de los países acreedores, que disponían de superávits (3). Reseñando las conferencias de Clavin y Vines el periodista del diario Wall Street apunta que no es de sorprender que dirigentes políticos “estén preocupados sobre lo que todo esto implica para la política en Europa continental, y si esto no podría generar un extremismo político como el que siguió a la dura realidad económica en Europa en la década de 1920” Al analizar los “trastornos globales en el mediano plazo” el filósofo Immanuel Wallerstein (La Jornada, 13 enero 2013) anticipa que debido a la crisis estructural del capitalismo habrá, hacia el final de la década, algunas realineaciones importantes que “no tendrán resultados felices para casi nadie”, y que “aquellos que tienen riqueza y privilegios hoy, no se sentarán sin hacer nada. Será más y más claro para ellos que no pueden asegurar su futuro a través del sistema capitalista existente. Buscarán implementar un sistema que no se base en un papel central del mercado, sino en una combinación de fuerza bruta y engaño. El objetivo clave es asegurar que el nuevo sistema garantice la continuación de tres rasgos clave para el actual sistema: jerarquía, explotación y polarización”. Esa combinación de “fuerza bruta y engaño” que anticipa Wallerstein es más que probable, con mayor énfasis en la “fuerza bruta” si no se pone término rápidamente a la aplicación de los programas de austeridad que tan grave impacto tienen en la vida de los pueblos de la periferia de la UE, y si no se adoptan políticas para generar empleos, aunque sean un engaño temporal. El sistema actual, y es probable que eso es lo que haya motivado la sinceridad de Jean-Claude Junker, solo puede ser mantenido mediante niveles de control social y de represión policial-militar, o sea la fuerza bruta, como los aplicados por las dictaduras militares y algunos gobiernos civiles de América Latina en las épocas en que nuestros países eran el terreno de ensayo de las políticas del FMI y del Consenso de Washington. Desde el siglo 19, primero con el imperio británico y luego en el siglo 20 con el imperialismo estadounidense, muchos países latinoamericanos han servido de cobayos para las políticas imperiales que luego se aplicaron a todo el mundo, como dice el historiador estadounidense Greg Grandin. No es de extrañar que algunos políticos e intelectuales de diversas tendencias comiencen a interrogarse, en Europa y en Estados Unidos, si para mantener el neoliberalismo o salvar el capitalismo la clase dominante no piensa ya en reemplazar el ilusorio “poder de los votos” por el concreto “poder de las botas”. Notas: 1.- En la segunda parte “El capitalismo (neoliberal) ha muerto. ¡Viva una forma de capitalismo corporativista!”, analizaremos las propuestas y anticipaciones de algunos economistas para retornar a un sistema de regulación del mercado). 2.- Nouriel Roubini, http://www.economonitor.com/nouriel/2013/01/14/the-year-ahead-in-the-eurozone-lower-risks-same-problems/ 3.- Ver http://www.cincodias.com/articulo/economia/juncker-despide-furibundo-ataque-berlin/20130110cdscdseco_1/ y “Finally telling the truth – Junker’s shocking farewell statement to the European Parliament”, Eurointelligence,com 4.- Ver Parallels With 1920s Raise Worries over Extremism, Stephen Fidler, Wall Street Journal http://online.wsj.com/article/SB10001424127887324081704578233711771426512.html Sobre este tema la mejor y más completa fuente sigue siendo el libro de Karl Polanyi, La Gran Transformación, y en particular los últimos capítulos (19 al 21) en la edición en francés, de Gallimard, 1983. La Vèrdiere, Francia - Alberto Rabilotta es periodista argentino - canadiense. |
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