Es la primera vez que Irán accede a colaborar en un proceso en el que son acusados ex funcionarios de ese país, entre ellos el ex presidente iraní Ali Akbar Rafsanjani, el ex ministro de Seguridad, Alí Fallahiján, el ex canciller, Alí Velayati, y el ex jefe de guardia, Moshen Rezahi.

La decisión de Irán fue sorpresiva, ya que desde que se cometió el atentado, el 18 de julio de 1994, y se descubrió que había una “conexión internacional”, ese país se negó de manera sistemática a colaborar con cualquier tipo de investigación.

El gobierno argentino enviará la semana próxima el convenio al Senado para su debate y aprobación, lo que destrabaría una pesquisa que fue entorpecida incluso por funcionarios argentinos y que tras más de 18 años sólo ha logrado que el caso permanezca impune.

El martes, el canciller argentino se reunió con víctimas del atentado, que también dejó más de 300 heridos, y representantes de la comunidad judía en Argentina, que es la más grande de América Latina, para exponer el alcance del acuerdo y aclarar que no se cede soberanía ante Irán.

Aunque la comunidad había criticado y desconfiado en un primer momento de la cooperación ofrecida por el país asiático, luego del encuentro con Timerman sólo pidió una serie de especificaciones en el proyecto de ley que debatirá el Congreso.

Entre esos cambios, solicitaron que no se interrogue a los acusados, sino que se les indague, ya que es una figura jurídica más acorde con la legislación argentina.

También pidieron que Interpol no cancele los pedidos de captura internacional que existen en contra de los imputados que serán interrogados en Teherán, y que la Comisión de la Verdad que se integrará tenga un carácter meramente de asesoramiento.