Para participar en política Gerardo Vargas cuenta con una dispensa de la Iglesia Católica. La gente le dice "padre" de cariño. Pero usted no lo verá nunca utilizando su profesión de sacerdote para ganar votos. Él ha sido absolutamente respetuoso de la prohibición que existe de usar la religión para hacer propaganda. Cuando hace campaña habla de sus propuestas políticas, de la realidad social del país, no le dice a la gente que tienen que votar por él porque es la voluntad de Dios. Esto último marca una diferencia abismal con ciertos partidos evangélicos que usan la religión para manipular al electorado. A Gerardo Vargas usted nunca lo verá hacer esto.

El Frente Amplio está orgulloso de que existan sacerdotes comprometidos con las luchas sociales que se hayan integrado a nuestro partido. Pero el Frente Amplio es un partido con principios muy claros. Y todas y todos nuestros militantes deben aceptar y respetar estos principios: el Frente Amplio respeta la libertad de culto pero promovemos un Estado Laico, una estricta separación entre Estado e Iglesia. No aceptamos que se manipulen las creencias religiosas para determinar políticas públicas en detrimento de los derechos humanos.

El Frente Amplio defiende los derechos humanos de las personas que tienen una orientación sexual distinta a la mayoritaria y rechazamos toda forma de discriminación homofóbica. El Frente Amplio respeta y acata las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y creemos que las familias tienen derecho a utilizar los avances científicos para formar una familia (FIV)

Nuestras candidatas y candidatos conocen estos principios y usted se sorprendería -si se toma la molestia de conversar con Gerardo Vargas- al conocer las posiciones sobre estos temas del mencionado compañero. Estas posiciones muestran que es posible ser católico y defender los derechos de las personas homosexuales, así apoyar la aplicación responsable de la FIV. Pero, mejor dejo que Gerardo sea quién le explique su posición, así que le copio este mensaje.

Ahora bien, con la misma franqueza con la que usted nos escribe, debo confesarle que me parece que las afirmaciones realizadas por su persona, están fundadas en prejuicios y una deficiente cultura política. Me explico.

No existe incompatibilidad alguna entre ser de izquierda o socialista y profesar los principios cristianos, ser católico o incluso sacerdote. Ejemplos en la historia mundial y latinoamericana sobran.

Es cierto, que durante el siglo XX algunas organizaciones y gobiernos que decían ser "comunistas", se enfrentaron a las iglesias, e incluso se proclamaron ateos. Por hoy en día esta concepción está totalmente superada. Existen muchos cristianos y católicos que rechazan las injusticias del capitalismo salvaje y no por ello se les puede tildar de ateos. Todo lo contrario, muchas personas creemos que el socialismo no es otra cosa que llevar los principios cristianos hasta sus últimas consecuencias en el plano económico y social. Está la experiencia de la teología de la liberación que permitió a muchos cristianos armonizar su lucha social con sus creencias religiosas. Está el testimonio de vida monseñor Oscar Arnulfo Romero, uno de los líderes a quienes más admiro.

En fin, siguiendo su forma de razonar, afirmar en pleno siglo XXI que existe una contradicción entre ser socialista y católico solo se puede deber a dos razones: 1) Una actuación sesgada por prejuicios trasnochados de tiempos de la Guerra Fría o 2) Falta de cultura política, es decir, un profundo desconocimiento de la historia y la evolución del pensamiento humano y político durante el último siglo.

La referencia al "opio de los pueblos" es un buen ejemplo de lo anterior. Si nos vamos a la fuente original (los textos de Marx sobre la ideología) y no a la propaganda de la Guerra Fría, la conclusión es que el opio del pueblos no es profesar una religión o creer en Dios. El opio de los pueblos es la manipulación ideológica de las creencias religiosas del pueblo, para impedir su organización y emancipación. El opio de los pueblos es lo que hacen Justo Orozco y los partidos tradicionales con su política clientelista. Pero la religión también puede ser fuerza liberadora, inspiración para organizarse y luchar, en aras de construir una sociedad más justa y solidaria."