Autenticidad cristiana de la Teología de la Liberación - TicoVisión
La opción preferencial por los pobres es central a la Teología de la Liberación, como lo fue para el toda la Iglesia Latinoamericana en el Sínodo de Medellín...
07 de marzo de 2013 | TicoVisión | Redacción - | Sociales | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Teología de la Liberación
Por Iván García Marenco
(7 de septiembre de 1984)
7 de marzo de 2013.- Hay documentos eclesiales que afirman, con toda razón, que SI ALGÚN TEÓLOGO LLEGA A ADMITIR CIERTOS DOGMAS MARXISTAS O LENINISTAS en sus escritos o enseñanzas, está desviado del Catolicismo. Cuáles son esos dogmas no cristianos los exponen claramente esos documentos. Asimismo, los documentos afirman que ha habido algunos teólogos que se han identificado como seguidores de la Teología de la Liberación que a la vez han admitido esos dogmas no cristianos, y que esos teólogos están equivocados. Se ha mencionado un grupo de sacerdotes que han caído en estas desviaciones, especialmente en Colombia, Argentina y Uruguay.
Pero ningún documento de la Iglesia Católica ha afirmado que la Teología de la Liberación en general, y no en casos de teólogos equivocados que afirman defenderla, acepta o se basa en dogmas marxistas no cristianos.
Al contrario. Hay una entrevista de Mons. Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano, publicada el 10 de setiembre de 2012, con el P. Gustavo Gutiérrez, iniciador de la Teología de la Liberación y sacerdote entregado de lleno al ministerio con los pobres --como lo ha reconocido el mismo Vargas Llosa en un artículo atacando la teología de la liberación--. Mons. Müller llega a afirmar: "La teología de Gustavo Gutiérrez, independiente del ángulo desde el que se mire, es ortodoxa porque es ortopráctica y nos enseña el adecuado actuar cristiano porque procede de la verdadera fe". Asimismo, Müller analizando la teología de la liberación como basada en el Evangelio, llega a decir: "Sólo será posible un nuevo comienzo radical, con un desarrollo que lleve a una sociedad más justa y la garantía de los derechos humanos por parte del Estado. Pero también es necesaria una espiritualidad de los derechos humanos. La mayor aspiración de cada persona, en lo más hondo de su conciencia, deberán ser el concienciarse de la responsabilidad del hombre ante Dios y el espíritu de fraternidad. Sólo así se podrá limitar la codicia por el dinero y el poder como fuente de todo mal. Y si la exculpación y la reconciliación no las concebimos como obra propia sino como don divino y orden de vida puede crecer en nuestros corazones esa gratitud que presenta la existencia como ser humano para otros como la medida suprema de lo humano, de las posibilidades de desarrollo de cada persona en el esplendor del amor de Dios. Deus caritas est, ésa es la meta y el instrumento de la liberación y la perfección del hombre hacia el Dios Trino."
Pero ningún documento de la Iglesia Católica ha afirmado que la Teología de la Liberación en general, y no en casos de teólogos equivocados que afirman defenderla, acepta o se basa en dogmas marxistas no cristianos.
Al contrario. Hay una entrevista de Mons. Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano, publicada el 10 de setiembre de 2012, con el P. Gustavo Gutiérrez, iniciador de la Teología de la Liberación y sacerdote entregado de lleno al ministerio con los pobres --como lo ha reconocido el mismo Vargas Llosa en un artículo atacando la teología de la liberación--. Mons. Müller llega a afirmar: "La teología de Gustavo Gutiérrez, independiente del ángulo desde el que se mire, es ortodoxa porque es ortopráctica y nos enseña el adecuado actuar cristiano porque procede de la verdadera fe". Asimismo, Müller analizando la teología de la liberación como basada en el Evangelio, llega a decir: "Sólo será posible un nuevo comienzo radical, con un desarrollo que lleve a una sociedad más justa y la garantía de los derechos humanos por parte del Estado. Pero también es necesaria una espiritualidad de los derechos humanos. La mayor aspiración de cada persona, en lo más hondo de su conciencia, deberán ser el concienciarse de la responsabilidad del hombre ante Dios y el espíritu de fraternidad. Sólo así se podrá limitar la codicia por el dinero y el poder como fuente de todo mal. Y si la exculpación y la reconciliación no las concebimos como obra propia sino como don divino y orden de vida puede crecer en nuestros corazones esa gratitud que presenta la existencia como ser humano para otros como la medida suprema de lo humano, de las posibilidades de desarrollo de cada persona en el esplendor del amor de Dios. Deus caritas est, ésa es la meta y el instrumento de la liberación y la perfección del hombre hacia el Dios Trino."
Así, pues, nadie ha presentado textos de condena por parte de la autoridad eclesiástica por haber caído en aceptación de dogmas marxistas no cristianos contra cualquiera de las siguientes figuras señeras de la Teología de la Liberación: Padre Gustavo Gutiérrez, Mons. Arnulfo Romero (mártir), Padre Rutilio Grande (mártir jesuita, del cual Romero se consideró discípulo), Padre Ignacio Ellacuría (mártir jesuita), Padre Amando López (mártir jesuita, antiguo profesor de la UCA de Managua), Padre Ion de Sobrino (jesuita), Mons. Méndez Arceo, Mons. Helder Cámara, Mons. Pedro Casaldáliga (en camino al martirio en la selva amazónica), Leonardo Boff, Frei Betto, Padre Antonio Castro, Padre Uriel Molina, Padre Fernando Cardenal (jesuita).
La opción preferencial por los pobres es central a la Teología de la Liberación, como lo fue para el toda la Iglesia Latinoamericana en el Sínodo de Medellín, después del Concilio Vaticano II. Y lo es, porque es central en el Evangelio de Jesús de Nazaret.
Por el otro lado, el Vaticano, inexplicablemente, nunca se ha preocupado de regañar o condenar a llamados teólogos católicos que llegan a defender lo centralmente cristiano que es el capitalismo sin mencionar un solo texto de la Sagrada Escritura en el cual puedan basarse. Ellos defienden que la abundancia de riquezas es señal de la bendición de Dios, que es una concepción ausente en la enseñanza de Cristo, pues él mismo no podía considerarse abandonado de Dios por ser tan pobre que no tenía dónde reclinar su cabeza.
La opción preferencial por los pobres es central a la Teología de la Liberación, como lo fue para el toda la Iglesia Latinoamericana en el Sínodo de Medellín, después del Concilio Vaticano II. Y lo es, porque es central en el Evangelio de Jesús de Nazaret.
Por el otro lado, el Vaticano, inexplicablemente, nunca se ha preocupado de regañar o condenar a llamados teólogos católicos que llegan a defender lo centralmente cristiano que es el capitalismo sin mencionar un solo texto de la Sagrada Escritura en el cual puedan basarse. Ellos defienden que la abundancia de riquezas es señal de la bendición de Dios, que es una concepción ausente en la enseñanza de Cristo, pues él mismo no podía considerarse abandonado de Dios por ser tan pobre que no tenía dónde reclinar su cabeza.
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