Histerismo colectivo - TicoVisión
Y la histeria sigue al comparar al muchacho de Bariñas con Lenin, creador de la revolución que permitió el nacimiento de la Unión Soviética...
09 de marzo de 2013 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Por Jorge J. Cuadra V.
9 de marzo de 2013.- Usualmente los que se ponen histéricos ante la desaparición de un líder, son los de abajo, los descamisados, los iletrados, los que por no tener nada, lo dan todo en el seguimiento ciego de un líder prefabricado, que solo pudo existir gracias al hecho de que nadaba en un mar de petróleo. Con el caso de la desaparición del líder venezolano, son los letrados, los encamisados, los de arriba los que están viendo espejismos colectivos.
Que a solo 13 años de recorrido el siglo XXI el ex presidente de Bolivia, Jorge Quiroga se atreva a decir que Chávez es la figura más carismática del nuevo siglo, es un abuso de posición intelectual que se suma al histerismo colectivo de los enajenados.
“Encarna la ambición esencial del continente más desigual del mundo: la justicia social.” El que dijo este pensamiento a la legua se ve que no conoce de las miserias del continente africano. Tiene que pensar en el apartheid, la doctrina racista más brutal que ha conocido la humanidad, en donde hasta que apareció Nelson Mandela se pudo empezar a hablar de justicia social. Venezuela tuvo a Bolívar, traicionado y olvidado por las ambiciones personales de los herederos de los virreyes y tuvo a Juan Vicente Gómez y después a Marcos Pérez Jiménez, para caer en Rómulo Betancourt, quizás el demócrata más completo de América Latina y, aunque muy cuestionado, a Carlos Andrés Pérez, a quien el hoy iluminado por la aureola de la muerte, le dio un golpe de estado, que falló por lo descabellado de su razón.
Que a solo 13 años de recorrido el siglo XXI el ex presidente de Bolivia, Jorge Quiroga se atreva a decir que Chávez es la figura más carismática del nuevo siglo, es un abuso de posición intelectual que se suma al histerismo colectivo de los enajenados.
“Encarna la ambición esencial del continente más desigual del mundo: la justicia social.” El que dijo este pensamiento a la legua se ve que no conoce de las miserias del continente africano. Tiene que pensar en el apartheid, la doctrina racista más brutal que ha conocido la humanidad, en donde hasta que apareció Nelson Mandela se pudo empezar a hablar de justicia social. Venezuela tuvo a Bolívar, traicionado y olvidado por las ambiciones personales de los herederos de los virreyes y tuvo a Juan Vicente Gómez y después a Marcos Pérez Jiménez, para caer en Rómulo Betancourt, quizás el demócrata más completo de América Latina y, aunque muy cuestionado, a Carlos Andrés Pérez, a quien el hoy iluminado por la aureola de la muerte, le dio un golpe de estado, que falló por lo descabellado de su razón.
¿Y quién libera de su justo castigo al teniente revoltoso por tratar de revertir el orden constitucional de Venezuela? Otro gigante de la democracia venezolana, Rafael Caldera.
Eduardo Galeano, eminente pensador uruguayo, acaba de escribir que a Chávez lo atacaban por diablo, porque se atrevió a hacer lo que nadie había hecho. Y hasta ahí llegó y nos dejó con ganas de saber lo innovador jamás antes hecho que Chávez hizo. Galeano contribuyendo a la histeria colectiva de los “pundit” latinoamericanos con su desacertada observación.
Y la histeria sigue al comparar al muchacho de Bariñas con Lenin, creador de la revolución que permitió el nacimiento de la Unión Soviética; con Stalin, verdadero zar del Kremlin y pieza clave del engrandecimiento de la otra potencia mundial y, oh fanatismo extremo, con Mao, el de la gran marcha del pueblo chino en 1947 y verdadero amo de la China milenaria de las cinco dinastías ancestrales del imperio chino.
¿Qué hizo Hugo Chávez si no desperdiciar los recursos naturales de la potencia petrolera en un sueño mesiánico inalcanzable? Pero esa aventura insensata le costó el progreso al pueblo venezolano.
La excusa de la llegada al poder de Chávez, fue la corrupción galopante de los partidos políticos tradicionales y como siempre, el libertador de esa lacra terminó siendo más corrupto que los presidentes demócratas, ninguno de los cuales se atrevió a despilfarrar la riqueza nacional.
¿Que pretendía Hugo Chávez al regarle al paupérrimo gobierno de los hermanos Castro 100.000 barriles de crudo al día por una cantidad de años que nadie ha contabilizado. Cuba usa 50.000 y exporta los otros 50.000 barriles, es decir, le cubre las necesidades y le regala para que haga negocio. Cien mil barriles diarios a cien dólares el barril, es el precio por haber sido ungido como el heredero de la revolución cubana.
Petrocaribe, otra creación del hoy fallecido caudillo venezolano, la usaba para a repartir, a precio muy bajo, siete mil millones de barriles de crudo entre una quincena de paisitos caribeños, todo para reforzar su liderazgo. ¿Y lo de Bolivia, Ecuador, Argentina, Nicaragua, los llamados países del Alba? Más petróleo regalado o a precio de huate mojado, para alzarse con el título de rey de América del Sur y una cabeza de playa en Nicaragua.
Todo eso a la hora de contabilizarlo da la bicoca de CIENTO OCHENTA Y CUATRO MIL MILLONES de dólares de deuda externa de Venezuela y PDVSA, después de ser la gallinita de los huevos de oro del país del lago Maracaibo, ahora es una carga fiscal.
Para no seguir contando la historia atiliana del “incomparable” Hugo Chávez Frías, es hora de decir que eso fue lo que se atrevió a hacer el gran líder desaparecido, algo que en realidad nadie se había atrevido a hacer con anterioridad, pero los dignatarios de casi toda América Latina, con la ausencia de Costa Rica, más algunos países de Europa, incluyendo al del que lo mandó a callar con Felipito, el próximo rey como representante y la presencia del terrorista de Irán, le aplauden al mentiroso más grande de la historia de América Latina, a quien la desvergüenza de los venezolanos quiere eternizar con una momia ejecutiva.
¿Será ese el sueño de Bolívar realizado por Chávez? Que respondan los que hoy padecen hambre, carecen de viviendas, mueren por falta de un sistema de salud y los esclavizan al negarles el acceso a la educación.
Eduardo Galeano, eminente pensador uruguayo, acaba de escribir que a Chávez lo atacaban por diablo, porque se atrevió a hacer lo que nadie había hecho. Y hasta ahí llegó y nos dejó con ganas de saber lo innovador jamás antes hecho que Chávez hizo. Galeano contribuyendo a la histeria colectiva de los “pundit” latinoamericanos con su desacertada observación.
Y la histeria sigue al comparar al muchacho de Bariñas con Lenin, creador de la revolución que permitió el nacimiento de la Unión Soviética; con Stalin, verdadero zar del Kremlin y pieza clave del engrandecimiento de la otra potencia mundial y, oh fanatismo extremo, con Mao, el de la gran marcha del pueblo chino en 1947 y verdadero amo de la China milenaria de las cinco dinastías ancestrales del imperio chino.
¿Qué hizo Hugo Chávez si no desperdiciar los recursos naturales de la potencia petrolera en un sueño mesiánico inalcanzable? Pero esa aventura insensata le costó el progreso al pueblo venezolano.
La excusa de la llegada al poder de Chávez, fue la corrupción galopante de los partidos políticos tradicionales y como siempre, el libertador de esa lacra terminó siendo más corrupto que los presidentes demócratas, ninguno de los cuales se atrevió a despilfarrar la riqueza nacional.
¿Que pretendía Hugo Chávez al regarle al paupérrimo gobierno de los hermanos Castro 100.000 barriles de crudo al día por una cantidad de años que nadie ha contabilizado. Cuba usa 50.000 y exporta los otros 50.000 barriles, es decir, le cubre las necesidades y le regala para que haga negocio. Cien mil barriles diarios a cien dólares el barril, es el precio por haber sido ungido como el heredero de la revolución cubana.
Petrocaribe, otra creación del hoy fallecido caudillo venezolano, la usaba para a repartir, a precio muy bajo, siete mil millones de barriles de crudo entre una quincena de paisitos caribeños, todo para reforzar su liderazgo. ¿Y lo de Bolivia, Ecuador, Argentina, Nicaragua, los llamados países del Alba? Más petróleo regalado o a precio de huate mojado, para alzarse con el título de rey de América del Sur y una cabeza de playa en Nicaragua.
Todo eso a la hora de contabilizarlo da la bicoca de CIENTO OCHENTA Y CUATRO MIL MILLONES de dólares de deuda externa de Venezuela y PDVSA, después de ser la gallinita de los huevos de oro del país del lago Maracaibo, ahora es una carga fiscal.
Para no seguir contando la historia atiliana del “incomparable” Hugo Chávez Frías, es hora de decir que eso fue lo que se atrevió a hacer el gran líder desaparecido, algo que en realidad nadie se había atrevido a hacer con anterioridad, pero los dignatarios de casi toda América Latina, con la ausencia de Costa Rica, más algunos países de Europa, incluyendo al del que lo mandó a callar con Felipito, el próximo rey como representante y la presencia del terrorista de Irán, le aplauden al mentiroso más grande de la historia de América Latina, a quien la desvergüenza de los venezolanos quiere eternizar con una momia ejecutiva.
¿Será ese el sueño de Bolívar realizado por Chávez? Que respondan los que hoy padecen hambre, carecen de viviendas, mueren por falta de un sistema de salud y los esclavizan al negarles el acceso a la educación.
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