Mi nieto y yo a través de Skype - TicoVisión
¡Se equivoca la “ciencia”!, a quien contradigo vehementemente; pues rotundamente afirmo, y sin lugar a dudas, que...
27 de marzo de 2013 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Por el Lic. Julian Frech Ayub *
27 de marzo de 2013.- Hoy, Mi Rey del Reino de Cristal, Tito I, y éste abuelo que lleva días de quebranto, platicamos como siempre; solo que esta vez a través de Skype, más sin embargo me sentí acompañado en la soledad que sentía aún estando rodeado de físicos fantasmas que no alimentan mi espíritu ante el profundo dolor e impotencia de la salud que quiere doblegarme.
Hay “ausentes” a los que previamente mi vida entregué. Existen quienes “disfrutaron mis mieles” en mis mejores tiempos… pero que quizás con un “GPS” pueda enterarme de sus paraderos. Me disfrutaron tanto que me hubiera encantado que mi Tito I estuviera presente y haber recibido parte de esa entrega renunciante a la propia existencia, y haber sido mi luz ante senderos que transité sin conocer límites y horizontes, así como hoy es la ¡LUZ!, que no permite la oscuridad a mi alrededor y
Hay “ausentes” a los que previamente mi vida entregué. Existen quienes “disfrutaron mis mieles” en mis mejores tiempos… pero que quizás con un “GPS” pueda enterarme de sus paraderos. Me disfrutaron tanto que me hubiera encantado que mi Tito I estuviera presente y haber recibido parte de esa entrega renunciante a la propia existencia, y haber sido mi luz ante senderos que transité sin conocer límites y horizontes, así como hoy es la ¡LUZ!, que no permite la oscuridad a mi alrededor y
mucho menos la soledad y muchísimo menos la debilidad de querer escapar hacia un paraje que es de FE y no de ciencia comprobada.
¡Se equivoca la “ciencia”!, a quien contradigo vehementemente; pues rotundamente afirmo, y sin lugar a dudas, que no es la sangre, ni los genes, quienes determinan los rangos afines, ni castas, ni fuentes del más profundo e incondicional amor… sino el amor mismo; ese amor que ¡siempre!, está presente; que alimenta el alma en los buenos y en los malos momentos de nuestro temporal pasaje por estos confines, y sin esperar materia alguna, sino el más puro sentimiento que como el más potente fuego funde lazos y convierte desiertos en bellas “fuentes” que se rompen para parir una HIJA y ésta para parir un NIETO.
* A mi nieto Luiz Arturo Villar Armijo y a su Madre, Letty Armijo; ¡con el amor de siempre!
¡Se equivoca la “ciencia”!, a quien contradigo vehementemente; pues rotundamente afirmo, y sin lugar a dudas, que no es la sangre, ni los genes, quienes determinan los rangos afines, ni castas, ni fuentes del más profundo e incondicional amor… sino el amor mismo; ese amor que ¡siempre!, está presente; que alimenta el alma en los buenos y en los malos momentos de nuestro temporal pasaje por estos confines, y sin esperar materia alguna, sino el más puro sentimiento que como el más potente fuego funde lazos y convierte desiertos en bellas “fuentes” que se rompen para parir una HIJA y ésta para parir un NIETO.
* A mi nieto Luiz Arturo Villar Armijo y a su Madre, Letty Armijo; ¡con el amor de siempre!
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