Redacción.- Una buena observación me hacía el viceministro de Información en la República China en Taiwán, revisando en el mapa de Costa Rica respecto a la frontera con Nicaragua, la observación estribaba en el ¿por qué no se escogió una frontera natural mitad y mitad?, que las aguas del río en mención mediaran equitativamente en la división de ambas naciones centroamericanas.

Esto resultó de esa forma porque los mediadores en el conflicto fronterizo no supieron negociar puesto que siempre cedieron, al final de cuentas, en aceptar los límites actuales.

A partir del 15 de abril de 1858 con el Tratado Cañas-Jerez se intentaron ocho Tratados y dos negociaciones donde, parte de la negociación era el territorio de Guanacaste reclamado por los nicaragüenses como parte de su tierra. El 22 de marzo de 1888 cuando el presidente de EE.UU, Grover Cleveland reconoció la validez del Tratado en mención.

Costa Rica ha sido extremadamente legal en su actuar, no quiso sacar ventaja con la guerra de 1856 donde avanzamos hasta el corazón de las tierras pinoleras, entregó territorios que nos acercaban hasta las mismas riveras de lago de Nicaragua y el río San Juan, estos límites estaban preparados para ser parte del nuevo país que se estaba gestando como República de Moracia, pero esta historia la dejaremos para otra entrega.

Durante años los vecinos al norte de la frontera tica han vivido -como que es parte de sus modus vivendus- en conflictos internos por el poder político, y como "es de bien nacidos ser agradecidos" pierden la memoria por conveniencia el gobierno sandinista del presidente Ortega. Usaron nuestro territorio como escape en los ataques sorpresivos a la Guardia Nacional comandada por "El Chiguín Somoza, el último de la dinastía de esta familia dictatorial, golpeaban y huían hacia Peñas Blancas lejos de fuego enemigo que llegaba hasta nuestro territorio fronterizo.

Ignoran siempre que utilizaron varios aeropuertos de Guanacaste para el trasiego de armas, mientras los observadores de la OEA se wisquiaban en un hotel liberiano y "nunca vieron los aviones con armas", la neutralidad de Costa Rica en el conflicto no estuvo en duda internacional, a pesar que estábamos ayudando abiertamente a los sandinistas recibiéndoles los aviones con armas desde Cuba.

Ahora nos sale el ministro Samuel Santos con que "Nicaragua puede hacer lo que quiera en su territorio", pero el dragado del río san Juan puede afectar el Medio Ambiente del lado tico, pero este ministro eso parece importarle nada como igual cualquier dictamen emanado desde La Haya sobre el conflicto supuestamente resuelto de antemano. Es como hacer un hueco en su jardín y lanzarle los terrones al vecino.

Durante años nuestro país ha sido cobijo de nicaragüenses perseguidos políticos de cualquier bando, de ciudadanos en busca del sustento de sus familias, no hay duda de que Costa Rica es un buen vecino, pero cuando el otro mal vecino se convierte en peste ya se complica la cosa. El mayor mal agradecido en la historia de las relaciones tico-nicas es el actual presidente Ortega y camarilla de facinerosos que se permitieron asesinar a un guardia civil en nuestro país y parte sin novedad.

El concepto de los políticos nicas es que Costa Rica es un país sumiso y sin valor, no buscamos la guerra porque amamos la paz, cuando estuvieron tirante con Honduras y los catrachos movilizaron el ejército a la frontera con Nicaragua, !!zaz!!, corrieron a quejarse ante la OEA, siendo un derecho de cada país mover su ejército para donde lo requieran las situaciones. ¿Entonces cómo es qué es?

Cualquier asunto lo hacen político, el río San Juan es un tema recurrente que toman como abanderados para tocar las conciencias de sus ciudadanos, alertas porque el país vecino del ejército de maestros los va a invadir o los quiere confrontar, esto es el acabose con un mal vecino que por momentos se convierte en peste.