Para rematar, los días de la guerra contra Somoza no se volverán a repetir en lo que concierne al papel de la Empresa Privada. El –General- Alfonso Robelo Callejas convirtió en trinchera de lucha al Cosep de esa época. El –Coronel- de ahora lo ha convertido en una plataforma interlocutora, intentando convertir el agua en vino, o tratando que el agua y el aceite se mezclen de una forma balanceada, ni el agua arriba y el aceite abajo, sino mezcladas molecularmente, lo cual es un imposible porque el gobierno de Ortega jamás comulgará con los principios que guían a la Empresa Privada. Fueron antagónicos en el pasado y lo son actualmente, aunque ante los ojos del mundo proyecten un idilio ideológico.

Mientras la dictadura orteguista siga en el poder, la dependencia de los pobres de solemnidad seguirá en aumento usando el recurso de feria que es mejor algo que nada. Dejándonos llevar por la fantasía del mundo de Alicia, imaginémonos un gobierno dictatorial, inconstitucional, de facto, corrupto, pero con coherencia ideológica en cuanto al cuidado e interés por los pobres, en el que Daniel Ortega no reparte zinc, sino casas, garantiza el cero usura con un banco rural nacional, realiza el vivir sano, bonito y bien dotando a la nación de hospitales por los cuatro puntos cardinales de la República, que usa el 6% para darles proteínas a los cerebros de los niños pobres, que funda escuelas, institutos, universidades e impulsa el Inatec a ser una verdadera fábrica de obreros capacitados y técnicos preparados. Cuando recordamos que tuvo no solo la oportunidad de ser cristiano, socialista y solidario apoyado por los billones que llegaron de Venezuela, sino también por una Asamblea Nacional completamente a sus órdenes, caemos en la cuenta que la fantasía pudo haber sido una realidad. Si así hubiera sido, con todo y la corrupción, con todo y la inconstitucionalidad, con todo y el absolutismo, no estaría escribiendo estos artículos de protesta y denuncia, sino que estaría alabando a un dictador progresista y solidario. Pero eso no fue posible, ni será posible porque los dictadores son psicópatas obsesionados por el poder absoluto y este de ahora con más intensidad.

La fantasía está prohibida, por lo menos en este país sacudido por una realidad lacerante que no te permite soñar con un mañana mejor, porque en este país no hay mañana, sino un presente oscuro para todos los que estamos comprendidos entre la clase media y la miseria sin nombre.

Ortega es doblemente culpable: Fue dictador corrupto sin recursos y dictador corrupto y absolutista con recursos. Jamás quiso a su pueblo y este se va a terminar dando cuenta de esa realidad.  

Por esa razón pueblo de Nicaragua, sumate a la salvación nacional, a la lucha azul y blanco de UNIDAD SI.