¡Se armó la gorda!: ¿Tercer gobierno verdiblanco? – TicoVisión
¡oh paradoja!-, nunca como ahora la misma oposición había tenido a su vez tantas posibilidades de que el pan se le queme en la puerta del horno...
28 de mayo de 2013 | TicoVisión | Redacción - columnistaedgarespinoza.com | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento
Por Edgar Espinoza
Escritor, columnista
28 de mayo de 2013.- Gracias al bien ganado desprestigio del partido Liberación Nacional, nunca en su historia reciente la oposición había tenido tanto chance de llegar al poder como en este momento.
Sin embargo -¡oh paradoja!-, nunca como ahora la misma oposición había tenido a su vez tantas posibilidades de que el pan se le queme en la puerta del horno como resultado de su propio desmembramiento político.
O sea, tiene la mesa servida para un triunfo electoral opíparo pero se ha quedado sin garras y sin dientes.
Es tal el horror ciudadano a un tercer gobierno verdiblanco al hilo, y tal el escozor hacia un Johnny Araya que no inspira confianza, que cualquier hijo de vecino del bando contrario con intención de lanzarse al poder es potencialmente elegible.
Por eso la oposición es hoy un hervidero de candidatos, cada uno con su propia fórmula salvadora bajo el brazo, atropellándose para sustituir en mayo de 2014 a la presidenta Chinchilla y cuidado si no atropellándola a ella misma para que se vaya antes.
Hay, pues, oposición de todo sabor y esplendor; desde la Unidad Socialcristiana, de ingrata memoria pero que ahora se dice renovada aunque con líderes de reconocido
Sin embargo -¡oh paradoja!-, nunca como ahora la misma oposición había tenido a su vez tantas posibilidades de que el pan se le queme en la puerta del horno como resultado de su propio desmembramiento político.
O sea, tiene la mesa servida para un triunfo electoral opíparo pero se ha quedado sin garras y sin dientes.
Es tal el horror ciudadano a un tercer gobierno verdiblanco al hilo, y tal el escozor hacia un Johnny Araya que no inspira confianza, que cualquier hijo de vecino del bando contrario con intención de lanzarse al poder es potencialmente elegible.
Por eso la oposición es hoy un hervidero de candidatos, cada uno con su propia fórmula salvadora bajo el brazo, atropellándose para sustituir en mayo de 2014 a la presidenta Chinchilla y cuidado si no atropellándola a ella misma para que se vaya antes.
Hay, pues, oposición de todo sabor y esplendor; desde la Unidad Socialcristiana, de ingrata memoria pero que ahora se dice renovada aunque con líderes de reconocido
pedigree tras bastidores, hasta partidos como Patria Nueva con dirigentes que pretenden convertirse en “la última chupada del mango” de la oposición.
Nunca se había visto esta masa política presidenciable dispuesta a servir al país. ¡Qué altruismo! ¡Qué patriotismo! Sin embargo, su euforia de poder podría ser un arma de doble filo si como oposición no logra unirse alrededor de una sola figura, porque de lo contrario le va a hacer tamaño favor al enemigo.
Y es que entresacar del montón algo que valga la pena no es comida de trompudos. Un José Miguel Corrales no estaría mal de no ser porque, como buen “cartago”, cuando se enjareta ni él mismo se aguanta. El doctor Rodolfo Hernández no parece -para nada- tener por detrás al mejor ángel. Ottón Solís no sale de su colocho existencial. Y a Luis Fishman se le ve otra vez con ganillas pero ahora como un “mucho menos peor” que Laura.
Debe entonces quedar claro: esta es la hora de la oposición. Yo mismo, en mi carácter de líder solitario e independiente ultraortodoxo, desde esta columna lancé hace poco con gran éxito mi candidatura presidencial hasta que Pilar mi esposa me sacó tarjeta roja y mandó cuidar nietos con el sabio argumento de que era lo mejor que yo podía hacer por el futuro de la patria.
En realidad no existe oposición. Es un picadillo infinito de aspirantes cero cohesión, cero programación y sin los suficientes vasos comunicantes como para darse cuenta de que el destino que les aguarda contra un desacreditado PLN es el ridículo. ¿Y así es también como nos pretenden gobernar?
Por eso es que en los últimos sondeos, si la elección presidencial fuera hoy, el presidente a elegir sería “Don Ninguno”, ese personaje abstracto que con gran sabiduría encarna hoy el sentimiento de abstencionismo de buena parte de nuestro pueblo.
Nunca se había visto esta masa política presidenciable dispuesta a servir al país. ¡Qué altruismo! ¡Qué patriotismo! Sin embargo, su euforia de poder podría ser un arma de doble filo si como oposición no logra unirse alrededor de una sola figura, porque de lo contrario le va a hacer tamaño favor al enemigo.
Y es que entresacar del montón algo que valga la pena no es comida de trompudos. Un José Miguel Corrales no estaría mal de no ser porque, como buen “cartago”, cuando se enjareta ni él mismo se aguanta. El doctor Rodolfo Hernández no parece -para nada- tener por detrás al mejor ángel. Ottón Solís no sale de su colocho existencial. Y a Luis Fishman se le ve otra vez con ganillas pero ahora como un “mucho menos peor” que Laura.
Debe entonces quedar claro: esta es la hora de la oposición. Yo mismo, en mi carácter de líder solitario e independiente ultraortodoxo, desde esta columna lancé hace poco con gran éxito mi candidatura presidencial hasta que Pilar mi esposa me sacó tarjeta roja y mandó cuidar nietos con el sabio argumento de que era lo mejor que yo podía hacer por el futuro de la patria.
En realidad no existe oposición. Es un picadillo infinito de aspirantes cero cohesión, cero programación y sin los suficientes vasos comunicantes como para darse cuenta de que el destino que les aguarda contra un desacreditado PLN es el ridículo. ¿Y así es también como nos pretenden gobernar?
Por eso es que en los últimos sondeos, si la elección presidencial fuera hoy, el presidente a elegir sería “Don Ninguno”, ese personaje abstracto que con gran sabiduría encarna hoy el sentimiento de abstencionismo de buena parte de nuestro pueblo.
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