Eduardo Lizano, padre oculto del neoliberalismo en Costa Rica - TicoVisión |
Escrito en 21/06/13 a 17:21:49 GMT-06:00 Por Administrador |
Parece que la orilla a la que querían llevarnos y donde finalmente estamos, era, en realidad, una enorme trampa de arenas movedizas. Eduardo Lizano, padre oculto del neoliberalismo en Costa Rica Por Luis Paulino Vargas Solís 21 de junio de 2013.- Hace 10-12 años, Eduardo Lizano -el padre de todos los y las economistas neoliberales de este país y el ideólogo máximo de la estrategia económica de los últimos 30 años- hablaba de la "bicicleta estacionaria" o la "carreta en medio del río", para caracterizar la situación de relativo estancamiento que, por entonces, manifestaba la estrategia neoliberal. Vino luego el TLC con Estados Unidos que claramente fue diseñado como un instrumento cuyo objetivo era romper el presunto -y en todo caso solo relativo- empate político que hacía que la "carreta" no lograse llegar a la “otra orilla del río". Ese TLC se aprobó hace casi seis años y entró a regir hace cuatro años y medio, con todo el frondoso árbol de sus "leyes complementarias". En su conjunto, aquello introdujo cambios de enormes dimensiones en el orden normativo e institucional del Estado costarricenses, cuyas consecuencias negativas aún no son visibles más que de manera muy parcial. En todo caso, aquí lo relevante es confirmar que de esa manera el "empate" se rompió y de un solo empujón la carreta fue jalada hacia el extremo neoliberal del río. Si hoy Lizano (al parecer retirado a una vida más tranquila) hablara nuevamente de "bicicleta estacionaria" o "la carreta en medio del río", merecería un rechifla unánime. Fuimos empujados de un solo envión hacia donde él y los suyos decían que debíamos ir. Y, bueno, como se ve, el desastre es total: como un edificio viejo y en ruinas que se cae a pedazos. Hagamos números: la trocha, la refinería, las concesiones de carreteras. El tráfico de órganos, el narco-avión presidencial. La economía que no levanta, el empleo que empeora. La pobreza y la desigualdad galopantes. Parece que la orilla a la que querían llevarnos y donde finalmente estamos, era, en realidad, una enorme trampa de arenas movedizas. Y ahí nos vamos hundiendo, hundiendo, hundiendo, hundiendo… |
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