La derrota de Don Porfirio y sus lecciones: Nicaragua - TicoVisión |
Escrito en 25/06/13 a 09:51:32 GMT-06:00 Por Administrador |
Pasarán los meses y esa pensión soñada seguirá guardada en el baúl de las ilusiones y veremos de nuevo a los valientes viejitos luchando de nuevo por lo que es suyo y no se lo quieren dar. El cuento de hadas de Don Danilo Lacayo TicoVisión El cuento de hadas de Don Danilo Lacayo Managua, 25 de junio de 2013.- -El pecado del hombre, es la vanidad,- se ha dicho reiteradas veces. Batallas que estaban ganadas se convierten en derrotas por la debilidad humana de sentirse indispensables, la ambición de destacar y el placer de ser reconocido como el triunfador. La lucha que se había apoderado del corazón, por misericordia, de los nicaragüenses, la de los ancianos en busca de sus pensiones, terminó siendo un triunfo de la dictadura. Las universidades, los comercios y hasta la Embajada de los Estados Unidos, cerraron sus puertas muy temprano previniendo el caos que se avecinaba por la contra marcha del gobierno programada para ayer lunes por la tarde, pero en una jugada digna de Capablanca, los orteguistas se robaron el show al salir a las calles a apoyar lo que los opuestos a ese gobierno habíamos venido apoyando sin éxito. Las hordas de Gustavo Porras sorprendieron al tomarse las calles en apoyo a las pensiones reclamadas y no a vapulear a los reclamantes. Pero la rendición del rey se da cuando la figura central del acto que se dio a continuación de la marcha, fue nada más y nada menos que el vocero oficial de los reclamantes, a quien le permitieron pronunciar un discurso en el que quedó plasmada la posición inclaudicable de los miembros de la UNAM reiterando la apoliticidad de la organización y la legitimidad de su reclamo. Don PORFIRIO García se despachó hermoso ante una gran multitud de manifestantes que lo aclamaban como nunca antes haciéndolo sentirse como un legitimo ganador que recibe las palmas del pueblo que lo apoyó en su lucha desigual y solitaria. Nada más falso que ese concepto, porque los que lo aplaudían y le daban tratamiento de héroe, son los mismos que los habían agredido, desalojado y vapuleado las noches anteriores. Don Porfirio estaba recibiendo el aplauso ordenado de los que habían recibido la orden de vejarlos. El hombre, vanidoso al fin, atrapó a Don Porfirio en la vorágine del éxito prefabricado y lo hizo alucinar con la visión de una victoria huérfana de resultados. Las lecciones más visibles de esta jugada maestra del ajedrez nacional, es en primer lugar la falsedad del gobierno de Daniel Ortega, expuesta cuando de la noche a la mañana se contradice y los fondos necesarios para cancelar las pensiones reducidas de los cerca de quince mil ancianos que no existían ayer, existen hoy por un acto de magia inventado en los rincones de El Carmen. En segundo lugar quedó expuesta falta de criterio propio y la condición de títeres de los funcionarios del gobierno orteguista. El bulldog que ladraba ferozmente aterrorizando a los indefensos ancianos, de repente se vuelve el principal soporte de las pensiones reguladas de los trabajadores. El muñeco parlante que está a cargo del INSS que se robó la paciencia de los títeres menores para explicar el por qué no se podían pagar las pensiones reducidas y era por ausencia de fondos, aparece al día siguiente diciendo que hay fondos para pagarle a los viejitos, gracias a la magia negra de la señora Primera Dama de la República. No es que nos extrañen los cambios radicales del gobierno orteguista, nos cansan con los mismos malabares de feria gitana que a la corta no son más que palabras huecas llenas de falsedad y escarnio. El gran derrotado fue Don Porfirio, que de ganador ineludible, se transformó en perdedor habitual, al caer en la trampa más vieja de Daniel Ortega: LAS PROMESAS. ¿Acaso se escuchó el decreto presidencial que significaría el OK oficial y público para la cancelación de las pensiones reducidas? Por supuesto que no. Lo que se escuchó fue una promesa más que va a materializar una comisión de gobierno junto con miembros de la UNAM. Pasarán los meses y esa pensión soñada seguirá guardada en el baúl de las ilusiones y veremos de nuevo a los valientes viejitos luchando de nuevo por lo que es suyo y no se lo quieren dar. ¿Veremos de nuevo a Don Porfirio? |
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