Mi barrio ya no es mi barrio y ustedes nos han abandonado - TicoVisión
Aquí los vecinos estamos claros, nos dejaron en manos de la ley de la mafia. Aquí no hay seguridad, lo que reina es la inseguridad y...
Mi barrio ya no es mi barrio
y ustedes nos han abandonado
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *
Sagrada Familia, 4 de julio de 2013.- El barrio Sagrada Familia, ha quedado a expensas de pequeños traficantes de crack, los drogadictos y los ladronzuelos se apoderaron del barrio y de los sitios públicos. La población trabajadora que siempre es más que los malhechores, vive asediada, encerrada en sus casas, la gente sale solo a lo muy necesario.
Ya no hay vida social, menos aún vida deportiva en el barrio más futbolero de la capital. El estadio “Teodoro Picado” está cerrado, ya nadie juega ahí, las instalaciones del comité comunal de deportes fueron saqueadas el viernes 29 de mayo del 2009, pese a estar a 25 metros de la policía de proximidad y de un puesto de policía municipal en la biblioteca pública. Aquí ya los ojos no miran, la boca no emite palabras aquí es el reino del miedo paralizante.
Las familias son amenazadas para que se vayan del barrio por grupos de delincuentes que queman carros, asaltan a los estudiantes y atacan a cualquier persona que camine por las calles. En apariencia por la calle principal aun se puede vivir, pero en las calles que bajan al río “María Aguilar” son del dominio de los asaltantes. Los vecinos tienen miedo, reciben amenazas si denuncian "aquí vivimos en estado de sitio”.
Un vez que cae el manto de la noche, el barrio queda en manos de grupos
Ya no hay vida social, menos aún vida deportiva en el barrio más futbolero de la capital. El estadio “Teodoro Picado” está cerrado, ya nadie juega ahí, las instalaciones del comité comunal de deportes fueron saqueadas el viernes 29 de mayo del 2009, pese a estar a 25 metros de la policía de proximidad y de un puesto de policía municipal en la biblioteca pública. Aquí ya los ojos no miran, la boca no emite palabras aquí es el reino del miedo paralizante.
Las familias son amenazadas para que se vayan del barrio por grupos de delincuentes que queman carros, asaltan a los estudiantes y atacan a cualquier persona que camine por las calles. En apariencia por la calle principal aun se puede vivir, pero en las calles que bajan al río “María Aguilar” son del dominio de los asaltantes. Los vecinos tienen miedo, reciben amenazas si denuncian "aquí vivimos en estado de sitio”.
Un vez que cae el manto de la noche, el barrio queda en manos de grupos
violentos que imponen su ley a fuerza de armas de fuego, puñales y basados en la fuerza de sus pandillas. Ya no hay fútbol nocturno, nadie quiere correr el riesgo de ser asaltado en el propio estadio, o camino a este inmueble que también es atacado y saqueado por los maleantes. Aquí se dejo de jugar fútbol, ya no hay equipos de jóvenes y nuestro glorioso A.D. Sagrada Familia y nuestros jugadores, son asaltados en pleno entrenamiento. Aquí ya no hay héroes deportivos, ya no nos dejan ser noticia deportiva. Aquí solo existen robos, muertes y desesperanza, eso es lo que reina.
educar y sacar nuestros hijos adelante se ve truncada por las ofertas de los traficantes de drogas que le ofrecen a nuestra juventud una vida fácil, sin esfuerzo.
Aquí en barrio Sagrada Familia, el gobierno con todos sus ministros y su burocracia intermedia y la municipalidad, nos entregó como botín de guerra a los pequeños narcotraficantes. Si, esa es la cruda realidad, aquí fuimos el triunfo del mal sobre el bien, el triunfo de los delincuentes sobre la ley. Aquí la destrucción ha sido total" Aquí quedamos a expensas de los malhechores, aquí “mi barrio ya no es mi barrio" ni mi casa es ya mi casa.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
Aquí ni la municipalidad de san José, ni la Fuerza Pública, ni nadie se arrima. Aquí solo entran a recoger los muertos de las luchas fratricidas entre grupos de mafiosos. Ni la policía de proximidad, ni los policías de la antigua Segunda comisaria ubicada a la salida del barrio, en la ruta hacia San Sebastián salen de sus casernas, ellos también viven encerrados en medio de barrotes y muros de cemento, ellos también tienen miedo.
Aquí los vecinos estamos claros, nos dejaron en manos de la ley de la mafia. Aquí no hay seguridad, lo que reina es la inseguridad y el vivir pendiente de si nuestros hijos podrán regresar sanos y salvos a nuestras casas.
Aquí, ya no hay organización comunal, aquí ya no hay vida de barrio, aquí vivimos en estado de guerra entre pandillas, aquí la droga se trafica como si fueran confites, somos abordados en la calle cuando vamos de compras a la pulpería.
Aquí en este barrio, ya la vida no tiene alegría, solo preocupación por el futuro de nuestros hijos, el esfuerzo por
Aquí los vecinos estamos claros, nos dejaron en manos de la ley de la mafia. Aquí no hay seguridad, lo que reina es la inseguridad y el vivir pendiente de si nuestros hijos podrán regresar sanos y salvos a nuestras casas.
Aquí, ya no hay organización comunal, aquí ya no hay vida de barrio, aquí vivimos en estado de guerra entre pandillas, aquí la droga se trafica como si fueran confites, somos abordados en la calle cuando vamos de compras a la pulpería.
Aquí en este barrio, ya la vida no tiene alegría, solo preocupación por el futuro de nuestros hijos, el esfuerzo por
educar y sacar nuestros hijos adelante se ve truncada por las ofertas de los traficantes de drogas que le ofrecen a nuestra juventud una vida fácil, sin esfuerzo.
Aquí en barrio Sagrada Familia, el gobierno con todos sus ministros y su burocracia intermedia y la municipalidad, nos entregó como botín de guerra a los pequeños narcotraficantes. Si, esa es la cruda realidad, aquí fuimos el triunfo del mal sobre el bien, el triunfo de los delincuentes sobre la ley. Aquí la destrucción ha sido total" Aquí quedamos a expensas de los malhechores, aquí “mi barrio ya no es mi barrio" ni mi casa es ya mi casa.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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