El valor de la democracia - Jorge J. Cuadra V. - TicoVisión
Matt Damon, que con toda seguridad ha protagonizado películas de guerra y espionaje, no es capaz de trasladar esa actuación a la vida real. Dice que la autorización para usar los drones va contra...
11 de agosto de 2013.- Los pueblos luchan, derraman sangre, pierden a muchos de sus mejores hijos con tal de encontrar el sistema de vida que hasta nuestros días ha demostrado ser el mejor para el buen entendimiento entre los hombres.
Los Estados Unidos de América, gracias a su desarrollo integral ha logrado ser la cuna de la democracia, con todos los defectos que pueda tener.
La calidad de vida se mide por el grado de democracia que exista en el país y los Estados Unidos con su desarrollo y su alto nivel de tecnología, ha logrado tener una de las mejores calidades de vida en el planeta. Y digo una de las mejores, porque Estados Unidos con todo y su formidable desarrollo, con su alta tecnología para la guerra y para la paz, no tiene el mejor estándar de vida. Ese le pertenece a países pequeños, como Suecia, como Dinamarca, como Nueva Zelandia que tienen un alto grado de cultura. ´
Pero el propósito de este escrito no es entrar en el mundo de los números del desarrollo, sino en el valor real de la democracia, que es lo que tiene que hacer el famoso actor de cine, Matt Damon, que le acaba de dar al Presidente Obama una bofetada política y de quien confiesa que ya se divorció políticamente, pese a su apoyo en los dos períodos.
Los Estados Unidos de América, gracias a su desarrollo integral ha logrado ser la cuna de la democracia, con todos los defectos que pueda tener.
La calidad de vida se mide por el grado de democracia que exista en el país y los Estados Unidos con su desarrollo y su alto nivel de tecnología, ha logrado tener una de las mejores calidades de vida en el planeta. Y digo una de las mejores, porque Estados Unidos con todo y su formidable desarrollo, con su alta tecnología para la guerra y para la paz, no tiene el mejor estándar de vida. Ese le pertenece a países pequeños, como Suecia, como Dinamarca, como Nueva Zelandia que tienen un alto grado de cultura. ´
Pero el propósito de este escrito no es entrar en el mundo de los números del desarrollo, sino en el valor real de la democracia, que es lo que tiene que hacer el famoso actor de cine, Matt Damon, que le acaba de dar al Presidente Obama una bofetada política y de quien confiesa que ya se divorció políticamente, pese a su apoyo en los dos períodos.
Matt Damon, ganador de la estatuilla de los consagrados de Hollywood, quizás no se ha percatado del valor de la democracia en que nació, se preparó, se desarrolló y triunfó. Le cuestiona a su Presidente dos cosas que considera como un ataque a los derechos humanos por un lado y a la Constitución de la República por el otro.
Matt Damon, que con toda seguridad ha protagonizado películas de guerra y espionaje, no es capaz de trasladar esa actuación a la vida real. Dice que la autorización para usar los drones va contra los derechos humanos, porque a veces los drones han atacado blancos con población civil, provocando centenares de víctimas inocentes, pero se olvida de la cantidad de jóvenes pilotos, que si van a la guerra de verdad y mueren en nombre de los millones de civiles que se quedan en casa confiando en sus soldados la existencia de la buena vida que se vive en los Estados Unidos. Madres, padres, esposas, novias, hermanos con familiares en la guerra al mando de un avión caza, duermen tranquilos porque ya sus seres queridos tiene más oportunidades de regresar con vida al hogar.
Por otro lado, Mr. Damon se va a tener que volver defensor del traidor de Snowden, porque el otro cargo serio que le lanza al Presidente Obama, es la autorización a espiar a los ciudadanos.
Los imperios se ganan peleando y se mantienen peleando, sobre todo cuando se tiene al enemigo “in land” como es el caso de los Estados Unidos, que por tener un sistema de inmigración legal de puertas abiertas, tiene al enemigo dentro de casa. Y la prueba es el 11/09/01, el día en que le asestaron un golpe brutal desde su mismo terreno. La destrucción de las torres del WTC superó a la ficción de Hollywood. Los gigantes kamikazes no llegaron del exterior, sino que levantaron de aeropuertos nacionales, con terroristas musulmanes que habían ingresado al país por la vía legal y que incluso se prepararon en una de las escuelas de aviación más famosas del país, Embryreidel. Eso solo pasa en los países democráticos, pero llega un momento en que la obligación del Comandante en Jefe es proteger, bajo cualquier medio, la vida de sus conciudadanos y eso es precisamente lo que está haciendo el Presidente Obama con su decisión de usar drones y de espiar a los ciudadanos para que no pasen tragedias como la del maratón de Boston, cuyos hechores proceden de esas repúblicas bárbaras que conformaban la Unión Soviética.
Usted, Mr. Damon, jugó el papel de espía en una famosa zaga de espionaje, en la que sintió todo el rigor de la CIA porque usted había llegado a ser una amenaza para su país y por eso sus mismos compañeros lo querían asesinar.
Aplique ese principio de ficción a la vida real y apoyé a quien hoy por hoy es el responsable de la seguridad de sus compatriotas.
La democracia es un tesoro de incalculable valor y hay que cuidarlo a como dé lugar.
Matt Damon, que con toda seguridad ha protagonizado películas de guerra y espionaje, no es capaz de trasladar esa actuación a la vida real. Dice que la autorización para usar los drones va contra los derechos humanos, porque a veces los drones han atacado blancos con población civil, provocando centenares de víctimas inocentes, pero se olvida de la cantidad de jóvenes pilotos, que si van a la guerra de verdad y mueren en nombre de los millones de civiles que se quedan en casa confiando en sus soldados la existencia de la buena vida que se vive en los Estados Unidos. Madres, padres, esposas, novias, hermanos con familiares en la guerra al mando de un avión caza, duermen tranquilos porque ya sus seres queridos tiene más oportunidades de regresar con vida al hogar.
Por otro lado, Mr. Damon se va a tener que volver defensor del traidor de Snowden, porque el otro cargo serio que le lanza al Presidente Obama, es la autorización a espiar a los ciudadanos.
Los imperios se ganan peleando y se mantienen peleando, sobre todo cuando se tiene al enemigo “in land” como es el caso de los Estados Unidos, que por tener un sistema de inmigración legal de puertas abiertas, tiene al enemigo dentro de casa. Y la prueba es el 11/09/01, el día en que le asestaron un golpe brutal desde su mismo terreno. La destrucción de las torres del WTC superó a la ficción de Hollywood. Los gigantes kamikazes no llegaron del exterior, sino que levantaron de aeropuertos nacionales, con terroristas musulmanes que habían ingresado al país por la vía legal y que incluso se prepararon en una de las escuelas de aviación más famosas del país, Embryreidel. Eso solo pasa en los países democráticos, pero llega un momento en que la obligación del Comandante en Jefe es proteger, bajo cualquier medio, la vida de sus conciudadanos y eso es precisamente lo que está haciendo el Presidente Obama con su decisión de usar drones y de espiar a los ciudadanos para que no pasen tragedias como la del maratón de Boston, cuyos hechores proceden de esas repúblicas bárbaras que conformaban la Unión Soviética.
Usted, Mr. Damon, jugó el papel de espía en una famosa zaga de espionaje, en la que sintió todo el rigor de la CIA porque usted había llegado a ser una amenaza para su país y por eso sus mismos compañeros lo querían asesinar.
Aplique ese principio de ficción a la vida real y apoyé a quien hoy por hoy es el responsable de la seguridad de sus compatriotas.
La democracia es un tesoro de incalculable valor y hay que cuidarlo a como dé lugar.
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