San José, 27 de agosto de 2013.-  El paralelismo entre política y deporte en Costa Rica es la misma cosa, los mismos vicios, los mismos compadrazgos, el tráfico de influencias, la repartición de ganancias entre los amigos –entradas a los mundiales-, y tantas comportamiento similares que no existe diferencia entre políticos y dirigentes deportivos, y por eso algunos se atreven a intercambiar puestos cuando están en banca.


Nuestro Mauricio Montero –El Chunche- lo más auténtico de los costarricenses, buena persona y padre de familia, dijo unas cuantas verdades sobre la situación deportiva de su equipo Alajuela, e inmediatamente fue linchado y despedido por los dirigentes que seguramente de una bola de fútbol lo único que sabrán es que es redonda.


Si costarricenses, amordazaron al Chunche y lo despidieron por desleal. Este paralelismo con nuestra clase política que también quiere amordazar a la opinión pública en general, ha sido copiada por los dirigentes deportivos que no aceptan cuestionamientos de sus desafortunadas decisiones y menos de un hombre bueno y humilde como el Chunche. Solo faltaría que entre ese grupo de dirigentes algunos abogados que no destacan en su profesión pero si gritando en los estadios también consideren que nuestro Chunche cometido delito de difamación e injurias y habrá que querellarlo.