Después de tres semanas de incidentes frente al Hotel Holliday Inn y una sesión de 47 diputados de la Asamblea Nacional de Nicaragua, cuando la oposición pidió la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA), para solucionar una crisis institucional, las autoridades de este organismo no han respondido.

Inmediatamente, el gobierno de Nicaragua rechazó cualquier injerencia del organismo hemisférico en los asuntos internos del país y pidió al Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza abstenerse de dar declaraciones, en las que manifestaba su preocupación por los asuntos internos de Nicaragua.

En la última reunión ordinaria del Consejo Permanente, el Embajador Denis Moncada, acusó a Estados Unidos, Canadá, otros países y organismos de propiciar una intervención en los asuntos de los nicaragüenses.

La oposición envió una carta a Insulza pidiendo que enviara una misión de alto nivel para mediar en el conflicto por la no escogencia de cargos en el estado. Lo mismo hicieron diputados de la Asamblea Nacional y hasta los ex cancilleres de gobiernos anteriores.

El Centro Carter igualmente se pronunció y el denominado grupo de amigos de la Carta Interamericana, pero hasta ahora la OEA ha guardado un hermético silencio.