La identidad del ''ser costarricense'' experimentó cambios notables después de 1980 - TicoVisión
El proceso emigratorio nicaragüense, fue empujado por el fuerte enfrentamiento militar entre la dictadura de Somoza y los grupos guerrilleros al mando del “Frente Sandinista de..."
La identidad del ''ser costarricense''
experimentó cambios notables después de 1980
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *
17 de septiembre de 2013.- La migración masiva de trabajadores nicaragüenses ha tenido fuertes impactos sociales, demográficos y económicos, pero su mayor efecto ha sido sobre eso que podríamos llamar el “Ser costarricense”, es decir; este efecto nos ha llevado a definirnos ante el otro, ya no nos definimos en si mismo, sino ante el inmigrante.
La inmigración, que es uno de los procesos sociales más complejo ya que puede involucrar personas solas, o bien a familias enteras de toda condición, edad y grado de instrucción, y todo su saber hacer. La migración, está probado que empobrece culturalmente a los países expulsores, por lo que se llama “la selectividad migratoria”. Porque no son todos los ciudadanos de un país lo que migran, la migración los selecciona, por edad, pericias, culturas, y por ese deseo de superación de que son portadores. En general, mientras las migraciones no sean masivas, éstas se toleran y pocos reparan en ella. Pero una vez que se hacen masivas no gusta a los connacionales y de ahí emergen actitudes xenofóbicas.
El proceso emigratorio nicaragüense, fue empujado por el fuerte enfrentamiento militar entre la dictadura de Somoza y los grupos guerrilleros al mando del “Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN”, fue un largo conflicto que desestabilizó la vida económica de Nicaragua y trajo consigo una fuerte salida de población en varias direcciones.
La inmigración, que es uno de los procesos sociales más complejo ya que puede involucrar personas solas, o bien a familias enteras de toda condición, edad y grado de instrucción, y todo su saber hacer. La migración, está probado que empobrece culturalmente a los países expulsores, por lo que se llama “la selectividad migratoria”. Porque no son todos los ciudadanos de un país lo que migran, la migración los selecciona, por edad, pericias, culturas, y por ese deseo de superación de que son portadores. En general, mientras las migraciones no sean masivas, éstas se toleran y pocos reparan en ella. Pero una vez que se hacen masivas no gusta a los connacionales y de ahí emergen actitudes xenofóbicas.
El proceso emigratorio nicaragüense, fue empujado por el fuerte enfrentamiento militar entre la dictadura de Somoza y los grupos guerrilleros al mando del “Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN”, fue un largo conflicto que desestabilizó la vida económica de Nicaragua y trajo consigo una fuerte salida de población en varias direcciones.
La lucha armada se prolongó más allá del triunfo de los guerrilleros por surgimiento de facciones guerrilleras en disputa. Este largo proceso se extendió más allá de la década de 1980 y tuvo como consecuencia la salida voluntaria de un importante contingente de la población nicaragüense en dirección a Costa Rica.
En sus orígenes la población migrante pudo haber sido estacional en actividades agrícolas, pero ya para mediados de la década de 1980, los servicios, y la construcción fueron mercados de trabajo que reclutaron a un número elevado de migrantes nicaragüenses, se calculaba en aquellos años entre 350.000 y 500.000 migrantes nicaragüenses en Costa Rica.
Al convertirse la migración en una corriente masiva, y en dirección de los centros urbanos del Valle central de San José, Heredia, Alajuela y Cartago, es en esta etapa de nuestra constitución como pueblo que percibimos comentarios xenofóbicos, en tonos despectivos referentes a la cultura y costumbres del inmigrante proveniente de Nicaragua del norte y por primera vez se convierte en un hecho llamativo que marca el cotidiano del costarricense, notablemente el que habita en los grandes centros urbanos.
No obstante, el tema de la xenofobia se nos devuelve cuando nos damos cuenta que en los Estados Unidos los extranjeros, sea cual sea su la nacionalidad sufren discriminación, son relegados a empleos mal pagados, tienen limitaciones para que sus hijos puedan realizar una educación satisfactoria en donde puede pasar por todos los gradientes del sistema educativo.
En general los países centroamericanos todos son expulsores de población y van preferentemente a Canadá y Estados Unidos y ahí ya desde el desembarco en el aeropuerto se empieza a desplomar el “sueño americano”. Y los políticos de los Estados Unidos han estado enfrascados en una larga discusión sobre los “derechos de los inmigrantes”, tema complejo en virtud de la crisis económica que afecta a los estados Unidos desde el 2008 que ha afectado el empleo y los inmigrantes justamente van en busca de empleo.
El mundo debe avanzar hacia una racionalización de estos procesos de inmigración que muy difícilmente podrán ser controlados porque son las necesidades, sea del ser humano en buscar su seguridad y su bienestar, o bien de los empresarios de contratar mano de obra y los nuevos procesos de industrialización en el mundo de la era digital implican el uso de mano de obra de otras nacionalidades.
Ni los latinos somos los culpables de la crisis en los Estados Unidos, ni los nicaragüenses son culpables de la crisis económica en Costa Rica. Todo lo contrario si bien han mejorado algunas prestaciones de servicios sociales, está probado por los organismos internacionales que los inmigrantes no gozan de las mismas oportunidades.
No hay razón alguna para hacer una división entre nativos y migrantes, toda vez que nosotros somos migrantes en estas tierras pues no somos los legítimos dueños. Todo lo contrario los legítimos pobladores de éstas tierras sufren un olvido de más de 5 siglos de historia. ¡Si nuestros aborígenes! Así que como producto de un acto de invasión- violación, emerge esta cultura mestiza que es la dominante hoy y que niega a los que llegaron como llegaron nuestros antepasados los derechos que obtuvimos de crear una nación de paz, trabajo y bienestar.
“Con la misma vara que juzgas serás juzgado” y nadie está exento a que un familiar migre a los Estados Unidos porque hay un proceso de mundialización de la mano de obra, por eso los estados deben firmar acuerdos para que los inmigrantes gocen de todos los beneficios y sus salarios mantengan el mismo nivel de los salarios nacionales.
¡Qué nadie sea contratado porque su condición de inmigrante lo hace más barato!
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
En sus orígenes la población migrante pudo haber sido estacional en actividades agrícolas, pero ya para mediados de la década de 1980, los servicios, y la construcción fueron mercados de trabajo que reclutaron a un número elevado de migrantes nicaragüenses, se calculaba en aquellos años entre 350.000 y 500.000 migrantes nicaragüenses en Costa Rica.
Al convertirse la migración en una corriente masiva, y en dirección de los centros urbanos del Valle central de San José, Heredia, Alajuela y Cartago, es en esta etapa de nuestra constitución como pueblo que percibimos comentarios xenofóbicos, en tonos despectivos referentes a la cultura y costumbres del inmigrante proveniente de Nicaragua del norte y por primera vez se convierte en un hecho llamativo que marca el cotidiano del costarricense, notablemente el que habita en los grandes centros urbanos.
No obstante, el tema de la xenofobia se nos devuelve cuando nos damos cuenta que en los Estados Unidos los extranjeros, sea cual sea su la nacionalidad sufren discriminación, son relegados a empleos mal pagados, tienen limitaciones para que sus hijos puedan realizar una educación satisfactoria en donde puede pasar por todos los gradientes del sistema educativo.
En general los países centroamericanos todos son expulsores de población y van preferentemente a Canadá y Estados Unidos y ahí ya desde el desembarco en el aeropuerto se empieza a desplomar el “sueño americano”. Y los políticos de los Estados Unidos han estado enfrascados en una larga discusión sobre los “derechos de los inmigrantes”, tema complejo en virtud de la crisis económica que afecta a los estados Unidos desde el 2008 que ha afectado el empleo y los inmigrantes justamente van en busca de empleo.
El mundo debe avanzar hacia una racionalización de estos procesos de inmigración que muy difícilmente podrán ser controlados porque son las necesidades, sea del ser humano en buscar su seguridad y su bienestar, o bien de los empresarios de contratar mano de obra y los nuevos procesos de industrialización en el mundo de la era digital implican el uso de mano de obra de otras nacionalidades.
Ni los latinos somos los culpables de la crisis en los Estados Unidos, ni los nicaragüenses son culpables de la crisis económica en Costa Rica. Todo lo contrario si bien han mejorado algunas prestaciones de servicios sociales, está probado por los organismos internacionales que los inmigrantes no gozan de las mismas oportunidades.
No hay razón alguna para hacer una división entre nativos y migrantes, toda vez que nosotros somos migrantes en estas tierras pues no somos los legítimos dueños. Todo lo contrario los legítimos pobladores de éstas tierras sufren un olvido de más de 5 siglos de historia. ¡Si nuestros aborígenes! Así que como producto de un acto de invasión- violación, emerge esta cultura mestiza que es la dominante hoy y que niega a los que llegaron como llegaron nuestros antepasados los derechos que obtuvimos de crear una nación de paz, trabajo y bienestar.
“Con la misma vara que juzgas serás juzgado” y nadie está exento a que un familiar migre a los Estados Unidos porque hay un proceso de mundialización de la mano de obra, por eso los estados deben firmar acuerdos para que los inmigrantes gocen de todos los beneficios y sus salarios mantengan el mismo nivel de los salarios nacionales.
¡Qué nadie sea contratado porque su condición de inmigrante lo hace más barato!
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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