El Diputado Víctor Hugo Víquez frenó iniciativa para crear el día del Zapatero - TicoVisión
Que va a saber el diputado Víquez que ahí, donde él se sienta a perder el tiempo, hubo tres grandes zapateros que ejercieron con hidalguía el cargo de diputados en una época en que los diputados asumían...
El Diputado Víctor Hugo Víquez frenó iniciativa para crear el día del Zapatero: Rendir tributo a nuestros artesanos enorgullece a la patria.
Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado *
Catedrático Universidad de Costa Rica
San José, 19 de octubre de 2013.- El diputado Claudio Monge Pereira nos reunió a un grupo de hijos de zapateros con algunos viejos zapateros a reconstruir la historia social de este gremio al que me siento unido por lazos de sangre.
Soy hijo de zapateros, mi padre y mi madre ambos estuvieron ligados a esta prenda de vestir que tanto bien ha aportado a la salud como lo es el zapato. El zapato bajo las muchas formas en que ha existido es sobre todo más que un lujo una necesidad y una protección. Sus orígenes están ligados inicialmente como una prevención para evitar que los virus y bacterias encontraran una puerta de entrada fácil a nuestro organismo. El zapato es ante todo salud, sus otros usos se han ido agregando con el paso del tiempo pero ante todo, el zapato está ligado como un artículo que nos protege de cientos de enfermedades que sin zapatos reducirían y acortarían la vida de nosotros los humanos
SOMOS ANTE TODO SERES CALZADOS.
En la vida diaria pocas veces no detenemos a pensar en los beneficios que nos produce el zapato; hombres y mujeres descalzos son frágiles presa de muchos peligros. El calzado no solo nos protege de tantos objetos punzo – cortantes sino que a la vez el zapato es ante todo higiene para los pies. El zapato al cubrir nuestro pie lo protege de los agentes ambientales que nos asechan día a día.
Soy hijo de zapateros, mi padre y mi madre ambos estuvieron ligados a esta prenda de vestir que tanto bien ha aportado a la salud como lo es el zapato. El zapato bajo las muchas formas en que ha existido es sobre todo más que un lujo una necesidad y una protección. Sus orígenes están ligados inicialmente como una prevención para evitar que los virus y bacterias encontraran una puerta de entrada fácil a nuestro organismo. El zapato es ante todo salud, sus otros usos se han ido agregando con el paso del tiempo pero ante todo, el zapato está ligado como un artículo que nos protege de cientos de enfermedades que sin zapatos reducirían y acortarían la vida de nosotros los humanos
SOMOS ANTE TODO SERES CALZADOS.
En la vida diaria pocas veces no detenemos a pensar en los beneficios que nos produce el zapato; hombres y mujeres descalzos son frágiles presa de muchos peligros. El calzado no solo nos protege de tantos objetos punzo – cortantes sino que a la vez el zapato es ante todo higiene para los pies. El zapato al cubrir nuestro pie lo protege de los agentes ambientales que nos asechan día a día.
Tan importante es el uso del zapato para el ser humano que por eso con frecuencia nos olvidamos de sentarnos a pensar en el zapato y quien lo fabrica el zapatero.
EL ORGULLO DE SER HIJO DE ZAPATERO.
Mi padre fue un zapatero y mi madre una vendedora de zapatos, aún ya como mujer madura, mi madre encontró en la actividad de la venta de zapatos exclusivamente para mujeres una actividad fundamental para aportar el cinquito a nuestra casa. Mi madre llegó a tener al menos 10 vendedores que por toda la geografía patria vendían, sobre todo en zonas rurales y semi - rurales, zapatos, ya fueran sandalias, ya fueran zapatos de vestir como se dice, aun en los años 1990 mi madre logró mantener esta actividad como un recurso que lograba mantener la economía doméstica a flote.
Mi padre Guillermo Carvajal Cabezas, fue un luchador de la vida, un hombre producto de su época que aprendió el oficio de zapatero en el taller de Carlos Luis Fallas y cuando se casó con mi madre en 1948, era zapatero. Como buen zapatero fue miembro del Partido Comunista desde 1933, adonde ingreso después de haber cursado algunos años en el Liceo de Costa Rica. Abandonó el colegió y empezó el aprendizaje del oficio de la zapatería...
Mi padre fue un militante del Partido Comunista desde su juventud hasta su muerte un 05 de marzo de 1980. Fue un hombre de partido, asistió siempre puntualmente a sus reuniones de célula y fue parte en los 1940 del sindicato de trabajadores del calzado. Como buen militante del partido peleó la revolución de 1948 y acompaño a Eduardo Mora y a Carlos Luís Fallas en la columna Liniera.
Mi padre fue un creyente de la causa social y de la gran Reforma social de 1940 emprendida por Calderón Guardia, Monseñor Sanabria y Manuel Mora, entre 1940 y 1948 y acogida posteriormente por José Figueres. Como soldado de las fuerzas del partido fue herido de guerra y perdió el uso de la mano izquierda, hecho que lo obligó a abandonar parcialmente el oficio de zapatero.
Amigo y admirador de la grandeza de Carlos Luis Fallas, de Rodolfo Guzmán, de José Picado y de todos sus amigos que siendo zapateros, ocuparon cargos de diputados en representación de esta gran fuerza que son los zapateros de Costa Rica.
El diputado del PAC, Monge Pereira, vio frustrada su moción en este primer intento, porque el venado Víctor Hugo Víquez, no quiso formar quórum para sesionar el día que debió votarse el proyecto aduciendo que muchos de sus proyectos habían sido boicoteados. ¡Qué pena que un mediocre diputado, que de seguro ha sido calzado por muchos zapateros por un berrinche haya privado a un gremio de recibir un merecido reconocimiento! Claro que, “no se le pueden pedir peras al olmo” y que va a saber el diputado Víquez que ahí, donde él se sienta a perder el tiempo, hubo tres grandes zapateros que ejercieron con hidalguía el cargo de diputados en una época en que los diputados asumían sus funciones con devoción, dedicación y mucha reflexión.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
EL ORGULLO DE SER HIJO DE ZAPATERO.
Mi padre fue un zapatero y mi madre una vendedora de zapatos, aún ya como mujer madura, mi madre encontró en la actividad de la venta de zapatos exclusivamente para mujeres una actividad fundamental para aportar el cinquito a nuestra casa. Mi madre llegó a tener al menos 10 vendedores que por toda la geografía patria vendían, sobre todo en zonas rurales y semi - rurales, zapatos, ya fueran sandalias, ya fueran zapatos de vestir como se dice, aun en los años 1990 mi madre logró mantener esta actividad como un recurso que lograba mantener la economía doméstica a flote.
Ese grupo de 10 trabajadores que trabajaban para mi madre eran vendedores de puerta a puerta, ellos se decían trabajadores de la Caja, si porque todos los días acomodaban de manera delicada los zapatos que mostrarían desde buena mañana a miles de mujeres en lugares a veces alejados. Su estrategia era muy inteligente se movilizaba diariamente hacia lugares alejados de esta capital y se movilizaban en bus hasta lugares como Orotina, Grecia, Naranjo, o bien ya en giras de varios días hasta Limón y Puntarenas y Guanacaste. Mi madre llegó a ver florecer tanto el negocio de los zapatos que dio el salto a producirlos en a mediados de 1980 nuestra casa en Sagrada familia era un centro de producción de zapatos para todo el país.
Pero mi madre amaba salir ella y unirse a los vendedores puerta a puerta y como desde 1980 fue una mujer viuda su venta de zapatos la mantuvo ocupada y le dio la socialización para vivir una vida llena de anécdotas y de un cotidiano rico en vivencias.
Pero mi madre amaba salir ella y unirse a los vendedores puerta a puerta y como desde 1980 fue una mujer viuda su venta de zapatos la mantuvo ocupada y le dio la socialización para vivir una vida llena de anécdotas y de un cotidiano rico en vivencias.
Mi padre Guillermo Carvajal Cabezas, fue un luchador de la vida, un hombre producto de su época que aprendió el oficio de zapatero en el taller de Carlos Luis Fallas y cuando se casó con mi madre en 1948, era zapatero. Como buen zapatero fue miembro del Partido Comunista desde 1933, adonde ingreso después de haber cursado algunos años en el Liceo de Costa Rica. Abandonó el colegió y empezó el aprendizaje del oficio de la zapatería...
Mi padre fue un militante del Partido Comunista desde su juventud hasta su muerte un 05 de marzo de 1980. Fue un hombre de partido, asistió siempre puntualmente a sus reuniones de célula y fue parte en los 1940 del sindicato de trabajadores del calzado. Como buen militante del partido peleó la revolución de 1948 y acompaño a Eduardo Mora y a Carlos Luís Fallas en la columna Liniera.
Mi padre fue un creyente de la causa social y de la gran Reforma social de 1940 emprendida por Calderón Guardia, Monseñor Sanabria y Manuel Mora, entre 1940 y 1948 y acogida posteriormente por José Figueres. Como soldado de las fuerzas del partido fue herido de guerra y perdió el uso de la mano izquierda, hecho que lo obligó a abandonar parcialmente el oficio de zapatero.
Amigo y admirador de la grandeza de Carlos Luis Fallas, de Rodolfo Guzmán, de José Picado y de todos sus amigos que siendo zapateros, ocuparon cargos de diputados en representación de esta gran fuerza que son los zapateros de Costa Rica.
El diputado del PAC, Monge Pereira, vio frustrada su moción en este primer intento, porque el venado Víctor Hugo Víquez, no quiso formar quórum para sesionar el día que debió votarse el proyecto aduciendo que muchos de sus proyectos habían sido boicoteados. ¡Qué pena que un mediocre diputado, que de seguro ha sido calzado por muchos zapateros por un berrinche haya privado a un gremio de recibir un merecido reconocimiento! Claro que, “no se le pueden pedir peras al olmo” y que va a saber el diputado Víquez que ahí, donde él se sienta a perder el tiempo, hubo tres grandes zapateros que ejercieron con hidalguía el cargo de diputados en una época en que los diputados asumían sus funciones con devoción, dedicación y mucha reflexión.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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