Samaritanos por conveniencia - TicoVisión
Estoy plenamente convencido que la maldad y la perversidad se esconden bajo las mascaras de la bondad y la generosidad, a pocos días de abrirse los fuegos electorales, no nos sorprende el gran despliegue de bondad y generosidad...
Por Nelson Piedra Chinchilla
21 de octubre de 2013.- Estoy plenamente convencido que la maldad y la perversidad se esconden bajo las mascaras de la bondad y la generosidad, a pocos días de abrirse los fuegos electorales, no nos sorprende el gran despliegue de bondad y generosidad que algunos “buenos samaritanos” están desplegando a marchas forzadas en beneficio de ciudadanos de sectores marginados, en extrema pobreza y miseria, ¡que milagro del Dios Altísimo!, por arte de magia cobraron vida e importancia, para aquellos que se mueven en la telaraña del poder.
Como resultado de tanta bondad, una aspirante a ser la primera dama, encabezó su campaña benéfica en los Barrios marginados de la Gran Area Metropolitana, poniendo al servicio de esos seres olvidados todas sus facultades y atenciones y con insólito altruismo la vemos llegar a esos lugares con su equipo de colegas odontólogos y el más sofisticado instrumental médico.
Milagro de milagros; esta culta dama desde el Olimpo miró hacia hacia abajo y vio el sufrimiento de todos esos seres, bajo de su nube de confort y con sus delicadas manos produce el milagro de proporcionar un costosísimo tratamiento bucal a personas, seres humanos que nunca soñaron quizá de que un profesional se preocupara por ellos, y la elegante y culta dama con su sonrisa de celuloide es feliz al saber que esas sencillas personas reciben su obsequiosa atención, sin siquiera sospechar que se esconde tras esa bondad y generosidad.
Como resultado de tanta bondad, una aspirante a ser la primera dama, encabezó su campaña benéfica en los Barrios marginados de la Gran Area Metropolitana, poniendo al servicio de esos seres olvidados todas sus facultades y atenciones y con insólito altruismo la vemos llegar a esos lugares con su equipo de colegas odontólogos y el más sofisticado instrumental médico.
Milagro de milagros; esta culta dama desde el Olimpo miró hacia hacia abajo y vio el sufrimiento de todos esos seres, bajo de su nube de confort y con sus delicadas manos produce el milagro de proporcionar un costosísimo tratamiento bucal a personas, seres humanos que nunca soñaron quizá de que un profesional se preocupara por ellos, y la elegante y culta dama con su sonrisa de celuloide es feliz al saber que esas sencillas personas reciben su obsequiosa atención, sin siquiera sospechar que se esconde tras esa bondad y generosidad.
Ya salieron a recorrer nuestras calles, barrios y alejados poblados los especialistas en besar ancianos, abrazar niñitos no importando en la condición en que se encuentren los receptores de tales muestras de cariño, aunque después de la jornada de abrazos y besos y en la intimidad de sus mansiones, se mueran del asco y la repugnancia después de haber realizado tan grande sacrificio de piedad y penitencia, desinfectándose hasta el mas escondido poro de su piel, ya se anuncian en sus spots publicitarios, los candidatos que solo tienen cuatro miserables trajes y solo esos son los que se ponen, además de ser humildes campesinos.
Fresco esta el recuerdo de aquellos dos “buenos samaritanos” uno con pantalones inmaculadamente blancos, almidonados y bien aplanchados que en Tibás se dio a la tarea de ir a recoger basura de las calles, el otro un atildado Señor Ministro, que quiso saber como una familia costarricense pobre vivía el día a día en un tugurio, se acuartelo en una miserable rancha y junto con la humilde familia degusto un frugal gallo pinto con un aguacate, poco tiempo después de esta exhibición de bondad y humildad a ese señor se le cuestionaba la administración de cuantiosos recursos públicos que se encontraban bajo su administración.
Es increíble, cada cuatro años hay cuatro meses donde ciertos personajes de nuestra política sufren una metamorfosis moral y espiritual compitiendo entre si por ser “el menos malo.” Una vez que llegan a alcanzar sus objetivos y ya posicionados en sitios de poder, se olvidan de los abrazos y besos que a diestra y siniestra repartían con cándidas sonrisas, a viejitos y niños famélicos y con hambre, y en su lugar reprimen a ese pueblo bueno, que inocentemente los llevó a esos sitios de honor.
A esos “buenos samaritanos”, especialistas en comprar conciencias y cazar votos, parafraseando a San Francisco de Asís, a través de estas líneas me permito decirles: “Yo necesito poco, y lo poco que necesito, lo necesito poco.”
Fresco esta el recuerdo de aquellos dos “buenos samaritanos” uno con pantalones inmaculadamente blancos, almidonados y bien aplanchados que en Tibás se dio a la tarea de ir a recoger basura de las calles, el otro un atildado Señor Ministro, que quiso saber como una familia costarricense pobre vivía el día a día en un tugurio, se acuartelo en una miserable rancha y junto con la humilde familia degusto un frugal gallo pinto con un aguacate, poco tiempo después de esta exhibición de bondad y humildad a ese señor se le cuestionaba la administración de cuantiosos recursos públicos que se encontraban bajo su administración.
Es increíble, cada cuatro años hay cuatro meses donde ciertos personajes de nuestra política sufren una metamorfosis moral y espiritual compitiendo entre si por ser “el menos malo.” Una vez que llegan a alcanzar sus objetivos y ya posicionados en sitios de poder, se olvidan de los abrazos y besos que a diestra y siniestra repartían con cándidas sonrisas, a viejitos y niños famélicos y con hambre, y en su lugar reprimen a ese pueblo bueno, que inocentemente los llevó a esos sitios de honor.
A esos “buenos samaritanos”, especialistas en comprar conciencias y cazar votos, parafraseando a San Francisco de Asís, a través de estas líneas me permito decirles: “Yo necesito poco, y lo poco que necesito, lo necesito poco.”
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