Las Diásporas, Fuerza Laboral Y Económica

Por Alejandro José Gallard Prio

8 de diciembre de 2013.-  Europa, África, Asia y América, a través de los siglos han venido recibiendo flujos humanos, transformando a dos de los Continentes mencionados, América y Europa.

Llegaron "conquistadores" de Europa y "esclavos" de África, que al mezclarse con nuestros indígenas, poblaron la América mestiza que tanto dolor de cabeza da a los puristas, ya que todavía se niegan a aceptar que AMERICA es ejemplo vivo de que todos somos hijos de Dios.

Hoy, son los mestizos los que conquistan Canadá, Estados Unidos y España.  Allí es donde están nuestros inmigrantes, ganándose el respeto y admiración de quienes les dan oportunidades de trabajo, ya que son honestos, esforzados e inteligentes, absorben las directrices sin dificultad.


Pero los hispanoamericanos, no somos los únicos representantes de las "diásporas" que con su fuerza laboral, han venido a darle a Canadá y a EUA, el empuje para mantener su producción y posición.  Los asiáticos (vietnamitas, coreanos, filipinos, tailandeses, camboyanos y en menor escala chinos de Hong-Kong, Taiwán y japoneses) juegan un muy importante rol, especialmente en la creación de pequeñas empresas que, gracias a su cultura de cooperar el uno con el otro, logran tejer un enjambre económico respetable.  Esa UNIÓN hace que el esfuerzo tenga mayor fuerza.

Los mexicanos son bastante unidos y tienen asociaciones fuertes que los respaldan, por allí van los dominicanos también, aunque tienen el problema de estar involucrados en la política partidaria de la Isla, que es sinónimo de diferencias y conflictos.

La diáspora centroamericana, necesita unificarse, en esto no debe haber más dilación, debemos identificarnos y apoyar la cruzada de los líderes hispanos con UNA sola voz, presionando al Congreso por la pronta aprobación de una Ley que proteja a los millones de inmigrantes que están en el limbo y así agilizar el proceso hacia la ciudadanía, que les permita la integración plena a las comunidades en que residen.



Para terminar y equipar la Escuela que necesita de nuestra cooperación, ya sea con el valor de una bolsa de cemento o dos, si desea hacerlo, por favor escríbame (agallardprio@yahoo.com), y les diré donde enviar la ayuda.  Una vez terminada la obra, pondremos su imagen y nombre (si no hay objeción) en "El Archivo", así como nombres de los contribuyentes, entre los cuales ya se encuentra este servidor y su hijo Fernando, el Cónsul Honorario que ha designado Nicaragua para Philadelphia, Eli Gabay, abogado de uno de los bufetes más influyentes de Philadelphia y, por supuesto la familia Puhiera-Castrillo.

En el área del Valle del Delaware, que abarca parte de los estados de Pennsylvania, New Jersey y Delaware, todos vecinos de la metrópolis, llamada, la Gran Philadelphia, nuestra Diáspora Centroamericana, está compuesta de médicos, dentistas, ingenieros, mecánicos, profesores, artesanos, transportistas, pequeños empresarios, obreros y trabajadores agrícolas, una honrosa delegación que con sus hijos y nietos, forman una fuerza laboral en libertad que enaltece al inmigrante.

Residí por más de 20 años en la zona y logre cultivar amistad con muchísimos paisanos, con quienes mantengo relación.  El sábado 30 del mes pasado me reuní con un grupo de ellos, entre los cuales había un médico, Dr. Woodrow Chavarría-Reyes, oriundo de Chinandega, Nicaragua, quien ha ayudado por años al arduo tratamiento de jóvenes drogadictos; un líder comunitario de origen puertorriqueño, Sedo Sánchez, quien apadrina a hispanos a ocupar cargos de elección, como "Diputados Estatales", "Concejales Municipales" y "Jueces Locales"; Licenciado (CPA) Cairo Chavarría-Jiménez, de Managua, cuya profesión es ayudar al desarrollo de pequeñas empresas entre nuestros inmigrantes y, nuestro pionero (nicaragüense), José Villalta-Martínez, que llego a Philadelphia, vía Puerto Rico-New York, como miembro del poderoso sindicato "Los Teamsters", experto en el nuevo sistema de computación para impresoras, que reemplazó los linotipos y por muchos años trabajo en el diario "Philadelphia Inquirer" y ahora, ya gozando su retiro, asesora a empresas electrónicas.

El ser INMIGRANTE, es sinónimo del espíritu del obrero, campesino y empresario americano.  Inmigrantes fueron los padres fundadores de este refugio de hombres libres.  Inmigrantes, los que redactaron sus leyes y reglamentos, para con ello, mantener abiertas las oportunidades de quienes llegan a estas puertas en la búsqueda de una mejor vida, en libertad, ya que todos somos INMIGRANTES.

Hasta la próxima semana.  Roguemos el 12 a nuestra Madre y Patrona, la Virgen María de Guadalupe en mi caso, por la paz y salud de nuestro Continente.