Tiempos de Navidad: Pensemos en la gran familia costarricense y su porvenir - TicoVisión
Tiempos de navidad, tiempos siempre de reflexión, tiempos de poder conversar y tiempos de enmendar errores. Un día como hoy, los invito a pensar en el futuro inmediato de este gran pequeño país, este país solidario...
Tiempos de Navidad: Pensemos en la
gran familia costarricense y su porvenir
16 de diciembre de 2013.- Respetuosos de los mandatos del tribunal Supremo de Elecciones en términos de realizar actos proselitistas, debemos de decir que nuestra columna en Ticovisión, no ha tenido un alineamiento con ningún candidato. Oficial me declaro un observador y un librepensador. Por mis años vividos Y por haber caminado ya un techo de mi vida, y como educador que soy siempre he sido respetuoso del ordenamiento jurídico nacional. Mi formación familiar y escolar me enseñó a ver la navidad como un tiempo para reunirnos en familia, para conversar y departir siempre con respeto el sustento diario que ganaban mis padres.
Nunca hubo excesos, la austeridad tampoco significa privación, exquisitos platos se pueden disfrutar del ingenio de quien prepara los alimentos con amor, quizá no tuve el juguete más moderno pero siempre tuve un juguete y siempre aprendí a soñar con mis carritos, con mis trenes y con mis balones de fútbol. Observaba a mi padre en su pequeño taller de ebanistería con trozos de manera prepararnos los carritos de madera, esos que duraban largos años y que yo prestaba. Mi carrito de bomberos, mi trencito de madera que enseño a recorrer el mundo.
Y aunque mejoré mi condición y mis hijos han vivido mejores tiempos, siempre diciembre fue lo que definieron mis padres, pensar en que los niños tengan un regalo que haciéndolos felices les deje un mensaje que les acreciente ese mundo de ensueño.
Nunca hubo excesos, la austeridad tampoco significa privación, exquisitos platos se pueden disfrutar del ingenio de quien prepara los alimentos con amor, quizá no tuve el juguete más moderno pero siempre tuve un juguete y siempre aprendí a soñar con mis carritos, con mis trenes y con mis balones de fútbol. Observaba a mi padre en su pequeño taller de ebanistería con trozos de manera prepararnos los carritos de madera, esos que duraban largos años y que yo prestaba. Mi carrito de bomberos, mi trencito de madera que enseño a recorrer el mundo.
Y aunque mejoré mi condición y mis hijos han vivido mejores tiempos, siempre diciembre fue lo que definieron mis padres, pensar en que los niños tengan un regalo que haciéndolos felices les deje un mensaje que les acreciente ese mundo de ensueño.
Aunque sé que para muchos políticos, y por más que reduzcan las actividades, siempre habrá información y comentarios políticos. Por ejemplo; cómo no comentar la elección de Mitchell Bachelet en Chile que nos abre un nuevo camino para que los sectores populares vuelvan de nuevo a creer en la política después de un gobierno muy difícil y complicado. El pueblo chileno le confía de nuevo el poder a una mujer inteligente, trabajadora, afanosa y que durante 4 años de ver su Chile desde fuera con visión objetiva viene con deseos que mejorar la vida de un pueblo siempre luchador.
Una ejemplo de cena navideña modesta, pero reina el amor y la unidad con la familia y con los amigos.
Pensemos por un momento cómo será la navidad de esos jóvenes, nadie puede ponerse en los zapatos de otros, pero seamos compresivos, tratemos de construir una sociedad mejor para todos. Porque de esos jóvenes y de esos viejitos abandonados hay quienes están cerca de nosotros y pueden ser nuestros familiares y los sistemas de protección, por una u otra razón, no han llegado a ellos.
Aprendamos a vivir en mayor austeridad, ese es el gran mensaje cristiano, es un mensaje lleno de humanismo, de amor por el prójimo y de entrega del uno hacia el otro. Volvamos a las raíces de una navidad austera, entreguemos lo mejor de nosotros para todos quienes habitamos en este hermoso país que hemos heredado y poder soñar en un mejor futuro.
Tiempos de navidad, tiempos siempre de reflexión, tiempos de poder conversar y tiempos de enmendar errores. Un día como hoy, los invito a pensar en el futuro inmediato de este gran pequeño país, este país solidario siempre permeado por el humanismo y cristianismo, ese que no diferencia entre banderas políticas y que solo sabe que con mejor información que los hombres y las mujeres tomaran siempre las mejores decisiones para forjar una gran nación.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
Todo esto nos demuestra que no deberíamos los costarricenses abocarnos a proseguir una campaña que a través de clichés propios del período de la guerra fría tienden a impedir el crecimiento mental informativo e intelectual de nuestro electorado. Para cada uno de nosotros la política debería ser una actividad digna en la que vale pensar porque al fin y al cabo un buen presidente en mucho influirá en nuestro cotidiano, en nuestro diario vivir. Veamos la política como un asunto de todos pero veámosla como una actividad que nos dignifica como seres humanos.
Ya los candidatos han entregado sus propuestas programáticas, los grandes ejes de lo que serán sus acciones en el gobierno, entonces centremos el debate en los programas, en las ideas y no en los viejos miedos del pasado. Hoy por respeto a los jóvenes, esos que participaran masivamente en las elecciones porque son los grandes excluidos de un modelo de sociedad que, pese a poseer títulos universitarios, diplomas del INA, y cursos especializados se encuentran desempleados.
Ya los candidatos han entregado sus propuestas programáticas, los grandes ejes de lo que serán sus acciones en el gobierno, entonces centremos el debate en los programas, en las ideas y no en los viejos miedos del pasado. Hoy por respeto a los jóvenes, esos que participaran masivamente en las elecciones porque son los grandes excluidos de un modelo de sociedad que, pese a poseer títulos universitarios, diplomas del INA, y cursos especializados se encuentran desempleados.
Pensemos por un momento cómo será la navidad de esos jóvenes, nadie puede ponerse en los zapatos de otros, pero seamos compresivos, tratemos de construir una sociedad mejor para todos. Porque de esos jóvenes y de esos viejitos abandonados hay quienes están cerca de nosotros y pueden ser nuestros familiares y los sistemas de protección, por una u otra razón, no han llegado a ellos.
Aprendamos a vivir en mayor austeridad, ese es el gran mensaje cristiano, es un mensaje lleno de humanismo, de amor por el prójimo y de entrega del uno hacia el otro. Volvamos a las raíces de una navidad austera, entreguemos lo mejor de nosotros para todos quienes habitamos en este hermoso país que hemos heredado y poder soñar en un mejor futuro.
Tiempos de navidad, tiempos siempre de reflexión, tiempos de poder conversar y tiempos de enmendar errores. Un día como hoy, los invito a pensar en el futuro inmediato de este gran pequeño país, este país solidario siempre permeado por el humanismo y cristianismo, ese que no diferencia entre banderas políticas y que solo sabe que con mejor información que los hombres y las mujeres tomaran siempre las mejores decisiones para forjar una gran nación.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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