Nicaragua: Doctorado Honoris Causa: Una ofensa a la cultura universal - TicoVisión |
Escrito en 29/07/10 a 21:00:01 GMT-06:00 Por Administrador |
29 de Julio de 2010 TicoVisión Por Roberto Escobedo Caicedo bert.caido@gmail.com Redacción.- Confirmando plenamente la pérdida irreversible de sus valores científicos, culturales y morales, las actuales autoridades de la Universidad Nacional de Nicaragua (UNAN), poniendo de manifiesto su alto grado de servilismo hacia los más connotados delincuentes que forman la plana mayor del FSLN, otorgó recientemente el Doctorado Honoris Causa al ex-ministro del Interior de la primera dictadura orteguista y sobreviviente fundador de esa organización terrorista y criminal, sometida a disciplina internacional, Tomás Borge Martínez. Esto constituye una ofensa a la cultura universal, porque el galardonado carece de los atributos necesarios para recibir una distinción de tal naturaleza. El Doctorado Honoris Causa es un título honorífico que concede una universidad a personas eminentes. Se le otorga a personajes que se han destacado en determinados ámbitos profesionales, catedráticos eminentes, investigadores, humanistas por excelencia, defensores de los derechos humanos de sus semejantes, etc. Es el reconocimiento público del cumplimiento del galardonado con todas sus obligaciones, a su buena reputación que sigue a la virtud y a su proyección en el campo de una actividad determinada en el seno de la sociedad de que forma parte. Pero en el caso de Borge Martínez, esas cualidades no aparecen por ninguna parte. En su discurso de aceptación del Doctorado Honoris Causa mencionó que cursó cuatro años de la carrera de Derecho en la UNAN y que no terminó porque fue detenido y encarcelado por efectivos de la Guardia Nacional de Nicaragua. Es una tremenda mentira, porque de ser cierto, lo hubieran graduado mediante un decreto firmado por Ortega Saavedra, como ocurrió con Omar Cabezas Lacayo y otros vagos que hoy son "profesionales" del derecho. Fue un estudiante fósil, ya que inició estudios en todas las facultades de la UNAN, hasta que le daban de baja por no aprobar ningún curso, aplicando la Ley Quintanilla o Arto. 110 de los reglamentos universitarios. Su labor fue siempre en los primeros semestres de cada carrera de la UNAN de agitador a tiempo completo y dedicación exclusiva. Es más, muchos egresados de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UNAN, situada en la ciudad de León, recuerdan a Borge Martínez como "Cabo Profesor de la Guardia Nacional de Nicaragua". Su salario se lo pagaba siempre el entonces Mayor G. N., Gilberto "Chibeto" Quintanilla. El trabajo de esos Cabos Profesores era alfabetizar a los soldados que no sabían leer ni escribir, pero disfrutaban de la confianza de las autoridades del Comando Departamental de la Guardia Nacional de Nicaragua. También se le recuerda como Visitador Médico de una empresa dedicada a la importación de medicinas y productos farmacéuticos. Pero practicaba a su vez un sucio negocio, vender las muestras médicas a un "tope" de las mismas, otro visitador médico de nombre, Eligio Alvarez Montalván. En el mencionado discurso de aceptación de tan inmerecida distinción honorífica, Borge Martínez mencionó hasta el cansancio el nombre de Carlos Fonseca Amador, otro de los fundadores del FSLN, pero omitiendo mencionar que cayó en combate contra efectivos de la Guardia Nacional de Nicaragua al amanecer del 6 de noviembre de 1976, gracias a información suministrada por él al Comandante de un Grupo de Patrullas G. N., norte de Nicaragua, Capitán José Enrique Munguía Berríos. Según el Informe rendido por Munguía Berríos a sus superiores, en la tarde del 5 de noviembre de 1976, se desplazaba al frente de la patrulla bajo su mando directo a regular distancia de los ríos Zinica y Piedras, cuando de pronto un campesino montado en un caballo los alcanzó. Creyendo que era una emboscada, los guardias se pusieron en posición de combate, pero el hombre desmontó y declaró que regresaba de hacer sus "compritas" en un poblado cercano y que un grupo de individuos, armados con fusiles análogos a los de la patrulla militar y que respondían a las órdenes de un hombre flaco, bien alto, con anteojos "culo de botella" y barba, lo habían despojado de sus compras. En un mapa marcó la dirección seguida por los asaltantes. El Capitán Munguía Berríos estudió el mapa y determinó que los asaltantes se dirigían a la confluencia de los ríos Zinica y Piedras. Por el equipo de radio ordenó al oficial subalterno, Teniente Manuel Centeno, dirigirse al lugar mencionado y situarse en condiciones de "apresto operacional de combate", para mientras llegaba él, lo que estimó sería en horas de la madrugada. Cuando buscaron al campesino ya no estaba, porque debido a la información se concentraron todos en el estudio del mapa y determinación de la patrulla que se encontraba a menor distancia del lugar señalado. A marchas forzadas, la patrulla al mando de Munguía Berríos se dirigió a la confluencia de los ríos Zinica y Piedras. Llegaron a eso de las 4:00 A. M. del 6 de noviembre de 1976, informándole el Teniente Centeno que como a las 6:00 P. M., del día anterior, llegó el grupo de asaltantes al lugar en que los esperaban. Cuando les ordenaron rendirse, dispararon y en el intercambio de fuego, sólo oían los lamentos de uno de los integrantes, no me maten, soy más útil vivo que muerto. Mi nombre es Carlos Fonseca Amador. Temiendo una emboscada, Centeno ordenó que nadie cruzara ninguno de los ríos y que esperaran el día siguiente. Cuando llegó Munguía Berríos, escuchaban todavía esporádicamente los gritos del herido, el que repetía siempre lo mismo. A las 6:00 A. M. del 6 de noviembre de 1976, se aproximaron al lugar donde se oían los gritos, encontrándose con el que decía ser Fonseca Amador. Levantó su fusil y fue entonces cuando un soldado de origen miskito, que manejaba el fusil ametrallador Browning, le disparó una ráfaga, muriendo en el acto. Informada la superioridad del intercambio de disparos, mandaron personal experto en huellas dactilares que llegaron por helicóptero, comprobando la identidad del muerto, Carlos Fonseca Amador. Subieron el cadáver al helicóptero y ya nada más supo Munguía Berríos de lo que ocurrió con él. Pero Munguía Berríos quedó siempre con la sospecha que el denunciante disfrazado de campesino fue el propio Tomás Borge Martínez, lo que comprobó posteriormente, según pláticas entre compañeros de armas. Además, era el momento en que las tres facciones del FSLN, la Guerra Popular Prolongada, la Proletaria y la Tercerista, mantenían fuertes disputas entre ellos por la hegemonía en la dirección de la lucha armada y política contra el régimen de Somoza Debayle, estando dispuestos a eliminarse entre sí, como lo demostraron con Fonseca Amador, José Benito Escobar. Pedro Aráuz Palacios, etc. En otras palabras, Borge Martínez es un traidor que señaló a las patrullas de la Guardia Nacional de Nicaragua el lugar en que podían emboscar a Fonseca Amador. Siendo Ministro del Interior de la primera dictadura orteguista, tuvo bajo su mando la Dirección General de Seguridad del Estado y la del Sistema Penitenciario Sandinista, entre otras, donde puso al descubierto otra de sus facetas criminales, la de verdugo y torturador. Cuando los heroicos "Paladines de la Libertad", fueron traicionados por los miembros del Directorio Político impuesto por los servicios de inteligencia norteamericanos, Borge Martínez se despachó con la cuchara grande en la "piñata sandinista", adjudicándose varias manzanas de casas de habitación del Reparto "Bello Horizonte", donde tiene un hotel y es fuerte accionista de un complejo comercial. Aquí manifestó otro de sus atributos robolucionarios, el de "piñatero". La aberrante ceremonia mediante la cual un grupo de serviles otorgaron el Doctorado Honoris Causa a un traidor, piñatero, verdugo, torturador, estudiante fracasado de varias carreras universitarias, Tomás Borge Martínez, careció de la trascendencia y simbolismo de un verdadero acto académico, donde la comunidad universitaria rendía testimonio de reconocimiento y admiración a un ciudadano ejemplar. El Birrete, el Anillo, los Guantes Blancos y el Libro de la Sabiduría, brillaron por su ausencia. El Rector de la UNAN que no tiene nada de Magnífico pero sí de vividor y oportunista, con redoblado cinismo, pronunció las palabras de rigor en este tipo de actos:"Toma asiento en la cátedra de la Sabiduría, y desde ella, desarrollando por tu ciencia, enseña, orienta, juzga y muestra tu magnificencia en la universidad, en el foro y en la sociedad", comprometiéndote a guardar las leyes y el honor de la universidad y prestarle favor, auxilio y consejo. Ejemplar mascarada es la que tuvo lugar en el paraninfo de la UNAN con esa ofensa a la cultura universal. |
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