5 de diciembre de 2014.-  Eso si, quiero recordarles el caso del delincuente español Pedro Urrutia, amigo intimo de nuestro particular obispo Angel San Casimiro, quien se dio por enfermo y se interno un año en la Clínica Católica, en donde precisamente la Iglesia Católica es copropietaria. Al final de cuentas en España el delincuente amigo del obispo goza de muy buena salud.

Un hospital y médicos serios no pueden prestarse para fingir enfermedades y así evadir responsabilidades ante los Tribunales Penales. Tampoco los Magistrados y Jueces pueden permitir ese abuso y para ello tienen todos los instrumentos legales a su alcance, una Medicatura Forense con médicos especialistas que pueden descartar las enfermedades que se simulan.


Y además están en la obligación se sentar un precedente, remitiendo al que finge la enfermedad a la prisión preventiva y procesando a los médicos que participan del acto delictivo.

El encubrimiento de noticias de esta naturaleza, en las redes sociales de los ciudadanos, ya no es posible.

Así que, señor Magistrado Carlos Chinchilla, en materia penal todos los días son hábiles, demuestre que es imparcial y actúe; o es que la cárcel seguirá siendo para los pobres y los que no son políticos.