¡Y FLOTÓ EL PLOMO! - Por:Silvio Aviléz Gallo - TicoVisión |
Escrito en 30/07/10 a 10:02:45 GMT-06:00 Por Administrador |
30 de Julio de 2010 TicoVisión Por Silvio Aviléz Gallo Diplomático/Escritor Redacción.- Decir que el mundo está al revés es un lugar común. Paradójicamente el extraordinario progreso de la tecnología y la ciencia se acompaña de una involución en todos los planos: intelectual, moral, cultural, ético, político, profesional y sobre todo humano. En vez de avanzar, la sociedad retrocede cual cangrejo y las conquistas científicas parecen olvidadas en un vetusto museo que nadie visita. Se ha dicho hasta la saciedad que esta es la sociedad del conocimiento, pero resulta que a la par de la enorme facilidad de la electrónica para difundir y comunicar este conocimiento, pareciera que el hombre moderno es incapaz de pensar y utilizar la facultad de razonar, que constituye el símbolo por excelencia de su superioridad respecto de otros seres vivos. Estas reflexiones me vienen a propósito de una noticia absolutamente increíble: el otorgamiento de un doctorado honoris causa al guerrillero y hoy embajador Tomás Borge Martínez por parte de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. Para nadie es un secreto la trayectoria --no precisamente envidiable-- de uno de los fundadores del FSLN. Su impronta en la trágica historia de Nicaragua es imborrable, como lo atestigua su paso por el Ministerio del Interior del primer gobierno sandinista, desde donde irradió personalmente el terror a través de la Dirección General de Seguridad del Estado, de nefasta memoria. Como afirma nuestro inmortal Rubén, refiriéndose al sanguinario lobo de Gubia, “son incontables sus muertes y daños”. Hasta ahora se creía que la concesión de una distinción honorífica por parte de una casa de estudios superiores constituía un reconocimiento a la excelencia de una persona por su contribución a la exaltación de los valores del ser humano, su dedicación y entrega a intereses superiores, la culminación de toda una vida de superación. Pero he aquí que la antigua y prestigiada Universidad de León, próxima a cumplir 200 años de existencia en 2012 y que fue un faro de luz y de saber en la época colonial, donde muchos centroamericanos abrevaron su sed de conocimiento, otorga el máximo galardón académico a alguien que es la antítesis del humanismo, la encarnación del lado oscuro del homo sapiens, al cultivador del fanatismo y el odio a sus enemigos, a quien ha hecho de la violencia institucionalizada su norma de conducta. ¡Ver para creer! Ante tanta ignominia, vienen a mi mente los premonitorios versos de Rubén Darío en su poema A Colón: “Cristo va por las calles flaco y enclenque, Barrabás tiene esclavos y charreteras y las tierras de Chibcha, Cuzco y Palenque han visto engalanadas a las panteras.” |
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