Un lugar donde tradicionalmente aquellos partidos de antaño (PLN y PUSC), llenaban el Paseo Colón desde la estatua de don León Cortez y hasta el hospital San Juan de Dios y la gente se desbordaba por las calles aledañas. Las personas se subían en los muros y jardines de las casas en todo el trayecto de esta vía. Sin embargo, el PLN, este 26, con dificultades y ralamente, logró quizás cubrir una cuadra (100 metros). Me encontré con muchas personas mayores de larga “tradición liberacionista”; es decir, que todavía arrastra el PLN a aquellas personas que lejos de razonar sobre la situación del país, emiten su voto por “tradición familiar”.

El mismo domingo 26, el Partido Acción Ciudadana (PAC), realizó su plaza pública en la provincia de Heredia, en el parque. A pesar de llevar un candidato nuevo y desconocido, y que inició tardíamente su campaña, logró una asistencia mucho mayor que la del PLN, de varias cuadras y muy nutridas, es decir, con personas aglutinadas sin espacios vacíos entre ellos. “Nunca he visto al PAC mejor…”, manifestó don Alberto (Beto) Cañas a un periodista de un canal nacional que le realizaba entrevista.

La plaza pública que más me llamó la atención, no solo por la cantidad enorme de asistentes, sino también por el entusiasmo, la alegría, los cantos… es decir, una fiesta electoral en el sentido estricto de su significado, fue la del Frente Amplio (FA), que se llevó a cabo el viernes 24 de enero en. Me cambió totalmente la pasividad y poco entusiasmo que había observado en las anteriores; esa pasividad que ha sido la tónica general desde que dio el banderazo de partida el Tribunal Supremo de Elecciones para el inicio de la campaña electoral. Esta “fiesta electoral” estaba programada para iniciar a las 4:00 PM., sin embargo desde más temprano había empezado a llegar la gente. A eso de las siete de la noche inició su discurso el candidato José María Villalta. La concentración finalizó a eso de las 9:00 PM.

En conclusión; lo que nos han venido reflejando las diferentes encuestas (muy cuestionadas por cierto), es a mi juicio, otro mundo muy distinto a la realidad que hemos podido observar, no solo a través de las plazas públicas antes mencionadas, sino también a través de las pláticas con amigos, conocidos y hasta con personas desconocidas que uno se encuentra en sus compras en tiendas y supermercados como dependientes y cajeros que le atienden a uno.

Lo anterior me ha conducido a pensar en la posibilidad de una “gran sorpresa” que nos podemos llevar este dos de febrero; e inclusive en que lleguemos a definir un presidente de la República sin la necesidad de una “segunda vuelta”, contradiciendo así todos los pronósticos emitidos por politólogos y medios de comunicación.