1 de febrero de 2014.-  La deuda política adelantada como siempre fue una creación de los políticos de tiempo completo, para obtener financiamiento de todos los costarricenses y ellos continuar en su vida de profesionales de la política.

Si en algún momento tuvo algo de bueno, para procurar igualdad de participación partidaria, se ha desvirtuado totalmente y los tiempos actuales la hacen innecesaria, pues lo que produce es el enriquecimiento cada cuatro años de muy pocos financistas de políticos que con descuentos de mas del 50% compran los bonos y tranquilamente esperan hacerlos efectivos al poco tiempo, a costa del erario público.

Se podría fácilmente implementar un sistema en el cual los candidatos tengan acceso a los medios de información, muchos de ellos concesiones del estado, y el uso de las redes sociales, que en definitiva es donde se ventilaran las propuestas de quienes quieren gobernarnos, ahora y en el futuro, que además son gratis.

Hay soluciones muy fáciles, pero como siempre, existirá la oposición de los intermediarios y quienes lucran con el dinero público.

Quiero ser claro porque uno debe de ser consecuente con lo que piensa, me han ofrecido bonos y he rechazado el negocio porque creo que el dinero se hace trabajando y no medrando de los fondos públicos. Es una cuestión de ética.