Elecciones de 2014; un cambio de paradigma - TicoVisión |
Escrito en 12/02/14 a 10:39:00 GMT-06:00 Por Administrador |
No cabe duda de que las recientes elecciones dejaron una marca en la historia costarricense. Para empezar, fue una de las campañas más agresivas en mucho tiempo, probablemente resultado de ser la primera en que la... Por Daniel González Escritor 12 de febrero de 2014.- No cabe duda de que las recientes elecciones dejaron una marca en la historia costarricense. Para empezar, fue una de las campañas más agresivas en mucho tiempo, probablemente resultado de ser la primera en que la izquierda tuvo posibilidades de ganar, pero también por el desgaste del modelo ideológico y programático neoliberal que empieza a evidenciar una severa crisis. El Movimiento Libertario, como de costumbre, se dedicó a hacer campaña sucia y, también como de costumbre, empezaron a bajar en enero (si no es que su respaldo siempre fue inflado). Parece que no escarmentaron de campañas anteriores. El tico no es confrontativo y desconfía del político que es demasiado hostil. Sin embargo, pocas veces se ha podido observar un partido tan hambriento de poder, tan desesperado por captar votos, que está dispuesto a hacer prácticamente todo por ello. Desde recoger basura y arreglar techos al estilo de Fujimori, hasta modificar drásticamente su programa de gobierno según lo que está de moda en el momento, pasando de estar a favor de la legalización de las drogas en el 98 a “la mano dura” contra la delincuencia en el 2010, de ser el partido a favor del matrimonio gay a ser el de “valores cristianos” en 2014, de ser el partido defensor del estado mínimo al partido “socialcristiano y que defiende la doctrina social de la Iglesia”… populismo al fin. El sabio pueblo costarricense le dio una lección a Guevara castigándolo en las urnas. El Frente Amplio fue víctima de dos cosas; una injustificable y totalmente repudiable campaña macartista emanada del PLN y del ML, que atenta contra nuestra democracia y que sataniza a un sector del pueblo costarricense sólo por su opinión, pero también hay que admitirlo, de sus propios enredos. Villalta trató de alejarse de viejas afiliaciones sureñas y de posturas demasiado polémicas para la conservadora sociedad costarricense, dando mensajes contradictorios que en ocasiones se chocaban con los de otros dirigentes de su partido o con posiciones antiguas. Este fallo en coordinar discurso y la imposibilidad de cambiar el pasado pudo contribuir también a sus problemas. Villalta me parece un excelente candidato y sin duda postulará su nombre para futuras elecciones, esperemos no le suceda lo mismo que a Guevara que, por más que trató hasta el cansancio de cambiar su discurso, y suponiendo que su moderación haya sido honesta (que yo lo dudo), nunca se quitó el estigma de ultraderechista radical. En el PLN, bueno, lo más sorprendente en realidad es que obtuviera 29% de los votos y fuera a segunda ronda. Resulta increíble que un porcentaje tan alto de la ciudadanía respalde al partido que nos ha dado uno de los peores gobiernos de la historia. Vimos a un PLN sin ideas, agotado, incapaz de cargar el pesado muerto de la administración Chinchilla, con un candidato desgastado por una administración municipal tan deficiente que sufrió una abrumadora derrota en el cantón que gobernó y con el grave problema (mismo que afectó a su hermano en 2002) de que los Araya no cuentan con el apoyo de la estructura del PLN ni la mayor parte de sus bases. El PUSC tuvo el mejor candidato en muchas elecciones y eso se vio en su crecimiento legislativo. Probablemente mucho socialcristiano votó por Guevara ante la renuncia de Hernández pensando que tenía más posibilidad de detener a Araya que Piza, pero mantuvo el voto para diputados. Si sus diputados hacen buena labor podría sustituir al ML como principal fuerza de derecha del país, especialmente ahora que Calderón se pasará a otro partido. Un PUSC “descalderonizado” se convertiría en un interlocutor mucho más legitimado para una alianza de partidos. Pero para eso es necesario que la bancada del PUSC se una a las del PAC y FA para crear un bloque que enfrente al PLN y sus turecas en el próximo período en que el PAC seguramente será gobierno, pero no tendrá mayoría, lo cual es una oportunidad que, asumida con transparencia, podrán aprovechar el FA y el PUSC para un acuerdo que beneficie a todos, en especial al pueblo. Sobre los otros partidos no hay mucho que decir. Al PASE le castigaron su traición a la Alianza por Costa Rica y su juego de tureca del PLN, pero lamentablemente el castigo no fue suficiente como para expulsarlo del Parlamento y el incremento del número en diputados de Renovación Costarricense parece demostrar que la cobertura mediática hacia Justo Orozco por sus posturas cargadas de odio, si bien le hizo receptáculo del desprecio de la mayor parte de la sociedad, también lo ensalzó entre los segmentos más radicales del extremismo religioso del país. En la nueva Asamblea es probable que veamos el contraste entre los pastores fundamentalistas de RC/RN y los sacerdotes humanistas del FA; dos formas muy diferentes de hacer política para un religioso. Al iniciar su campaña del miedo el PLN y el ML esperaban que los votos perdidos por Villalta se les pasaran. No fue así, como era de esperarse, se pasaron a la opción más cercana; Luis Guillermo Solís. Eso sumado probablemente al carisma personal y la calidez humana que proyecta, su forma sincera de ser y la integridad que incluso sus rivales le reconocen. Los debates ayudaron, pues son el fuerte de Solís. En realidad era el candidato perfecto para esta elección; poseedor de un don de gentes que le faltaba a su predecesor, dueño de un discurso sereno, intelectual pero comprensible en un tiempo de crisis en que el electorado buscaba respuestas concretas y no ataques o populismo, y con un historial limpio por lo que los otros candidatos no podían sacarle trapos sucios. Ahora Araya se encuentra en un grave dilema para la segunda ronda, en la que sin duda continuará la campaña del miedo. A Solís no puede tildarlo de “chavista” ni “comunista”, menos de extremista (siendo Araya ex guerrillero), no puede sacar su pasado liberacionista a relucir como si fuera algo malo como hacían algunos en el ML o el FA, y el cuento de que el país no está para experimentos difícilmente calará en un electorado que desea un cambio. Incluso en el incómodo tema del aborto, Araya se hunde sólo por las posturas que él mismo sostuvo similares a las de Solís: sólo en casos de violación o peligro de vida de la madre, tema que de todas formas resuelve la Asamblea Legislativa y es indiferente lo que piense el presidente al respecto. Pero ¡cuidado! Que la segunda ronda no ha pasado y si queremos salvar al país de una versión costarriqueñizada del PRI, debemos ir a votar todos y todas; indistintamente de si somos pacsistas, frenteamplistas, libertarios, socialcristianos o independientes. Primero saquemos del poder a los que nos dieron este desgobierno, que ya luego podremos exigirle y pedirle cuentas a Solís. La segunda ronda. Los más insistentes en el tema de que se haga un llamado público a una alianza PAC-FA ha sido una parte importante de la dirigencia negriamarilla. Muchas personas tienden a pensar que la mayoría de la gente piensa y siente como ellos o su círculo social cercano. Que si ellos votaron por Villalta y Solís hiciera una alianza pública con él el país entero lo celebraría y aplaudiría gustoso. Eso es un poco ingenuo. Por las razones que sean, José María Villalta es un personaje polémico, polarizante, que despierta muchos anticuerpos y desata pasiones a favor y en contra. Esto puede ser difícil de entender para sus seguidores, pero es una realidad. Si lo viéramos desde el otro lado de la acera, si Otto Guevara le diera la adhesión pública a Solís probablemente el votante de izquierda se enfriaría y quizás hasta votaría por Araya; pues lo mismo sucedería si Villalta y Solís realizaran un acuerdo. Pensar que Solís tiene la obligación de llegar a alianzas con uno de los líderes de la oposición (y no con los otros, además) es un poco arrogante. Claro que algunas figuras del PAC han caído en actitudes similarmente arrogantes y eso puede volverse un talón de Aquiles que su candidato (conocido por ser sincero y humilde) debe saber corregir. Para nadie es un secreto que el 17% de personas que votaron por el FA es un electorado importante, como también lo es el que votó por Guevara, Piza y otros candidatos (que sumados son más que ese 17%) pues si algo demostró esta campaña, es que la población tampoco deseaba que empezáramos a vivir en una sociedad polarizada como otras naciones latinoamericanas donde prácticamente hay dos bandos; la derecha y la izquierda. Solís debe ser inclusivo y sensible, y ser atractivo tanto para el votante de derecha como de izquierda si es que quiere ganar. Las encuestas –si bien hoy en día cuestionadas, puede que acierten en esto- mostraban que a Villalta lo apoyaban incluso personas que se definían de derecha y que habían votado sí en el referéndum, o que antes militaban en el PAC, quienes probablemente no tengan tanto dilema en votar por don Luis Guillermo o su señora candidata vicepresidencial. Finalmente, por más que algunos piensen abstenerse pensando que tiene que escoger entre dos derechas, lo cierto es que tras la desastrosa administración de Araya en la municipalidad de San José y el pésimo manejo de las finanzas que hizo el PLN en esta campaña, es claro que un gobierno de Araya nos llevaría a la absoluta ruina como país. Estoy seguro que a pesar de las críticas ideológicas que se pueda hacer al PAC o sus dirigentes, incluso los frenteamplistas más comprometidos comprenderán que tal riesgo es intolerable y dejarán de lado la bandera política por la bandera país. |
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