Venezuelazo: Contexto y origen - TicoVisión |
Escrito en 19/02/14 a 06:32:10 GMT-06:00 Por Administrador |
A raíz de la interesante discusión política sobre los derechos humanos en Venezuela, creo que hace falta mirar hacia atrás y poner las cosas en perspectiva. Recomiendo empezar esta tarea con una simple búsqueda en internet de la... Por Salvatore Coppola Finegan * Historiador 19 de febrero de 2014.- A raíz de la interesante discusión política sobre los derechos humanos en Venezuela, creo que hace falta mirar hacia atrás y poner las cosas en perspectiva. Recomiendo empezar esta tarea con una simple búsqueda en internet de la palabra “Caracazo”. Les advierto: leer detenidamente sobre este tema atenta peligrosamente contra la ignorancia y podrá resultar en efectos segundarios como: rubor, agachamiento de la cabeza pero sobretodo un repentino silencio virtual como intento de retirarse acompañado por enormes deseos de borrar publicaciones en Facebook de estos últimos días. En 1989 el corruptazo de Carlos Andrés Pérez ganó las elecciones presidenciales de Venezuela después de una campaña engañosa en la cual prometió resistir el dogma del libre mercado para reivindicar los derechos del pueblo; algo semejante a las promesas falsas del movimiento libertario de querer defender el agua como bien público, durante esta campaña electoral en Costa Rica. ¿Porque digo que fueron promesas falsas? Apenas se sentó en la silla presidencial, el corruptazo desató una agresiva ofensiva de privatización beneficiando a la clase dominante: dio vuelta en U y dejó el pueblo atrás para implementar la doctrina del shock en su máximo esplendor. Cuando quitó los subsidios estatales y el precio de la gasolina disparó, los venezolanos empobrecidos tomaron las calles. El ejército masacró a más de 3000 protestantes (parecido a la cantidad de personas asesinadas en la protestas de la Plaza de Tienanmen, solo que fue en un país con una población casi que 50 veces menor.) Fue en esta época que Hugo Chávez surgió como líder popular, atrayendo protagonismo en 1992 con un intento fallido de golpe de estado en contra del gobierno asesino y corrupto de Pérez. Cuando encarcelaron a Chávez, lo convirtieron en un icono de las clases necesitadas y explotadas del país: en 1998 ganó las elecciones por goleada y prometió declarar guerra a la pobreza extrema repartiendo las riquezas del petróleo en inversiones estratégicas en pro del pueblo venezolano. Heredó un país arruinado: el ingreso per cápita estaba por el suelo y uno de cada tres venezolanos tenía que sobrevivir con menos de $2 por día, los beneficios de las vastas reservas de petróleo no llegaban a la mayoría de la población, se concentraban en los bolsillos de la élite. Es interesante leer ahora, tantas críticas a las políticas de Chávez y de su sucesor Maduro, y el uso frecuente del termino dictador. ¿Dictador? Si fue dictador, pues fue un dictador muy interesante y extraño: del 1998 hasta su muerte, ese dictador permitió 17 procesos electorales y referendos. En varias ocasiones el ex presidente de EE.UU. Jimmy Carter, reconocido observador electoral internacional, declaró que las elecciones venezolanas eran “las más democráticas” y hasta “de las mejores del mundo.” Dudo de que el señor ex presidente podría decir lo mismo de las elecciones recién realizadas en nuestra querida Costa Rica: el chorreo de votos, la manipulación de boletos, las regalías y el despilfarro de dinero durante el sufragio, el matonismo e la intimidación dentro de las aulas y la enorme confusión que crea un sistema anticuado que aún insiste con tantos elementos humanos –y por ende débiles- de guías, miembros de mesa, fiscales de mesa, fiscales generales, auxiliares electorales, delegados de tribunal. No, queridos compañeros: todo esto significa que no nos puede calificar de la misma manera. Líderes de la oposición han tenido que aceptar derrota en múltiples ocasiones, inclusive cuando el mismo Chávez perdió un referéndum en el 2007, aceptó sin cuestionar los resultados. La verdad es que, antes de la llegada de este supuesto régimen dictatorial, millones de venezolanos pobres no estaban registrados como votantes – ahora el electorado ha casi que duplicado y hay miles de nuevos centros de votación en todo el país. ¿Y las credenciales democráticas de la oposición venezolana? Aquí el asunto se pone muy interesante: en el 2002 organizaron un golpe de estado en contra de Chávez en el cual participaron los mismos líderes que actualmente reciben elogios en muchos medios de comunicación y redes sociales. Dicho intento de golpe fue abiertamente incitado y promovido por el 90% de los medios de comunicación del país, es decir, todos los medios privados y opositores al gobierno de Chávez ya que los medios nacionales acusados por sesgo progubernamental conforman menos del 10% del mercado. El pueblo tomó las calles en defensa del presidente elegido democráticamente para revertir el golpe y lo lograron exitosamente, sin violencia. ¿Cómo ha sobrevivido el chavismo en Venezuela? A pesar de la oposición mediática a su persona y sus políticas, Chávez y ahora Maduro han ganado elecciones porque han transformado radicalmente las vidas de millones de personas. Han logrado disminuir los índices de pobreza absoluta a la mitad, millones de niños reciben alimentación sana diariamente en sus centros de educación, se ha establecido un sistema de seguro social que cubre casi toda la población de forma gratuita y la inversión en educación ha duplicado como proporción del PIB. Miles de familias han recibido los beneficios de un programa ambicioso de vivienda, que ha logrado la construcción de casi medio millón de viviendas en los últimos 4 años. Muchos que critican al gobierno venezolano alegan que se compran los votos de los pobres, como si ganar elecciones porque asegura mayor justicia social fuera soborno. ¿Será peor ganar elecciones porque uno está cumpliendo la promesa de vivienda social y empleo para todos, efectivamente transformando el panorama para millones de personas día tras día? ¿O será mejor ganar elecciones cumpliendo promesas clientelistas a una minoría de pega-banderas que forman parte de estructuras podridas como las Asociaciones de Desarrollo, una corrupción institucionalizada que se activa cada 4 años, aquí en Costa Rica? El gobierno venezolano no es libre de crítica. La tasa de homicidio es de los más altos del mundo, cada año alrededor de 40 personas en 100.000 son víctimas mortales del crimen violento, una estadística inaceptable y muy criticada por parte de chavistas y opositores de igual forma. Los problemas vinculados al narcotráfico internacional, una frontera muy porosa con Colombia y una fuerza policial altamente corrupta han creado una crisis nacional para la cual cualquier gobierno difícilmente encontraría la solución, sin el esfuerzo inclusive de otros países del continente que son parte del problema. Tampoco es libre de crítica con respecto a sus asociaciones internacionales: no creo que se pueda justificar la cercanía del gobierno venezolano con un aliado tan cuestionable como Daniel Ortega en Nicaragua, un “revolucionario” que emula el dictador que él mismo ayudó a derrocar: Anastasio Somoza. Un gobierno autoritario cada vez más al servicio del FMI, en alianza con empresarios y en detrimento de los derechos humanos y la democracia representativa. Ahora bien, ¿dónde en Costa Rica puedo leer noticias y críticas sobre el apoyo abierto que los países del occidente como los EE.UU y el Reino Unido dan a regímenes sanguinarios y dictaduras declaradas en Arabia Saudita, Kazakstán, Zimbabwe, Bahrain, Qatar entre otros? Cabe mencionar que los aliados más cercanos del gobierno venezolano son países que dan mejor ejemplo que cualquiera de los citados. En países aliados al gobierno venezolano como Ecuador, Brasil, Argentina, Bolivia y Uruguay, líderes progresistas de izquierda han fortalecido la democracia y gozan de altos niveles de popularidad a pesar de las fuertes y constantes críticas de los medios de comunicación privados nacionales e internacionales. La “Revolución Bolivariana” ha logrado mucho. Dudo de la capacidad de Maduro para eventualmente lograr consolidar una reputación como la de Chávez: fue un Campeón de los Pobres, un Libertador y un gran sobreviviente máxime si consideramos los intentos contra su vida, la prensa hostil y una guerra económica orquestada por la corporocracia global. Aprovechando de la ausencia de su figura unificadora, y la relativa debilidad de Maduro, las fuerzas opositoras han decidido que es el momento de atacar y lograr lo que no pudieron en el 2002: derrocar el Gobierno del Pueblo y volver a instalar una “democracia a lo yanqui” con todos sus elementos de la doctrina del shock: concentración de la riqueza, privatización de los recursos naturales, aumento en la desigualdad social, políticas de austeridad que atacan la salud pública y la educación, y el gran retorno de corruptazos al poder. En Venezuela no hay dictadura, hay democracia verdadera y se ha demostrado que una alternativa progresista al neo-liberalismo es factible. * Salvatore Coppola Finegan: Historiador y Lingüista M.A.(Hons) - Foro de Guanacaste - www.salvatorecoppolafinegan.blogspot.com |
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