La secta sagrada - TicoVisión |
Escrito en 27/04/14 a 09:29:34 GMT-06:00 Por Administrador |
El tal Malaquías, dijo en una de sus famosas profecías, “en la última persecución de la Santa Iglesia Romana tendrá su sede, Pedro el Romano que hará pacer sus ovejas entre muchas tribulaciones, tras las cuales, la ciudad de las...” Por Ángel Frías Coca Escritor 27 de abril de 2014.- Tras el artículo sobre pederastia, en el que como por casualidad sale a relucir el caso de un tal Joseph Ratzinger, no fue por casualidad, sino más bien una introducción que me permitiera seguir con la saga y desde mi humilde posición de contador de historias dar a conocer algunos datos que rodean a la secta más grande jamás conocida. Hagamos memoria, Ratzinger en su última misa ya denunciaba divisiones dentro de la iglesia, y se lamentaba de tanta hipocresía religiosa, quejándose del comportamiento de todos e instando a superar el individualismo y la rivalidad. Él quiso dimitir, pero por lo que se comentó en su día no lo dejaron, el día 21 de diciembre del 2012 el papa Benedicto XVI comunico su deseo de dejar el cargo, pero las peleas dentro de Vaticano lo hicieron desistir. Jamás se sabrán los motivos, pero todo hace suponer que una posible orden de arresto, era el detonante de la petición de dimisión, del primer papa desde hacía más de seis siglos, lo que provoca que el papa ciento once de la lista, se recluya en un convento el mismo día y mes en que se independizo el Vaticano. Pudiesen ser cabilas o realmente tiene algo que ver, las satánicas intenciones las que llevaron a hacer coincidir esas fechas. Ratzinger era el papa, que hacia el ciento once, por lo que solo nos quedaría esperar al ciento doce, el que según Malaquías, traería consigo grandes eventos. El tal Malaquías, dijo en una de sus famosas profecías, “en la última persecución de la Santa Iglesia Romana tendrá su sede, Pedro el Romano que hará pacer sus ovejas entre muchas tribulaciones, tras las cuales, la ciudad de las siete colinas será destruida y el juez tremendo juzgara al pueblo.” Pero sigamos haciendo memoria, y recordemos al camarero personal de Ratzinger, un personaje, condenado por robar documentación secreta junto con un informático, del que nadie sabe de su paradero, pero que era la clave, para poder descifrar las causas seguidas contra la secta por blanqueo de dinero, de drogas y armas, además de los miles de escándalos de abusos sexuales y fraude económico. La prensa supo vender muy bien la idea de que el papa perdonaba a su secretario para poco después dimitir, cuando su salud es como mínimo buena si la comparamos con sus anteriores compañeros. Y ahora después de esta pequeña historia, relatada para poder entrar en el meollo de la cuestión es cuando podemos entrar en materia. Qué contienen esos sucios papeles del Vaticano, los mismos que al parecer siguen estando en manos del camarero y el informático, esos papeles que son tan terriblemente graves como para hacer dimitir a un papa, y que además, se haga todo lo posible como en tantos y tantos casos de pederastia, para que esos papeles tan comprometedores no vean la luz y acaben en manos de la justicia, la misma justicia que investiga los casos de corrupción y conexiones con la mafia. Corre el rumor, de que todo se desencadenó a través de esos dos jóvenes católicos, que asqueados de tanta corrupción, decidieron tirar de la manta. Por lo que se llega a la conclusión de que al pobre Ratzinger le echaron los famosos dirigentes del Vaticano -que no son otros que los Legionarios de Cristo y el Opus Dei- tratando de ocultar tanto crimen y violación. Pero no se podrá saber o conocer la esencia de este “pobre” hombre, sino conociésemos el cómo y por qué llegó a su pontificio, y él llegó ni más ni menos, de la mano de un tal Wojtyla, el protector de Maciel, violador de sus propios hijos y fundador de la secta Los legionarios de Cristo, amén de ocultar a su propio hermano, otro pederasta abusador de los Gorriones austríacos. En fin como se suele decir de todo hay en la viña del señor, pero todo hace indicar que esta viña está podrida. Continúa… |
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La secta Sagrada |
Escrito en 06/05/14 a 08:02:19 GMT-06:00 Por William Meneses Ch |
En mi nada ha cambiado. Descubrí a Jesús ya hace muchos años y comprendo ahora que soy uno de sus elegidos. Entiendo también que ÉL es una puerta a la fe y que el propósito de esta es descubrir quienes somos como espíritu, aunque el cuerpo sea una carga en apariencia limitante. Pienso, ahora, que el sacrificio de Jesús se consumó en mí al alcanzar la fe y que alcanzar esta me ha conectado con el espíritu universal, donde están todas las cosas y toda la sabiduría y por supuesto Dios mismo. Empero, esta gracia a menudo se ve limitada pues existen una serie de paradigmas que me impiden florecer en ella, según explicaré más adelante. La importancia de Jesús para mi es que con ÉL descubrí el poder de la fe, siendo El el motivo, pero pudo haber sido el motivo también, un candelabro, una ostia o una inmersión, sin que eso demeritara lo aprendido. Empiezo ahora, no la búsqueda que me llevó hasta Jesús sino que, desde esta nueva perspectiva de la madurez, revisar lo aprendido, y ahora sí, con la fe despierta y sin temor a perderme, recorrer los viejos caminos para recoger aquella semilla que quedó a la vera del camino y la que aún no han devorado las aves y de ser posible rescatar aquellas semillas que cayeron en terreno árido. Se descubrieron granos de arroz de una gran antigüedad en el interior de las pirámides y estos al sembrarse germinaron. ¿Y si estas germinaron, porque no las semillas de la esperanza? A esto le llamaré CRISTIANISMO INDEPENDIENTE. Los contextos religiosos, sobre los que hemos construido nuestra vida, son extractos mal aplicados de la religión judeo-cristiana, pues resulta que los judíos ignoran o ven de otra forma el Pecado Original y el pecado mismo para ellos no es más que una transgresión. He empezado a revisar, con un criterio libre y seguro y amparado a la certeza de que soy un elegido, religiones más antiguas como el Hinduismo. Existen parangones entre esta y el cristianismo en cuanto a la tríada. Los judíos no creen en la santísima trinidad. Todo esto me ha llevado a replantearme la utilidad que pueda tener para un hombre libre los siguientes términos, principios o paradigmas, a los que yo llamo piedras de tropiezo de la Cristiandad: EL PECADO Este término en realidad quiere decir deuda. Es decir se trata de llegar al mundo con la sensación, convertida en certeza, de que algo debemos. Es increíble que hayamos aceptado que un niño al nacer es portador del pecado original si el mismo Jesucristo los ensalzó como puros. Muchas iglesias, por no decir todas, le han sacado partido a este concepto y aún lo siguen haciendo, a grado tal que, recomiendan bautizar a los niños muy poco tiempo después de su nacimiento, aduciendo que es como especie de una vacuna por si mueren siendo infantes, no vayan al infierno, en el caso de los niños, el Purgatorio. El pecado encierra en la psiquis humana un deseo de purgar pena y en el caso de los feligreses una absurda liberación al creer que el que peca y reza empata. Así también, como una forma de mantener dominio sobre los feligreses de parte de la iglesia de turno, mientras el pastor y los sabios ancianos alardean de su dudosa santidad. EL COMPLEJO DE CULPA Con el pecado a cuestas se genera en nosotros ese sentimiento de culpa que nos inmoviliza, que nos impide acercarnos a Dios por el inculcamiento en nuestra psiquis desde niños del concepto” Satanás.”. Esta limitante es una forma de castigar el espíritu pues, por lo general lo que nos induce a pecar, en el contexto cristiano, es el cuerpo. Situación en extremo curiosa si aceptamos que el cuerpo pertenece al alma y no a la inversa. De ahí las palabras de Pablo cuando decía que el cuerpo lo limitaba en cuanto a su alma. Es como reconocer que el cuerpo tiene el poder de arrastrar el alma al pecado, obviando que el alma o espíritu le pertenece a Dios y que deberá regresar a su dueño libre de pecado, a menos que Dios quiera auto condenarse! El día que aceptemos esa verdad: Que el alma o espíritu de Dios gobierna el cuerpo, ese día nos conectaremos con nuestra alma, que es lo que Cristo quiso hacer comprender al hombre cuando se inmoló. El día que ese milagro ocurra en nosotros, quizá no seremos inmortales, porque ya lo somos, pero si viviremos el tiempo necesario para terminar nuestro propósito en la tierra. Matusalén necesitó cerca de 900 años para cumplir. Creo que ese fue su secreto, pudo manejar su cuerpo a través del espíritu, que tiene el poder de renovar todas las cosas y dominar la materia. La mente humana misma ha demostrado poder sobre la materia y la salud tiene mucho que ver con la forma de pensar, cuanto más el espíritu. Por eso digo: No interioricemos lo que está construido afuera, construyamos en nuestro interior nuestras propias creaciones y el mundo sabrá que somos únicos e irrepetibles. Cualquier alma pura envidiará nuestra condición. Además de alma tenemos un cuerpo que es la más sofisticada creación de Dios. ¡Que blasfemia contra Dios es demeritar nuestro nacimiento! EL ARREPENTIMIENTO Cargar con todas las culpas que, dicho sea de paso, ya las cargó Jesús en la cruz, según las escrituras cristianas, y que de alguna manera me recuerda a Prometeo Encadenado, amigo de los hombres en la mitología grecorromana, es asumir una responsabilidad, producto de esquemas culturales impuestos según el área geográfica en la que nacemos, pues para un musulmán tener varias esposas y hasta matar en nombre de Dios es permitido y no se genera en él ningún remordimiento de conciencia o arrepentimiento. Desde niños la iglesia nos ha indicado de que debemos arrepentirnos y porqué. Le impiden arrepentirse a muchos de una errónea elección, generalmente en el matrimonio, aduciendo que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre, aunque la mujer muera a manos de un marido agresor como lo vemos cada día en los diarios. EL PERDÓN Cuando observo en las gentes necesidad de perdón en ambos sentidos, perdonar y ser perdonado, les digo: Nunca perdone a nadie. Conozco a un hombre, históricamente, que nunca perdonó a nadie, se llama Jesucristo y nunca perdonó a nadie, no solo porque era el perdón mismo, sino porque mientras era clavado en la cruz, nunca dijo yo los perdono. Dijo en sus estertores de muerte: Padre mío, perdónalos porque no saben lo que hacen. Y lo hizo así, porque nadie pudo ofenderlo o desestabilizarlo emocionalmente, pues era un espíritu superior. Tener que perdonar a alguien significa reconocer que se ha abierto una herida en nosotros. Significa bajarse a la altura del transgresor. Significa abrir las puertas al odio, al resentimiento y a la venganza. Entiendo que es difícil, pero se trata de no vernos precisados a perdonar, sino de buscar alcanzar a que more en nosotros ese espíritu superior. EL MIEDO El más devastador de los sentimientos que un hombre puede albergar en su corazón es el miedo. Porque se habrá empeñado la religión es llenarnos de miedo? Porque se nos habla de condenación eterna? Porque se nos educa como animales con castigo y recompensa? Creen que estos sentimientos nos acercarán a Dios. No es absurdo decirnos : Si te portas bien te doy un premio y si te portas mal te castigo. No es esa la forma de educar a los animales? Yo creo que hay que revisar todo eso, y nada de lo he dicho tiene que ver con otras religiones. Lo que he dicho tiene que ver con cierta confianza que he adquirido con el hecho de creer que los hombres que hemos alcanzado la fe verdadera y hemos salido de la emocionabilidad, podemos sumirnos en la espiritualidad y que podemos estar seguros que de alguna forma ya estamos conectados a la inteligencia universal donde mora el Señor y que, en vez de leer, debemos ser el testimonio viviente de lo que Dios ha escrito en nosotros. Con esto lo que quiero decir es que la enseñanza debería ser, más que combatir el pecado o la sujeción de nuestro cuerpo o instintos carnales, enseñar desde niños a los seres humanos la existencia del alma como algo supremo y de gran poder. Escudriñar nuestro interior en la búsqueda del alma, no nos garantizará la inexistencia del pecado, pero si el descubrir que, no hay mayor placer en el hombre, que el uso del poder y, con el alma o espíritu de Dios al gobierno de nuestros actos no habrá pecado que nos atraiga. Empero, lo aprendido en el cristianismo, ha sido una constante agresión a la autoestima humana hasta llegar al colmo de decir: Pobre de mí! Vivir en este cuerpo es mi martirio. En vez de decir: El que yo viva en este cuerpo no me limita, pues podrás herirlo, aprisionarlo o ultrajarlo, más no a mí que vivo en este cuerpo. ¡Jesucristo crucificado! |
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