La estigmatización en fase terminal y la realidad del país - TicoVisión |
Escrito en 06/05/14 a 08:31:47 GMT-06:00 Por Administrador |
Quienes no quieren reconocer la realidad de que esta relación entre políticas carcelarias, represión y el desarrollo social que caminan con rumbo equivocado, olvidando que el desarrollo de los pueblos debe ser... La estigmatización en fase terminal y la realidad del país Por el Lic. Hermez González Álvarez * San José, 6 de mayo de 2014.- El hecho de "haber estado preso" hace pesar sobre el sujeto que en algún momento ha sido privado de libertad una especie de demérito social que en muchas ocasiones le descalifica para la obtención de un puesto de trabajo, pues la Hoja de Delincuencia manchada lo inhabilita y discrimina, con la atenuante, especialmente de un país como el nuestro donde el discurso es uno y la acción otra, donde la relación oferta-demanda en materia laboral, se inclina desproporcionadamente hacia la segunda, de tal manera que ante la oferta de un puesto de trabajo hay muchos candidatos. Por esta situación antes mencionada: Es que Urge la Acción de los Diputados 2014-2018, para que el Proyecto de Modificación de la Ley 6723 Articulo 11, Ley del Registro Judicial, Proyecto 18650, avance ya por el solo hecho de una moción, interpuesta por el ex diputado Luis Fishman, no puedo ser votado en la legislatura saliente donde estaba listo. Además de la alta morosidad judicial, que afecta por igual a culpables e inocentes, y la falta de programas efectivos de capacitación laboral para la mayoría de los detenidos, convierte al sistema carcelario en un simple "cuida presos" y en una verdadera fábrica de sujetos sociales laboralmente descalificados; refuerza la estigmatización carcelaria que va creando en el seno de la sociedad un gran colchón de individuos cuyo resentimiento, frustración y desesperación los hace candidatos por excelencia para dar el paso a cometer actos criminales delictivos, como única alternativa para su sobrevivencia social, ya sea en forma primaria o reincidente. El crimen organizado y los movimientos anti-institucionales, tales como bandas criminales, movimientos revolucionarios o seudo revolucionarios héroes, etc., se presentan ante este grupo de individuos como alternativas legítimas para el cambio social, lo que definitivamente pone en peligro la propia institucionalidad del Estado, del Gobierno y de sus instituciones más preciosas; La Justicia, la Democracia y la Libertad del individuo como parte integral de una sociedad. En este punto vale la pena traer a colación el tema de la cifra negra de la morosidad judicial y sus errores, por los que hoy pueblan inocentes las cárceles ticas y nadie quiere reconocer esa realidad, incluso por orgullo o revanchismo, como es el caso de Luis Alberto Aguirre Jaime y otros; que el sistema se resiste a reconocer que hay casos y cifras de las que muy poco se habla, habrá que buscarla en los registros judiciales y hacer estudios a fin de determinar cuántos individuos hay que son sometidos a procesos judiciales viciados de errores, porque determinado caso hay que resolverlo a como dé lugar y dictar una sentencia condenatoria sea como sea, otros que no se encuentra físicamente detenidos gracias a medidas liberatorias como fianzas, medidas cautelares, autos de sobreseimientos provisionales, etc., lo que agregado a los que se encuentran detenidos y en proceso, viene por lo menos a triplicar la cifra de personas que conforman ese gran colchón del resentimiento social tan peligroso para la estabilidad social, la seguridad ciudadana y la paz social de un país, todo esto por la indolencia e intolerancia y la falta de políticas sociales ante el tema de la falta de prevención del delito desde la Familia; las escuelas, el barrio y la comunidades. El deterioro de la imagen del Estado Costarricense en materia de promoción y protección de los derechos humanos de la población privada de libertad o en conflicto con la ley; la falta de políticas de prevención del delito son temas que están en el tapete y no se le dan la importancia que tienen los mismos. Y es que lo que no se puede negar es que la realidad carcelaria nacional institucionalizada, especialmente la sobrepoblación en crecimiento galopante, es un grave indicador de que nuestro país tiene un lugar muy alto en niveles de delincuencia, de violencia y de inseguridad ciudadana. Quienes no quieren reconocer la realidad de que esta relación entre políticas carcelarias, represión y el desarrollo social que caminan con rumbo equivocado, olvidando que el desarrollo de los pueblos debe ser bajo políticas integrales generales e integrales y que no hay nada que propicie más la pérdida de la paz social que el hacer de lado la necesidad de una justa distribución de la riqueza y de las oportunidades y el florecimiento de la minoritaria opulencia frente a la mayoritaria pobreza e indigencia. En síntesis, la falta de justicia social real gubermental actualizada a los tiempos actuales. Que La Reforma y las cárceles son un paraíso terrenal según quienes no conocen la realidad de una república dentro de otra república, donde impera la ley de los jefes de la república llamada Cárcel o Centro de Atención Institucional: Tierra de nadie, otra de las grande bendiciones que Dios nos ha dado a administrar a los Ticos para bien de nuestro pueblo y para beneficio de minorías muy marcadas, eso ni quien lo dude. Todos los que han tenido la oportunidad de visitarla enseguida se darán cuenta de la realidad que se vive ahí; se enamoran irónicamente de su belleza del orden y recurso natural humano discriminado por la sociedad, ven en ella un gran potencial de desarrollo con inteligencia increíblemente, especialmente sin políticas de reinserción social efectivas, que no pasan más allá de discursos vacíos y sin sentidos real ni común humanitario. Pero desde su destino Penal a principios de siglo “La Isla de los Hombres Solos” y el pasando por la “Penitenciaría Central”, hasta la fecha con Cárcel dizque Modelos insignes del CAI como La Reforma: Ciertamente nunca han sido un paraíso para los presos. Y nadie pretendía que lo fuese, pues se trataba en fin de centros penales para rehabilitar y resocializar a las personas que transgredieran la ley; que impusieron las minorías políticas dueñas de la verdad absoluta según ellos. Pero como todas las experiencias en la historia de las cárceles a escala mundial, con todas los espacios destinados a ese propósito de rehabilitar al individuo, han fallado, y es lo que tiene a las cárceles en extremo hacinamiento incluido las de nuestra Querida Costa Rica; por su lejanía a la realidad y la falta de visión y voluntad política y más el difícil acceso y el aislamiento, fomenta el abuso de las autoridades carcelarias y la brutalidad, tratos crueles y degradantes en contra de los detenidos privados de libertad, y lo que es más grave, su impunidad, en un sistema democrático en peligro de extinción. Todas nuestras cárceles o centros penales son un abuso a la dignidad humana y una violación flagrante a los derechos humanos reconocidos por la Constitución y la Ley. Derechos irónicamente violados – por acción u omisión - por funcionarios públicos que un día juraron ante el altar de la Patria "cumplir y hacer cumplir la Constitución y la Ley". Esto debe terminar, no tan solo por los presos y sus familiares, sino por cada uno de nosotros que somos parte de una sociedad en la que no podemos ser indiferentes ante una realidad notoria y visible. Pidamos a Dios, al Santo Padre Juan Pablo II y a la Virgen de los Ángeles, para que le de visión al nuevo gobierno del Presidente Electo Luis Guillermo Solís, para que no se desvíen de las promesas de campaña por las que el pueblo le dio su voto de confianza para el cambio y que podamos todos los Costarricenses y todos los que habitamos en este hermoso país, caminar a la luz del día y ante la mirada de Dios como seres humanos dignos de tal calificación y vivir en paz en este planeta. * Presidente de FUNDEPRODE info@derechoshumanoscostarica.org |
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