Constitucionalistas, pro dictatoriales antipresidencialistas y la realidad política de Costa Rica - TicoVisión |
Escrito en 23/08/14 a 11:49:59 GMT-06:00 Por Administrador |
Un excelente análisis del Dr. Carvajal Alvarado sobre cómo debemos rescatar nuestra “Democracia” observando los riesgos ante pequeños grupos de poder y sin caer en extremismos o dictaduras como... antipresidencialistas y la realidad política de Costa Rica Por el Dr. Guillermo Carvajal Alvarado * San José, 23 de agosto de 2014.- En los últimos años mientras los neoliberales gobernaban a placer, mientras estos hacían y deshacían en el gobierno, mientras pudieron crear un sistema institucional abigarro, llenos de archipiélagos de poder y hubo un notorio declive del régimen presidencial, se vinieron gestando varias ideas a nivel popular. Ninguna de esas ideas tiene estudios todas se insinúan en el pensamiento de algunos actores políticos, pero son más propias de las conversaciones informales en los lugares de encuentro informal de la población. Una de esas ideas me parece peligrosa, algunos opinan y lo escriben “que ya es hora de jubilar la democracia”, otras más tenuemente hablan que “la democracia electoral debe irse de vacaciones”. En el fondo esa idea nos habla de un gobierno de facto, no democrático, no popular y por ende dictatorial. Pese a sus limitaciones formales la democracia electoral sigue siendo la mejor vía para resolver la vida política de un país pequeño como el nuestro. Un golpe de estado o un gobierno de facto echarían por la borda muchos años de trabajo y deterioraría la imagen internacional de este pequeño oasis de democracia. Otra propuesta citada con frecuencia, es la de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, nuestra vieja constitución la verdad que data de 1871, y no de 1949, en esa fecha posterior a la guerra civil se le hicieron algunos ajustes, pero los grandes principios constitucionales de 1871 se mantuvieron. No obstante después de 1949, la constitución no cesa de sufrir reformas y en verdad que han existido algunas reformas de fondo, por supuesto, entendemos que el marco de referencia para interpretar lo que en derecho se llama “la voluntad del legislador”, nos ha de referir a 1949 o 1971, así, si hablamos de familia pues la idea del legislador tenía un marco de referencia muy clásico de lo que debía entenderse por familia. No obstante, por ahora pareciera lo más conveniente ir ajustando progresivamente la constitución a las nuevas realidades y así como se han creado instituciones muy importantes como la Sala Constitucional, la Defensoría de los Habitantes, instancias que dignifican nuestra vocación democrática y fortalecen nuestra vivencia ciudadana. Y esas nuevas instancias que quizá deben revisarse en algunos de sus alcances ya que al ser tan amplias sus potestades limitan las posibilidades reales de operar de manera rápida y de cumplir el precepto de “justicia pronta y cumplida” Otras vertientes en eso de enviar la democracia a vacaciones consisten en dar un cambio de un régimen presidencial a un régimen parlamentario. Quizá el cambio más peligroso tomando en cuenta la fuerza política de los viejos neoliberales aún bien afincados en el poder, al lado de partidos obstruccionistas como los partidos cristianos. Sencillamente el presidente debe asumir su rol que le confirió un electorado que veía en él un candidato idóneo para enfrentar a estos nuevos bichos de la política mañosa, esos retardatarios de la vida política e institucional. Y como me gusta ser propositivo, se creó en una separación real y tajante de la vida política y de la vida religiosa. Ya esas medidas se aplicaron en el siglo XIX cuando se prohibieron los partidos confesionales. La verdad es que en política moderna se ha establecido una diferencia básica y esta nos conduce a ver al mundo de la esfera religiosa, separadas del mundo de las ideas no religiosas. Dejar el portillo abierto a los partidos confesionales es una medida nefasta pues se pierde la visión política y social para entender la religión como un ámbito englobante de nuestra vida total. Ya los viejos diputados cristianos estilo Justo Orozco y Carlos Avendaño, nos dieron una cátedra del obstruccionismo que pueden imponer dos mentes cerradas al mejoramiento de una sociedad, y los nuevos diputados maquillados con diplomas universitarios no distan mucho de una labor obstruccionista llevada con empeño contra la modernización de concepciones como la familia y la reproducción asistida. De manera que lo único que veo posible en este panorama, es el veto a la existencia de los partidos confesionales al poder político. Ya la vida religiosa y el funcionamiento como organizaciones les dan mucho poder para poder actuar sobre la sociedad civil. En síntesis, fortalezcamos nuestra vida y vivencia democrática en una época donde la comunicación de ideas está abierta para todos, y todo lo contrario, en vez de mandar la democracia de vacaciones, debemos ser y tener más vocación democrática. Las condiciones coyunturales de la vida política nacional no hacen posible poder entrar al tema de la reforma constitucional, hay mucho político vicioso y perverso por ahí, cuyo daño sería severo a nuestra institucionalidad. Y en lo del parlamentarismo y el presidencialismo, creo que es un asunto de forma; un presidente que se amarré los pantalonetas como los hombres puede ser muy bueno para un país y una institucionalidad que han socavado su poder. * Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater. |
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