Aunque quedó en segundo lugar la naciente institución política, gracias a la enorme cantidad de liberales que no vieron con buenos ojos la acción contra quien habían electo como presidente, el fracaso en el intento de hacerse con el poder golpeó duro a ese novel partido.

Con el hasta entonces fuerte Partido Liberal reducido a la tercera fuerza, el electo Juan Orlando Hernández y su partido quedaron en una posición cimera.

Aunque los observadores acostumbran a dar un año a los nuevos gobiernos para juzgar su gestión, dada esas peculiares situaciones que se han registrado, habrá que decir que se hace necesario el análisis responsable y no partidario, mucho menos condescendiente de lo que ha ocurrido en estos 9 meses que ya lleva actuando el mandatario azul.

Sea que la iniciativa haya sido tomada por el gobierno nacional o respondiendo a presiones de las autoridades estadounidenses, sin lugar a duda lo de mayor impacto ha sido el desmantelamiento del más visible cartel del narcotráfico hondureño encargado de las actividades de trasiego de cocaína por el territorio nacional en  la ruta Sudamérica – Estados Unidos.

En materia de seguridad ciudadana la guerra de las Policías y las Fuerzas Armadas, han hecho esfuerzos para combatir el crimen organizado, el crimen común, sin embargo en calles, avenidas, carreteras y caminos la inseguridad continúa y diariamente se reportan victimas de todas las edades y género.

Está en pleno desarrollo una guerra entre las fuerzas del orden y los grupos delincuenciales y el asunto es que la muerte está enseñoreada sin permitirnos a los ciudadanos de a pie sentirnos seguros y tranquilos. Los mismos delincuentes, al igual que los jerarcas del gobierno y los millonarios del país, caminan en vehículos blindados y con escoltas, pero ese no es privilegio ni una posibilidad a considerar por quien tiene que caminar de y hacia su casa a pie porque no tiene como costearse su transporte y si lo hace en los buses y taxis del transporte público vive bajo la amenaza de ser víctima de los delincuentes que con frialdad disparan contra quien les place.

La infraestructura vial está casi destruida, los caminos de penetración están impasables, las carreteras secundarias lo mismo y las carreteras pavimentadas se han deteriorado ostensiblemente y sus remiendos no son garantía de eficiencia y comodidad segura.

El sector salud esta tan enfermo como pobres quienes tratando de conseguir salud visitan los centros asistenciales. Tal vez unos dos o tres hospitales de Tegucigalpa y San Pedro Sula podrán brindar una atención debida, los demás hospitales están trabajando con serios problemas que amenazan con un colapso total de estos centros asistenciales por la crisis económica que la población de bajos ingresos y clase media baja están atravesando.

Urge entonces una evaluación NO DEMAGOGICA, seria y responsable de la situación real de este país que bien puede terminar escuchando cantos de sirenas y discursos populistas en un intento de que se les solventen estas situaciones que los agobian y así por decidía o falta de decisiones heroicas el presidente Juan Orlando Hernández deba enfrentar una oposición amplia de los sectores que afectados converjan no en arreglos ideológicos sino políticos para sacar al Partido Nacional de la Casa Presidencial en las elecciones próximas.

Preocupa percibir que las acciones de gobierno se centren en las principales ciudades: Tegucigalpa, Comayagüela y San Pedro Sula y que lo que allá ocurre se tome como parámetros generales para todo el país, cuando cada departamento y región de esta Honduras vive otras dramáticas situaciones que también demandan del concurso administrativo estatal.

Hay muchas promesas de campaña que permiten sentir en estas zonas provinciales que ya se han ido 9 meses de gobierno y hay problemas que no están siendo atendidos. Promesas sencillas como el uso de la tarjeta, (tan publicitada para beneficio de sus portadores), La Cachureca, no fue más que una manera de recoger información personal de quienes la obtuvieron, ya nada se ha dicho de ella. Se está terminando el año escolar y a las escuelas de esta ciudad, no llegaron los prometidos huevos y vasos de leche.

Adquisición de aviones, viajes, creación de fuerzas policiales, son necesarias y vitales, pero también lo es la solución de los problemas que abaten a la mayoría de la población, lo que daría el derecho a ponerse a hablar de otros temas, como por ejemplo la reelección.

Lo cierto es que al presidente Juan Orlando Hernández ya solo le quedan tres meses para tirarse su primer año en la presidencia y hay muchísimas expectativas que no tendrán connotaciones ideológicas sino políticas en un futuro cercano. Aunque en el plano semántico se les podría sacar provecho en beneficio de trasnochados y sempiternos seudo revolucionarios de discursos populistas.

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*  Carlos Jeremías Girón Rivera. Periodista. Miembro del Colegio de Periodistas de Honduras. (carlosjeremiasg@hotmail.com | www.facebook.com/carlosjeremiasgironr)