Cuando el pueblo se rebeló electoralmente contra los neoliberales - TicoVisión
No ha sido fácil gobernar en una Costa Rica “amarrada de pies y manos” por una institucionalidad neoliberal. Los cuadros altos y medios de las instituciones del gobierno siguen siendo del PLN, y entonces empieza...
Cuando el pueblo se rebeló
electoralmente contra los neoliberales
El primer domingo de febrero de 2014, el pueblo fue a las urnas para dirimir entre 12 candidatos quién ocuparía la silla presidencial durante los próximos años. Hubo una gama amplia de candidatos, ideas y no ideologías, propuestas programáticas hechas para cumplir los requisitos del Tribunal Supremo de Elecciones. Por primera vez después de 1985 los neoliberales se sintieron inseguros, perdedores y debieron recurrir a subterfugios y artificios estadísticos para ponerse como los principales electores en una campaña mediática de alta inversión.
Por otro lado el partido Unidad Social Cristiana (PUSC) se fraccionó, no por ideas sino por egolatrías, candidatos sin carisma, con un bajo perfil político se presentaron no a ganar, sino a mantener la larga agonía que sufre este partido después de los casos de corrupción de los ex presidentes que terminaron en cárcel preventiva.
Dos jóvenes candidatos sin mucha experiencia en las lides de la política real aparecían como los firmes candidatos, José María Villalta, una figura conocida por su arduo trabajo legislativo en el período 2010-2014 que fue la carta del Frente Amplio. Y un candidato salido de entre las bambalinas políticas con puestos de escala media del grupo arista y de las aulas universitarias.
Por otro lado el partido Unidad Social Cristiana (PUSC) se fraccionó, no por ideas sino por egolatrías, candidatos sin carisma, con un bajo perfil político se presentaron no a ganar, sino a mantener la larga agonía que sufre este partido después de los casos de corrupción de los ex presidentes que terminaron en cárcel preventiva.
Dos jóvenes candidatos sin mucha experiencia en las lides de la política real aparecían como los firmes candidatos, José María Villalta, una figura conocida por su arduo trabajo legislativo en el período 2010-2014 que fue la carta del Frente Amplio. Y un candidato salido de entre las bambalinas políticas con puestos de escala media del grupo arista y de las aulas universitarias.
Otto Guevara Guth y sus libertarios neoliberales, invirtieron el todo por el todo y se endeudaron con un resultado electoral que fue el más desastroso de la historia de esa agrupación politica.
Las estadísticas electorales presionaron al candidato Araya Monge del PLN, y a su equipo a aumentar los gastos de campaña, pero sin innovar su mensaje y su estrategia malgastada y convencional, abandonó a su electorado más pobre y no pudo convencerlos de que su neoliberalismo era la mejor receta. En conclusión, el primer domingo de febrero bajo la presión de los medios de comunicación y ante un país siempre muy recelosa de lo que llaman “extremismos”, se escogió al “menos malo” de los candidatos: Luis Guillermo Solís Rivera, que ya para las elecciones de primer turno aventajaba ligeramente al PLN, hecho que se ratificaría en segunda (elecciones) vuelta por el abandono inesperado pero explicable del PLN.
Y le toca gobernar a Luis Guillermo Solís Rivera.
Arranca Luis Guillermo Solís en medio de una huelga de educadores del Ministerio de Educación, una huelga no por principios, sino una huelga por no pago. Ahí empezó la estratagema liberacionista a resquebrajar los bríos del nuevo presidente.
No ha sido fácil gobernar en una Costa Rica “amarrada de pies y manos” por una institucionalidad neoliberal. Los cuadros altos y medios de las instituciones del gobierno siguen siendo del PLN, y entonces empieza el cortapisas, los vericuetos legales, y las discusiones para implementar medidas en pro de mejorar los precios (promesas de su campaña) de luz, electricidad, agua, telefonía. Lo que deja al descubierto la debilidad del ejecutivo por los impedimentos encontrados.
En la Asamblea Legislativa, más maniatada aún por el fraccionamiento que hizo el electorado de sus representantes populares, con el obstruccionismo sistemático del grupo de 3 partidos religiosos y de una bancada liberacionista que es la mayoritaria, pero cuya meta es obstruir y no construir desde la oposición. Y este detalle es importante el PLN puede gobernar desde el poder no desde la oposición, luego la bancada ha sido afectada por los líos internos de un partido en plena ebullición divisionista a lo interno.
El PAC no ha logrado imponer sus ideas, y a duras penas ganó el directorio político pero la verdad no tiene el control de congreso, falta fuste político, intelecto, y una dosis de armonía y saber gobernar. Aquí sucede lo contrario sabe actuar desde la oposición pero le ha costado un mundo gobernar. Y esconde una profunda escisión entre en el presidente Solís Rivera y el fundador de dicho partido, Otón Solís Fallas, uno desde la presidencia y el otro desde la Asamblea. Los choque entre uno y otro han sido más que evidentes.
El pueblo vive un período de reacomodo; entiende que hay muchas políticas que siguen vigentes y están bien ancladas en la institucionalidad del país. Y extraña más la falta de fuerza del Presidente para lograr las rebajas anunciadas en los servicios básicos.
En 8 meses de gobierno del PAC, el pueblo esta dudoso, y hasta se afirma que el equipo de gobierno no reclutó un verdadero equipo de “GENTE PAC”, ya a estas alturas del gobierno, el pueblo muestra sus desencantos por los descarrilamientos políticos del poder ejecutivo, de una Asamblea Legislativa amarrada y por una realidad económica que muestra síntomas de crisis y se expresa en la alzas de precios y aumentos salariales pingües.
Aunque no se puede hacer un balance pormenorizado y más profundo, sí a grandes rasgos se puede olfatear un gobierno dubitativo e incierto que pierde cada vez más adeptos. Quizá el cambio más importante ha sido el sacar del poder a la camarilla neoliberal, recordemos que aún dentro del PLN hay viejos sectores de extracto socialdemócrata, muy pocos, pero quedan. Nos espera un 2015 agitado que entrará en la lógica de las elecciones del 2016 y donde se supone se pueden agudizar algunos temas de la agenda electora.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
Las estadísticas electorales presionaron al candidato Araya Monge del PLN, y a su equipo a aumentar los gastos de campaña, pero sin innovar su mensaje y su estrategia malgastada y convencional, abandonó a su electorado más pobre y no pudo convencerlos de que su neoliberalismo era la mejor receta. En conclusión, el primer domingo de febrero bajo la presión de los medios de comunicación y ante un país siempre muy recelosa de lo que llaman “extremismos”, se escogió al “menos malo” de los candidatos: Luis Guillermo Solís Rivera, que ya para las elecciones de primer turno aventajaba ligeramente al PLN, hecho que se ratificaría en segunda (elecciones) vuelta por el abandono inesperado pero explicable del PLN.
Y le toca gobernar a Luis Guillermo Solís Rivera.
Arranca Luis Guillermo Solís en medio de una huelga de educadores del Ministerio de Educación, una huelga no por principios, sino una huelga por no pago. Ahí empezó la estratagema liberacionista a resquebrajar los bríos del nuevo presidente.
No ha sido fácil gobernar en una Costa Rica “amarrada de pies y manos” por una institucionalidad neoliberal. Los cuadros altos y medios de las instituciones del gobierno siguen siendo del PLN, y entonces empieza el cortapisas, los vericuetos legales, y las discusiones para implementar medidas en pro de mejorar los precios (promesas de su campaña) de luz, electricidad, agua, telefonía. Lo que deja al descubierto la debilidad del ejecutivo por los impedimentos encontrados.
En la Asamblea Legislativa, más maniatada aún por el fraccionamiento que hizo el electorado de sus representantes populares, con el obstruccionismo sistemático del grupo de 3 partidos religiosos y de una bancada liberacionista que es la mayoritaria, pero cuya meta es obstruir y no construir desde la oposición. Y este detalle es importante el PLN puede gobernar desde el poder no desde la oposición, luego la bancada ha sido afectada por los líos internos de un partido en plena ebullición divisionista a lo interno.
El PAC no ha logrado imponer sus ideas, y a duras penas ganó el directorio político pero la verdad no tiene el control de congreso, falta fuste político, intelecto, y una dosis de armonía y saber gobernar. Aquí sucede lo contrario sabe actuar desde la oposición pero le ha costado un mundo gobernar. Y esconde una profunda escisión entre en el presidente Solís Rivera y el fundador de dicho partido, Otón Solís Fallas, uno desde la presidencia y el otro desde la Asamblea. Los choque entre uno y otro han sido más que evidentes.
El pueblo vive un período de reacomodo; entiende que hay muchas políticas que siguen vigentes y están bien ancladas en la institucionalidad del país. Y extraña más la falta de fuerza del Presidente para lograr las rebajas anunciadas en los servicios básicos.
En 8 meses de gobierno del PAC, el pueblo esta dudoso, y hasta se afirma que el equipo de gobierno no reclutó un verdadero equipo de “GENTE PAC”, ya a estas alturas del gobierno, el pueblo muestra sus desencantos por los descarrilamientos políticos del poder ejecutivo, de una Asamblea Legislativa amarrada y por una realidad económica que muestra síntomas de crisis y se expresa en la alzas de precios y aumentos salariales pingües.
Aunque no se puede hacer un balance pormenorizado y más profundo, sí a grandes rasgos se puede olfatear un gobierno dubitativo e incierto que pierde cada vez más adeptos. Quizá el cambio más importante ha sido el sacar del poder a la camarilla neoliberal, recordemos que aún dentro del PLN hay viejos sectores de extracto socialdemócrata, muy pocos, pero quedan. Nos espera un 2015 agitado que entrará en la lógica de las elecciones del 2016 y donde se supone se pueden agudizar algunos temas de la agenda electora.
* Dr. Guillermo Carvajal Alvarado: Catedrático en la Universidad de Costa Rica. Estudió Géographie et amémagement du territoire en University of Toulouse II – Le Mirail. Profesor en la Universidad de Costa Rica, en el Truman Institut Israel y en Utah State University. Alcanzó el rango de Catedrático Universitario. Ha publicado numerosos articulos y libros sobre temas sociales de América Central. Vive en San José, Costa Rica y es Gerente Propietario de Editorial y Librería Alma Mater.
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