Ayer por la tarde fui al cine, hace ya un buen tiempo que no lo hacía. De alguna manera la comodidad de ver películas en casa, me había alejado de las salas de cine. Fui a ver "francotirador". El hecho de que fuera un film nominado a los premios "Oscar", que apareciera entre las buenas películas de acuerdo con los críticos de cine nacionales, que el director fuera Clint Eastwood, que nos ha regalado cintas muy buenas, y que la temática se ubicara en el Irak invadido, nos motivaron a cambiar la rutina y hacer el recorrido hasta una sala cercana.


Salí, después de las más de dos horas de estridentes tiros y mucha sangre y un poco de melodrama, con un mal sabor de boca. No voy a hacer crítica de cine, no sé hacerla, pero si puedo referirme, a eso si me atrevo, al contenido. El héroe es un joven texano común, amante de la caza y los rodeos, que siente su deber alistarse en una unidad especial del ejército para defender su país y salvar a los suyos. Eso piensa él, impactado por el atentado de las Torres Gemelas. En su rusticismo e ignorancia, algo que es casi el estado natural de la mayoría de la población de USA, marcha a Irak a matar "salvajes". Y lo hace de manera eficientísima, su cuenta personal llegó a 160, niños y mujeres inclusive. Lo que es dramático y acongojante es que el guión que mal manejo Eastwood se basa en hechos reales. Chris Kyle existió, y su lista de "éxitos" letales, fue oficializada.


Pequeñas y muy pasajeras observaciones críticas aparecen, pero la imagen que queda en la retina y la mente de los espectadores, que no conozcan lo que ahí pasó, es de comprensión y simpatía con el francotirador.