¿Importar o no importar carne de cerdo? ¿Será mejor que sea de producción nacional? Perdonen ustedes, pero no les hablaré de esa faceta económica del asunto, sino de sus graves implicaciones religiosas y morales.

El caso es que me ha causado suma extrañeza el hecho de que ni los diputados evangélicos ni la Conferencia Episcopal se hayan pronunciado al respecto. Pero pronunciarse en términos religiosos, como corresponde a estos personajes en su calidad de representantes terrenales y oficiales voceros de Dios.

Es que, al igual que con la homosexualidad masculina (no así la femenina), la Biblia prohíbe terminantemente el consumo de carne de cerdo.

Me parece que es ineludible responsabilidad, tanto de los pastores-diputados como de los señores obispos advertir sobre este particular, y demandar que de inmediato se prohíba la importación de carne de cerdo y se procedan a cerrar todas las “chancheras” existentes.