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La oportuna intervención del personal de una empresa de lanchas que da servicio de transporte desde el muelle del mercado de Puntarenas centro hasta la Isla de Chira, evitó que varias dosis de cocaína fueran enviadas hasta ese lugar por una mujer.

Según lo informado por la estación del Servicio Nacional de Guardacostas de Puntarenas, una mujer llegó la tarde del sábado para solicitar el envío de una encomienda a un hombre que vive en la mencionada isla.

Sin embargo, tal y como se acostumbra a hacer con todos los clientes,  cuando le solicitaron identificarse se negó a mostrar su cédula, por lo que el personal de la empresa que da ese servicio entró en sospechas.

Tras revisar la bolsa, la primera sospecha de que algo extraño pasaba es que notaron que contenía un abrigo, lo cual no es una prenda usual para quienes habitan las islas del Golfo de Nicoya.

Al revisar un poco más, el personal de la empresa descubrió oculto en el abrigo unas pajillas con posible cocaína, por lo que los empleados se rehusaron a trasladar la encomienda hasta la Isla Chira.

La mujer, al verse descubierta,  huyó de inmediato del lugar, dejando abandonada su encomienda.

Es por ello que el personal de la empresa se comunicó con el Servicio de Guardacostas, que tras constatar que se trataba de dos dosis de posible cocaína remitió la supuesta droga a la orden de la fiscalía local. JUM

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