Comunidades cercanas al Chirripó se organizan para prevenir delincuencia - TicoVisión |
Escrito en 27/09/10 a 13:34:18 GMT-06:00 Por Administrador |
En pueblos de Pérez Zeledón:
27 de Septiembre de 2010 TicoVisión Fuente: FP / MSP Aunque muchos barrios de zonas urbanas se organizan para luchar contra el hampa cuando ésta casi los ha desbordado, en Pérez Zeledón dos comunidades rurales cercanas al Cerro Chirripó optaron por establecer comités de seguridad comunitaria que también les ayudan a prevenir desastres causados por los fenómenos naturales. En el primer caso, el escuchar un programa de radio producido por la Fuerza Pública fue lo que motivó a Rocío Salazar, vecina de la localidad de Herradura, en el distrito de Rivas de Pérez Zeledón, a comunicarse el año pasado con los policías encargados del Programa de Seguridad Comunitaria en el centro de la ciudad de San Isidro del General. Tras escuchar el programa “El policía en su casa”, el cual se transmite todos los miércoles por “Radio Cultural Pérez Zeledón”, doña Rocío llamó por teléfono a dicha emisora al oficial Rándal Mora Badilla, con el fin de decirle que en ese pueblo se estaban dando algunos problemas con jóvenes que se introducían a las pulperías para sustraer mercadería. Es por ello que tras apersonarse al pueblo, ubicado a unos 35 kilómetros al este de la ciudad de San Isidro, hace unos 10 meses, el policía especialista en seguridad comunitaria los capacitó para saber cómo adoptar medidas preventivas, así como para saber cómo proceder en caso de que se hubiera cometido algún delito. Según lo comentado por algunos vecinos, desde entonces los robos en las pulperías han disminuido y ahora la organización les está sirviendo para pensar en cómo solventar otras necesidades de la comunidad. Cedral de Cajón, Pérez Zeledón CAMBIAN LEGENDARIO CARACOL POR SIRENA Y RADIOS PARA ALERTAR A VECINOS ANTE PELIGROS Décadas atrás el fuerte sonido de un viejo caracol alertaba a la comunidad sobre la muerte de un vecino o sobre alguna otra tragedia acaecida en algún rincón de la localidad de Cedral, en el distrito de Cajón de Pérez Zeledón. Según relata una de las integrantes del Comité de Seguridad Comunitaria local, Carmen Elizondo, el caracol siempre ha pertenecido a la familia de su esposo, pues fue su suegro quien, además de ser uno de los fundadores del pueblo, también estableció la tradición de sonar el caracol muchas décadas atrás. Tras su muerte a los 95 años, hace unos 20 años, el anciano le heredó este valioso instrumento a la comunidad para que lo siguiera usando en situaciones de emergencia, solo que para sonarlo se requería de una persona con un pulmón muy fuerte y no cualquiera podía usarlo. Sin embargo, hace unos dos años la historia del caracol comenzó a cambiar, pues los vecinos escucharon hablar del Programa de Seguridad Comunitaria, por lo que decidieron llamar a la Fuerza Pública para ser capacitados. La preocupación de los vecinos de El Cedral se daba más que todo porque esta es una comunidad conservacionista, que se constituyó como una puerta de entrada al Parque Nacional Chirripó y desde algún tiempo se empezaron a registrar algunos delitos ecológicos, como la sustracción de aves y plantas de los bosques que rodean el pueblo, además de robos en los comercios. ROBO DE AVES DESAPARECIÓ Y SIRENA LES ADVIERTE SOBRE CRECIDAS DE RÍOS Y DESLIZAMIENTOS En un principio, cuentan los habitantes de este pueblo ubicado unos 60 kilómetros hacia el sureste de San Isidro, ellos solo contaba con dos radios portátiles y con el legendario caracol. Ahora, la amplia organización que obtuvieron gracias a la asesoría de la Fuerza Pública no solo les permite estar atentos ante las crecidas del río Blanco o la quebrada El Rosario que amenazan con derribar algún puente, sino que también mantiene a raya a los inescrupulosos que antes saqueaban la naturaleza. Aunque la señal de la telefonía celular es deficiente, desde que existe la red de radios y la sirena, los ladrones de aves no volvieron a asomarse, pues fue precisamente con ellos que estrenaron la sirena en una ocasión que ingresaron a robar nidos, así los delincuentes huyeron despavoridos y ahora le tienen temor a un pueblo que, además de fomentar el turismo ecológico, sabe defender sus recursos naturales. ROBOS EN PULPERÍA COMUNAL DESAPARECIERON Otra de las particularidades de este pueblo es que cuentan con una pulpería comunal, la cual solo abre por las tarde tres días a la semana y todas las ganancias que se obtienen son para ayudar a los vecinos cuando se quedan sin trabajo o experimenten alguna emergencia, así lo expresó Julio Angulo, quien es el administrador del local. Según dijo, una de las preocupaciones de ellos es que algunos muchachos acostumbraban sustraer mercadería de la citada pulpería comunal, pero al incrementarse la vigilancia del pueblo con el comité de seguridad comunitaria, ahora los robos son cosa del pasado. RED DE COMUNICACIÓN FOMENTÓ LA SOLIDARIDAD DE VECINOS ANTE EMERGENCIAS Tras recibir las charlas de seguridad comunitaria y ser asesorados por el policía Rándal Mora, quien les sugirió la posibilidad contar con una alarma comunitaria y una red de radios portátiles, los vecinos juntaron dinero y adquirieron radios. Sin embargo, el esfuerzo no se quedó ahí, pues también adquirieron una potente sirena, la cual fue instalada estratégicamente en la casa de doña Carmen Elizondo, ya que se ubica en lo alto de una colina, por lo que una vez encendida todo el pueblo la puede escuchar. Así se pudo comprobar este fin de semana, cuando al activarla gran parte de los vecinos empezaron a correr para la casa de doña Carmen, mientras otros comenzaron a llamar por los radios portátiles para saber si estaba ocurrieron algo malo. Uno de los que más se preocupó de que estuviera pasando algo malo fue Alfredo Venegas, quien dejó tirada la pala en momentos en que hacía un desagüe para irse a averiguar lo qué estaba ocurriendo. Para Maribel Elizondo la historia no fue diferente, ella también dejó los oficios del hogar para investigar lo ocurrido, mientras llamaba por radio a los demás vecinos. Por su parte, Clara Díaz dejó su canasto de café a un lado y poner en práctica su preparación en seguridad comunitaria, pues según dijo, al escuchar la sirena creyó que algo malo había ocurrido. De acuerdo con lo explicado por ella, hace un tiempo tuvieron un problema con deslizamientos en un cerro cercano, por lo que pensó que de nuevo se trataba de un derrumbe que estaba poniendo en riesgo a su pueblo. Ahora cada familia, al tener un sistema de comunicación portátil, es vigilante de los peligros que puedan acechar a las demás familias, lo que ha fomentado aún más la solidaridad entre los habitante de este pueblo que a la belleza de sus paisajes y cercanía con el Cerro Chirripó, ahora se le suma el ser una de las comunidades más organizadas y seguras de todo el cantón de Pérez Zeledón. JUM |
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